Digcoin: “La coca que ingresa de Perú no es para consumo, va al narcotráfico”

Las investigaciones realizadas muestran que en El Alto existen comerciantes y familias que monopolizan la compra de coca en el mercado de Villa Fátima y que, a la vez, internan de contrabando la hoja peruana.
Erwin Cornejo Huaniri, titular de Digcoin. Foto: Leny Chuquimia / Visión 360
Erwin Cornejo Huaniri, titular de Digcoin. Foto: Leny Chuquimia / Visión 360

 

Fuente: vision360.bo

Un bajo precio, grupos violentos en zonas excedentarias, tránsito encubierto con documentación falsa y real son parte de los problemas que trae el contrabando de hoja de coca, explicó el titular de la Dirección General de Comercialización e Industrialización de la Coca (Digcoin), Erwin Cornejo Huaniri. La autoridad, proveniente de una familia cocalera de los Yungas, habló con Visión 360 sobre las diferentes labores de control.



Alertó sobre el ingreso ilegal de coca de la Empresa Nacional de Coca del Perú (Enaco) con fines ilícitos, ya que la hoja -por sus características- no es apta para el consumo. Presume que el único fin es el narcotráfico.

Cornejo recibio a Visión 360  para hablar sobre la coca.  Foto: Leny Chuquimia / Visión 360

 

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¿En qué situación está el contrabando de coca peruana que ingresa al país?

Estamos realizando operativos en puntos estratégicos a nivel nacional. Para ello, en coordinación con el Ministerio de Gobierno, el Viceministerio de Sustancias Controladas y Digcoin, dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras. Para estas actividades, ambos ministerios crearon el “Plan por la familia cocalera”.

Reforzamos el control de la circulación de la hoja de coca, en su estado natural, en los puntos fronterizos y en las zonas productoras, tanto del Trópico de Cochabamba como de los Yungas de La Paz. Hemos identificado personas, familias bolivianas y hasta comerciantes que se dedican a hacer la internación de esta hoja de coca de dudosa procedencia, ya sea del Perú o de las zonas rojas de Bolivia.

Son operativos conjuntos, porque cuando se identifica coca de dudosa procedencia se sabe que se destina al narcotráfico.

Se han hecho controles a contenedores y a cisternas. Estas últimas salen del país (Bolivia) con productos como aceite y pasan por Cochabamba, Oruro y La Paz  para ir hasta Perú. Pero al regresar, por la misma ruta, fueron interceptadas con cargas de coca peruana de Enaco.

Estratégicamente nos hemos puesto en puntos fronterizos y que tienen carreteras o vías a los mercados legales, ya sea el de Sacaba de Cochabamba o el de Villa Fátima en La Paz. Hay resultados óptimos.

¿Hasta la fecha, cuánto se secuestró?

Estadísticamente, de enero a la fecha, en coca paceña se decomisó 186.453,9 libras; en coca chapareña se incautó 17.648; y en coca de contrabando se pudo contabilizar 32.919. Es bastante e implica un trabajo arduo.

Es un trabajo más de la fuerza pública: Felcn (Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico) y el Gecc (Grupo Especial de Control de la Coca), a la cabeza del viceministro de  Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani Espíndola. Pero ahora estos operativos se hacen en coordinación con Digcoin.

No se debe olvidar que Digcoin hace controles, según la Ley 906, a la circulación y comercialización de la hoja de coca. En cambio, las otras fuerzas lo hacen enfocados al narcotráfico.

Lo hacemos ambos porque cuando se identifica coca de dudosa procedencia se sabe que está destinada al narcotráfico. De esta manera es como el Gobierno nacional está coadyuvando en las tareas del “Plan por la familia cocalera”.

Se busca mejorar el precio de coca en territorio nacional; hacemos seguimiento y tenemos reportes diarios que nos muestran que ya está subiendo. Esta es una necesidad que nos hicieron notar las familias productoras, tanto del Trópico como de los Yungas.

La coca peruana tiene hierbas y tallos, es más dura y lastima la parte interna de la boca. No es apta para  el consumo.

