¿Por qué una tilde mal colocada cambia lo que encuentras?

La precisión ortográfica es un principio básico en la comunicación escrita. Sin embargo, en la era digital, donde las búsquedas en Google se han convertido en una extensión de nuestra capacidad para encontrar información, pequeños errores tipográficos como una tilde mal colocada no deberían ser más que un inconveniente menor. Pero, sorprendentemente, en algunos casos, estos errores pueden llevarnos a resultados de búsqueda diferentes, y eso puede tener consecuencias significativas para usuarios y creadores de contenido por igual.

La importancia de una tilde

Para entender mejor este fenómeno, tomemos como ejemplo la búsqueda en Google de la palabra «opiniones» en comparación con «opiniónes» (con una tilde mal colocada). A primera vista, podría parecer que Google, con su impresionante capacidad para interpretar el lenguaje y corregir errores tipográficos, ofrecería los mismos resultados en ambas búsquedas. Pero, sorprendentemente, no es así.



Aquí tenéis el resultado buscando «Airbnb opiniónes»

Aquí tenéis el resultado buscando "Airbnb opiniónes"Aquí tenéis el resultado buscando "Airbnb opiniónes"

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Aquí tenéis el resultado buscando «Airbnb opiniones» (sin tilde)

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Como veis, se realizó una búsqueda en Google utilizando ambas palabras clave: «airbnb opiniones» y «airbnb opiniónes». Aunque los resultados de búsqueda fueron casi idénticos en contenido, el orden en que se presentaron fue ligeramente diferente. Este cambio en el orden es una señal clara de que Google está tratando estas dos consultas de manera diferente, a pesar de que la diferencia es solo una tilde incorrecta.

¿Por qué es esto un problema?

Desde un punto de vista de usuario, esta diferencia puede parecer trivial. Después de todo, los resultados que se muestran siguen siendo relevantes para la intención de búsqueda original. Pero para los creadores de contenido y especialistas en SEO, esta variación puede tener implicaciones importantes.

Imaginemos que un usuario intenta encontrar una reseña específica en un sitio web escribiendo «opiniónes» en lugar de «opiniones». Debido a la forma en que Google maneja este error tipográfico, ese usuario podría terminar viendo un resultado diferente, tal vez un competidor, simplemente porque la página que estaban buscando apareció en una posición inferior en los resultados de búsqueda. En un mundo donde la visibilidad en los resultados de búsqueda es crucial para captar tráfico, incluso un cambio de una o dos posiciones puede significar la diferencia entre un clic y la pérdida de un visitante.

¿Es un error o una característica?

Podríamos preguntarnos si esta diferencia en el tratamiento de errores tipográficos es un fallo en el sistema de Google. En realidad, es una consecuencia de cómo los algoritmos de Google intentan interpretar y corregir la consulta del usuario. El problema es que, al hacer esto, Google puede estar introduciendo una inconsistencia innecesaria que afecta tanto a usuarios como a creadores de contenido.

Desde el punto de vista de SEO, optimizar para errores tipográficos no es una práctica recomendada. Los errores ortográficos en el contenido pueden dañar la credibilidad y reducir la confianza de los usuarios. Sin embargo, debido a que Google maneja estos errores de manera diferente, los creadores de contenido se ven en la encrucijada de encontrar maneras de capturar el tráfico de usuarios que cometen estos errores sin comprometer la calidad de su contenido.

¿Qué se puede hacer?

La solución ideal sería que Google mejore su manejo de errores tipográficos, garantizando que una búsqueda con un error ortográfico obvio, como una tilde mal colocada, devuelva los mismos resultados que la búsqueda correctamente escrita, sin cambiar el orden de los resultados. Esto aseguraría que los usuarios encuentren lo que están buscando, independientemente de pequeños errores de tipeo, y evitaría la necesidad de que los especialistas en SEO tengan que preocuparse por optimizar para errores tipográficos.

Mientras tanto, los creadores de contenido pueden tomar algunas medidas para mitigar el impacto de estos errores en sus sitios. Usar redireccionamientos inteligentes, optimizar metaetiquetas y metadescripciones, y crear contenido educativo que aborde errores comunes son algunas de las estrategias que pueden ayudar a capturar el tráfico que de otro modo podría perderse.

Conclusión

Es ridículo pensar que una tilde mal colocada pueda llevar a resultados de búsqueda diferentes, pero esa es la realidad en la que nos encontramos. Hasta que Google ajuste su algoritmo para manejar estos casos de manera más consistente, tanto usuarios como creadores de contenido deberán estar atentos a cómo estos pequeños detalles pueden tener un impacto desproporcionado en la búsqueda de información en línea. En un mundo digital donde cada clic cuenta, no deberíamos permitir que una simple tilde se interponga en el camino.

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