Carlos Crespo Flores*
“Antes que por la oposición incapaz, el Evo va a caer por el narcotráfico y la corrupción”, comentaba un amigo hace poco. Y ratificando las intuiciones del cuate, esta semana el “affaire Air Catering” ha sido la comidilla periodística. La corrupción en el Gobierno es el pan nuestro de cada día, tanto que parte de la población está empezando a acostumbrarse a la existencia de una red o redes de corrupción en el Gobierno. “Todos roban”, van a decir”, “roba, pero el Evito hace”, van a afirmar otros. Pero, hay un creciente sector que está saturado del autoritarismo corrupto de nuestros gobernantes.
La novedad del caso catering es que ante la evidencia, la familia García Linera y su entorno han hecho los esfuerzos por “aclarar” el asunto, incluyendo una conferencia de prensa en vivo del “vice”. La imagen descompuesta, con los labios temblorosos y ojos dilatados, de Álvaro García Linera, maltratando a una periodista por una pregunta acerca del escaso capital de la sociedad para adjudicarse de un contrato de Bs 18 millones, sorprendió. Pero fue más allá; afirmó que “Air Catering” había ganado una licitación legalmente cuando había sido por invitación directa; ordenó que se rescinda el contrato, cuando carece de competencia para hacerlo, y sólo ratifica que fue él quien hizo posible que la empresa familiar acceda al contrato.
Pero, hay otro aspecto que llama la atención del “affaire Catering”: el origen “jailón” de los “links” familiares. La estirpe “jailona” de la familia García Linera es reconocida por ella misma; en un reportaje que hizo el periódico El Deber en agosto del pasado año, Mauricio García Linera, el médico, hablando acerca de su madre, comentaba el origen cochabambino “neto” de su abuela, pero también del origen español del abuelo, Linera de Calatrava, “es muy ‘pagada’ de sí misma, de su apellido”, señalaba.
Así, los “links” familiares también son elitistas y escasamente transparentes, para decir lo menos. Es interesante notar que la familia García Linera hace negocios con familias “jailonas” tradicionales de Cochabamba; Tejada, del Castillo, Blanco, Osorio, Pérez, son algunos de los apellidos que aparecen en el “affaire Air Catering”. Más allá de la ideología, los García Linera no han tenido escrúpulos en organizar emprendimientos económicos, bajo protección gubernamental, con “rosca wawas” que en su momento estuvieron vinculados con la dictadura garciamezista y el manfredismo. No nos engañemos, en Bolivia hacer política y negocios sigue siendo una cuestión de piel.
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Doña Silvana del Castillo Tejada, esposa de Mauricio, y socia de “Air Catering” tiene como padres a Luis Enrique del Castillo Blanco y Virginia Tejada Ferrufino. Luis Enrique estuvo involucrado en un conflicto urbano, sobre el cual se desconoce el resultado. En julio del 2011, el periódico Cambio informaba de las denuncias de la OTB Irlandés, acerca de loteamientos en el Cerro San Pedro. Los señores Luis Enrique del Castillo Blanco y Luis Enrique del Castillo Tejada ofrecían más de 300 lotes de 330 m en el cerro San Pedro, con un valor unitario de $us 30.000; los del Castillo afirmaban contar con títulos de propiedad heredados de su familiar y patricio cochabambino, Benjamín Blanco. Revisada la documentación en Derechos Reales y la Alcaldía de Cercado, se constató que no existía documento alguno.
Por el lado Tejada, las cosas tampoco van por mejor camino. En la avenida Villarroel se ha construido el Condominio “Presidente Tejada I”; cada departamento tiene un valor de casi $us 117.000. El lote pertenece a la familia Tejada. En octubre del 2010, cuando el edificio se estaba construyendo, hubo una denuncia de los vecinos que llegó al mismo Concejo Municipal. El edificio estaba fuera de norma, como fue verificado por el concejal Rolando Ramos, además que la edificación dañó los cimientos de las viviendas aledañas. A pesar de ello, la construcción tenía el permiso respectivo. Seguramente el pedido que hizo el concejal, de “una resolución que pida al Alcalde frenar de manera inmediata la construcción”, fue vano, pues hoy el edificio ya está habitado.
*Sociólogo, investigador del CESU
Los Tiempos – Cochabamba