La familia yungueña está, no vamos a decir satisfecha, pero sí contenta. Están viendo el trabajo que estamos realizando. Hemos socializado con organizaciones como Cofecay,  con las 10 federaciones de los Yungas de La Paz. Se puede ver el trabajo en los mercados.

Antes, de 10 camiones que se identificaban, cinco tenían coca de dudosa procedencia, que venía tanto de las zonas rojas como de Perú. Ahora, al ver estos operativos, los internados ya no tienen el atrevimiento de meter coca de contrabando a los mercados legales.

Con esto la oferta del producto bajó y ahora hay coca netamente del sector tradicional en los mercados autorizados.

¿Con estos operativos se logró identificar por dónde ingresa la coca peruana?

Sí, pero por estrategia no podemos mencionarlos. Pero, dos ejemplos muy claros son la urbe fronteriza de Desaguadero y el lago Titicaca.

En los controles de las carreteras autorizadas para la circulación de la hoja hemos visto que nuestros propios comerciantes se dedican a la internación. En muchos casos, la hoja peruana llega hasta Oruro y ahí la mezclan con la coca paceña. Eso lo hacen pasar como coca de segunda y lo introducen a los mercados autorizados con mejor precio. Sabemos que el precio en Perú es bastante bajo y la coca de segunda, acá, está más elevada.

Personal de Digcoin en uno de los puntos de control.   Foto: Digcoin

 

En dos secuestros grandes, El Alto parecía tener un rol importante. ¿Esta urbe se convirtió en un punto de acopio o distribución?

Sí. De manera estratégica, hemos hecho estudios para este tipo de actividades. Identificamos que hay comerciantes, familias grandes, que se dedican a hacer compra de este tipo de coca en mercados autorizados, como el de Villa Fátima.

Hablemos solo de Villa Fátima, para poder enlazar a El Alto. En este mercado, hay familias que hacen inversiones de cuatro o cinco millones de bolivianos diarios en horas de la madrugada. Esas familias no son de los Yungas, son netamente inversionistas de la ciudad de El Alto que hacen la compra y monopolizan el comercio.

Ellos ponen el precio. Por ejemplo, dicen: hoy la coca va a costar 800 o mil bolivianos y todos compran a ese precio. No dejan que los comerciantes a nivel nacional, los autorizados -tanto de coca cuenta propia como los productores- puedan acomodar su precio, aunque tengan mejor calidad, tamaño o color.

En El Alto identificamos comerciantes y  familias grandes que se dedican al contrabando. 

Estas familias han creado un monopolio dentro del mercado de coca. Y son estas mismas personas las que se dedican a hacer la internación de la coca ilegal al mercado autorizado. Se dan modos para conseguir sellos de los verificadores, firmas y órdenes comunales, como si vinieran de las zonas productoras.

Por ejemplo, tenemos un punto de control en Inquisivi, donde hay una zona autorizada para la producción. Esa coca sale por el Altiplano y llega hasta Villa Fátima por la autopista. Al ver que viene coca de ese sector, estas familias encontraron la manera de internar la coca del Perú y hacerla pasar por esa misma vía. Con guías y hasta carnet de productor le entran con todo al contrabando. No solo invierten en la coca, sino para conseguir estos documentos que,  debemos ser sinceros, si bien muchas veces  son falsos en otras son reales. Esto nos muestra que hay dirigentes que se están prestando a estos actos, tal vez  por dinero.

Por ejemplo, para ser parte de Adepcoca tienes que pagar una tasa administrativa y tienes que ser productor en tu comunidad, pero se ha identificado personas que tienen el carnet, pero no son productores. Alguien les ha tenido que afiliar o respaldar en la comunidad y luego en la regional y en la departamental. Esto involucra a muchas personas y organizaciones.

¿Cómo es la coca peruana?

Es fácil de identificar. En el sector tradicional, el cultivo y la cosecha de la coca es hoja por hoja. Se hace con mucho cuidado, porque al momento de que la hojita sufre algún daño ya no seca de la misma forma.

