La sociedad en proceso de cambio para peor

Yo soy yo y mis circunstancias”. Ortega y Gasset

Todo organismo vivo tiene su propio ambiente. La vida de un organismo formado por el propio organismo y su medio, constituyendo ambos una unidad. Lo que quiere decir que si cambia el medio cambia al organismo y viceversa.



Nosotros, como organismo social y en el transcurso de los siglos, hemos venido avanzando y cambiando nuestro ambiente en procura de libertad y bienestar. Actualmente tenemos un modelo democrático para administrar la sociedad y que elige a sus representantes y servidores públicos mediante elecciones periódicas. Es un sistema que procura tener autoridades idóneas, probas y evitando los abusos de poder.  Lamentablemente, esto no siempre ocurre.

En los regímenes populistas que circundan el planeta, también se hacen elecciones, “pero no importa cuántas personas votan y por quién lo hacen, lo que vale es: Quienes cuentan y como cuentan los votos”.

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Recientemente, fuimos espectadores de  unas elecciones fraudulentas en Venezuela y si la Sociedad e Instituciones Internacionales permiten que para mantenerse en el poder prospere este fraude electoral descarado y procaz del Castrochavismo, debemos olvidarnos de la libertad, la justicia, la democracia y los derechos humanos.

El problema es la actitud cobarde y melindrosa que adoptamos nosotros los ciudadanos, dejando a un lado la defensa de nuestros intereses democráticos. A su vez los populistas se pronuncian y actúan de frente para mantener su dominio sobre el pueblo y sus negocios truchos y lo hacen de manera clara y explícita, como lo dice Evo el cocalero: “Yo le meto nomas que después arreglen los abogados”.

Por su parte los demócratas y sus dirigencias blandengues no se animan ni a hablar y practicando esta cultura blandengue, seguramente ellos y sus Gobiernos dejaran pasar el fraude de los Chavistas y así seguirá el éxodo y la miseria de los Venezolanos.

 

La sociedad y sus circunstancias en proceso de cambio, para peor.

Se libran varias guerras culturales en Occidente: Ideología de género, lenguaje inclusivo, feminismo radical, animalismo, revisionismo histórico, teoría crítica de la raza, “cultural studies”, veganismo, fenómeno trans, movimiento Lgbtiq+, etc.

Y todas estas conductas y actitudes nos encaminan a dejar atrás la cultura histórica, la familia tradicional y los principios y valores éticos y morales de los pueblos. Y en consecuencia adoptamos una cultura progre, con la cual desaparece la familia, (hombre, mujer e hijos) y prolifera la cultura de género y de la autopercepción.

 

Viendo lo que a este respecto pasa en Europa y también en España. Aquella España Grandiosa de la que vinimos y que glorificamos en el Himno Cruceño. Ahora cuando la vemos Progre y decadente nos sentimos traicionados y acongojados.

 

Esta decadencia cultural de la humanidad, la vimos hace poco escenificada en los Juegos Olímpicos de París, donde se muestra un “Homo festivus” que está remplazado al antiguo “Homo sapiens”.

Esto nos muestra el cómo estos países y civilizaciones han perdido su espíritu y son presa del blandenguerio, la debilidad de espíritu, la fealdad, la decadencia, lo degradante y lo monstruoso. Y esto se lo mostró y disfruto de una manera exultante y grotesca durante los Juegos Olímpicos, con su mofa e irrespeto a la Religión Cristiana y exhibiendo su culto a los homosexuales y transgéneros en una parodia apestosa, por supuesto con nada que tuviera que ver con los magníficos atletas y el deporte, objeto de los Juegos Olímpicos.

 

Nuestro reto es: Cambiemos nuestras circunstancias y respetando a las personas, sus valores y creencias, eliminemos la cultura progre y a los regímenes populistas y socialistas, aprendiendo para ello de nuestras experiencias cotidianas. La vida nos enseña que podemos cambiar para bien, pues cada día recibimos algo bueno y digno de aplicar en nuestra vida como nos lo dice Pukymon:

Los días buenos te dan FELICIDAD, los días malos te dan EXPERIENCIA, los intentos te mantienen FUERTE, las pruebas te mantienen HUMANO, las caídas te mantienen HUMILDE. Pero: ¡Solo tu decisión, puede mantenerte en pie!”.

Pongámonos de pie y avancemos, pues dejaremos de existir el momento que no tengamos un porqué vivir.

Fuente: ovidioroca.wordpress.com