“Mi sueño era…”, así empezaron algunos de los testimonios de menores de edad, niñas y adolescentes, que fueron entrevistadas por la Defensoría del Pueblo y que, a su temprana edad, se encuentran casadas o incluso cursando un embarazo.

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Estos relatos llevaron a que la Defensoría titule su investigación como Sueños Interrumpidos, mediante la cual se identificó que, desde 2014 hasta 2023, es decir en una década, hubo 5.291 niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años que contrajeron matrimonio.

Del total, 4.804 tenían 16 y 17 años, mientras que 487 apenas estaban entre los 12 y 15 años.

“Estamos hablando de proyectos de vida, de niñas de 15, 16, 17 años que van a tener que estar casadas”, indica la jefa de la Unidad de Género y Generacional de la Defensoría del Pueblo, Bolivia Sánchez, en entrevista con LA RAZÓN.

El informe recopiló datos del Servicio de Registro Cívico (Serecí) para expresar en cifras los casos de matrimonios de menores de edad en el país, desde 2014, pese a que desde esa gestión ya estaba en vigencia la Ley 603, que no permite el casamiento de menores de entre 12 y 15 años.

Análisis

“A partir de un análisis a la información proporcionada por el Serecí, se identificaron 487 matrimonios cuya esposa tenía 12, 13, 14 y 15 años, es decir, tenía menos años de la edad permitida por el Estado boliviano; la Defensoría del Pueblo considera a estos casos como MUITF (Matrimonios y Uniones Infantiles Tempranas y Forzadas), al igual que los matrimonios de menores de 16 y 17 años, de acuerdo a los estándares y recomendaciones internacionales”, detalla el documento defensorial.

Sánchez explica que la problemática de niñas casadas fue identificada por cuatro años más luego de la vigencia de la Ley 603. “A partir de la gestión 2018, gratamente no hemos encontrado mayores casos oficiales de matrimonios de niñas”, complementa.

Como ejemplos, la Defensoría expone dos casos de niñas de 12 años que contrajeron matrimonio con hombres de 23 años en el municipio de Portachuelo, en Santa Cruz, en 2014; y otra de la misma edad con un hombre de 22 años (Caranavi, La Paz), en 2015.

Situaciones de inclusive mayor diferencia de edad se registraron cuando se analizan los casos de niñas con apenas 14 años. En un hecho reportado en 2014, en el municipio de Santa Cruz, una adolescente de esta edad contrajo nupcias con un hombre de 50 años.

“Quieren que nos juntemos, que no es correcto estar juntos sin estar casados” (sic), es una de las respuestas que una adolescente de 14 años brindó a la Defensoría del Pueblo, en Cochabamba.

Cuando se trata de adolescentes de entre 16 y 17 años, las cifras son más altas y, aunque van en un paulatino descenso con el paso de los años (revisar infografía), todavía se continuaron registrando casos hasta 2023, según los datos del Serecí.

“Bolivia registró 4.804 matrimonios de adolescentes mujeres de 16 a 17 años; la disminución anual en este periodo es constante y en 2022 se redujo en un 79,56% en comparación a 2014.

De los 4.804 matrimonios registrados en Serecí, 38% (1.848) pertenecen a adolescentes mujeres de 16 años y 62% (2.956) a adolescentes mujeres de 17 años”, señala el informe al que accedió LA RAZÓN.

Problemática

Datos del documento revelan que la mayoría de estos casos se reportan en el eje del país, léase La Paz, Santa Cruz y Cochabamba (ver infografía).

“Los departamentos del eje central son los que registran la mayor cantidad de matrimonios, Santa Cruz registra el 27,52% (1.322), La Paz el 20,94% (1.006), Cochabamba el 17,36% (834), Potosí el 12,97% (623), Beni el 6,12% (294), Oruro el 6,08% (292), Chuquisaca el 3,85% (185), Tarija el 3,58% (172) y finalmente Pando con el 1,58% (76)”, se especifica.

Aunque la Ley 603 avala que adolescentes de 16 y 17 años contraigan nupcias con una autorización, para la Defensoría es una alerta la diferencia de edades.

“Llama bastante la atención que en el 6,06% (112) de los casos, el esposo dobla o triplica la edad de la esposa, es decir, existen adolescentes de 16 años casadas con hombres de 40 o 50 años de edad”, determina el informe. Respecto a las adolescentes de 17 años, en 1,8% de los casos esta diferencia es del doble o el triple.

No se descarta que los números sean mayores. “Estamos hablando de los 4.807 matrimonios registrados en relación de 16 y 17 años, pero hay que tomar en cuenta que esta cifra puede estar triplicando o cuadruplicando en relación a concubinatos, los cuales no son registrados”, advierte Sánchez.

