Los sondeos de opinión muestran un creciente rechazo popular a la figura del vicepresidente Álvaro García Linera, alias “Qananchiri” por su nombre de guerra en la banda del EGTK.
El repudio ciudadano al segundo mandatario aumentó al 40% en abril, a consecuencia sobre todo de su implicación en el escándalo de tráfico de influencias del caso BoA-Air Catering.
El 65% de los encuestados considera que el vice abusó de sus influencias para darle un negocio millonario a su cuñada, contra apenas un 19% que sostiene lo contrario.
En este marco, puede afirmarse que la “carrera” política de Qananchiri ha ido desde el terrorismo (su actuación a comienzos de los ´90 con la citada banda) a las acusaciones de corrupción que lo complican en la actualidad.
En realidad, se trataría de dos caras de un mismo fenómeno, si tenemos en cuenta que la operación más sonada del EGTK fue el robo de los salarios de la Universidad de San Simón en Cochabamba, por una cifra que superaba el medio millón de dólares.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
De manera que, a un extremo y otro del proceso, nos encontramos siempre con la tentación del enriquecimiento ilícito mediante la violencia o el engaño…