Añade que esto tendría que ser una primera alerta para el oficial de Registro Civil. “Nos encontramos con un caso de una adolescente de 16 o 17 años en Oruro, que estaba siendo forzada a casarse con un adulto mayor de entre 85 y 87 años, estamos hablando de la gestión 2023, no podemos decir que (el oficial) desconocía la situación de esto, porque a nosotros también nos alarmó; es que los oficiales de Registro Civil no tenían y no tienen, en muchos de los casos, el juicio de decir ‘no puedo yo, como autoridad dar fe (…)’; no creo que se trate de un enamoramiento”.

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Pasar por el matrimonio no solo implica para la menor de edad una mayor vulnerabilidad, también significa un cambio completo de su vida y sus objetivos.

“A partir de un hecho de matrimonio como tal, la niña, la adolescente sufre violación, hechos de violencia física, psicológica, económica, obviamente su proyecto de vida queda totalmente destruido en la gran mayoría de los casos, porque eso implica que deje de estudiar y sea dependiente del esposo”, asevera Sánchez.

Educación

El ámbito educativo es uno de los más afectados para niñas y adolescentes que pasan por la unión a temprana edad y/o resultan embarazadas. Los datos del informe, con base en información del Ministerio de Educación, dan cuenta de que entre 2020 y 2021, al menos 251 mujeres menores de edad abandonaron sus estudios por estar en etapa de gestación.

Y Sánchez sostiene que “en algunos casos que hemos identificado en la investigación, hemos visto que, producto de un embarazo, lo que han hecho las familias ha sido forzarlas a casarse. Las niñas o las adolescentes no están desarrolladas física, ni psicológicamente, ni sexualmente para asumir roles de esposa”.

El matrimonio a temprana edad supone un cambio radical en la vida de la menor de edad.
El matrimonio a temprana edad supone un cambio radical en la vida de la menor de edad.

 Defensoría pide un protocolo y derogar Ley 603

Conocidos los datos del informe Sueños Interrumpidos, para la Defensoría del Pueblo es necesario empezar a asumir acciones que ayuden a una protección más efectiva de niñas y adolescentes, tanto contra uniones tempranas y forzadas como de embarazos, y todos los problemas que derivan.

Uno de los protagonistas para impedir un matrimonio a temprana edad es el oficial de Registro Civil, por lo cual se ve necesario activar un protocolo que los ayude a identificar la vulneración de los derechos de una menor de edad al casarse. “Una de las recomendaciones del informe defensorial va en esa relación, que el Serecí (Servicio de Registro Cívico) elabore un protocolo momentáneo para que el oficial de Registro Civil identifique, sobre todo, esta diferencia de edad, pero también otras situaciones: la niña puede estar llorando de miedo”, indica a LA RAZÓN la jefa de la Unidad de Género y Generacional de la Defensoría del Pueblo. Bolivia Sánchez.

Con esta guía, los oficiales encargados de oficializar el matrimonio pueden impedir, a tiempo, que la menor de edad pase por una unión temprana o forzada.

“Algo como lo que hace el Tribunal Supremo Electoral en relación a acoso y violencia política, un check list para poder identificar una posible situación de vulnerabilidad o violencia como tal; y si identifica una de estas situaciones, decir que el matrimonio no se da, que no es viable”, añade.

No obstante, la Defensoría del Pueblo considera que no es la única respuesta urgente, sino algo momentáneo hasta llegar a una modificación más de fondo.

La Ley 603 señala en el parágrafo II del artículo 139 que: “De manera excepcional, se podrá constituir matrimonio o unión libre a los dieciséis (16) años de edad cumplidos, siempre que se cuente con la autorización escrita de quienes ejercen la autoridad parental, o quien tenga la tutela o la guarda, o a falta de éstos la Defensoría de la Niñez y Adolescencia. Es válida la autorización verbal realizada al momento de la celebración del matrimonio o del registro de unión libre ante oficial de Registro Cívico” (sic).

Para la Defensoría, esto es un riesgo, ya que solo mayores de edad deberían casarse. “Otra de las recomendaciones que se hace al Estado boliviano es que se derogue, que se deje sin efecto los artículos respectivos de la Ley 603, dando cumplimiento a lo que las organizaciones, a lo que Naciones Unidas, (…) han recomendado al Estado boliviano de que ya no exista esta autorización para que niñas y adolescentes de 16 y 17 años se casen, que lo mínimo sea 18”.

Abordajes desde colegios y con las familias son también consideradas como estrategias necesarias.