La coca que está rota, maltratada, tiene menor precio, mientras que la coca que está sanita tiene un mayor costo. Esto depende mucho de cómo se cosecha, de cómo toma color, del sol que le da al momento del secado.

A diferencia, la hoja peruana no está tratada con tanto cuidado. Hemos hecho seguimiento, sacan las hojas del árbol sin cuidado, por ramas. Por eso llega con basuritas, hierbas y tallos. Todo entra a la bolsa. Además, su contextura es más gruesa y las hojas son más largas.

Dicen que por esto no es apta para consumo, ¿es así?

Efectivamente. Si se pone en comparación la coca peruana con la coca paceña, la diferencia es mucha. No es agradable a la vista, es más dura y lastima la parte interna de la boca. El olor y sabor también son diferentes.

Si esta coca no es para consumo, ¿a qué se destina?

Al narcotráfico. Por eso en las intervenciones participa la Felcn y el Gecc. Estas instituciones están dedicadas al control y seguimiento de estos grandes comerciantes que meten la coca peruana al país en contenedores y cisternas. Se identificó otro tipo de modalidades, pero por estrategia no podemos mencionarlas aún.

¿Por qué la coca peruana es tan atractiva para el contrabando?

Por el precio.  En Perú, el costo debe ser tres veces menor que la coca paceña. Es mucho más barato porque allá producen en mayor cantidad.

La coca secuestrada tiene sello de Enaco SA, ¿es una empresa?

Es la empresa estatal del Perú que se dedica a hacer el acopio y la compra de coca de los productores. El Perú vive una coyuntura especial, igual que Colombia, en la que los cultivos se  incrementaron. Los productores no tienen espacio para vender y esto es aprovechado para internar esa coca a los mercados.

¿Se contactó a Enaco para tomar acciones?

No tengo conocimiento si hubo una comunicación directa con Enaco. Pero sí, entre ministerios. El ministro de Gobierno (Eduardo Del Castillo) nos ha manifestado de manera verbal que hay acuerdos en los cuales podamos hacer intervenciones a este tipo de actividades.

Y como decía, como ahora ya se coordina entre los ministerios  de Gobierno y de Desarrollo Rural y Tierras, estamos siendo más duros en los controles en los puntos fronterizos.

Mencionó que el contrabando afecta al precio de la coca, ¿cómo está el costo?

Para que se entienda, la coca no tiene  una sola calidad. Hay coca de primera, segunda,  ojeada, cernida, común, etc. En los Yungas, si le cae un poquito de lluvia a la hoja o si hay más sol y la quema, ya  son de segunda.

El punto de equilibrio que tenemos para medir si el precio está mejorando es el de la coca  de segunda. Si esta sube, igual las otras calidades.

A inicio de año, el taque de esta coca (50 libras) tenía un precio de 700 a 800 bolivianos. Ahora está entre 1.100 y 1.200.

¿Cuál es el mayor problema para los controles?

La organización de grupos es el más complejo. Lastimosamente, hay personas que sabiendo de que es un sector excedentario o que es una zona roja donde no se permite el cultivo, conforman organizaciones y  cuando hacemos las intervenciones hay enfrentamientos.

Como Gobierno nacional tenemos que hacer el control y nos ven como un brazo represor. También son hermanos bolivianos, pero saben que está prohibido y aun así llaman a más personas y conforman organizaciones grandes.

Un ejemplo es Apolo. El año pasado esta localidad no tenía cultivos porque se erradicaron completamente. Sin embargo, la coca sigue llegando desde este lugar y en mayor cantidad.

En nuestra interpretación, eran los mismos productores de los que traían coca del Perú. Por eso hicimos una  intervención. Nos recibieron con armas de fuego y piedras. Usan la fuerza y nosotros no podemos sacrificar a nuestros funcionarios.

¿Qué otras consecuencias tiene el contrabando?

Trae afectaciones al tema social. El narcotráfico no es bueno en ningún país o sector a nivel mundial. Afecta a nuestra juventud, adolescencia y niñez.

Son 43.720 asociados de productos de la hoja de coca (hasta el año pasado).  Pero de cinco familias una está asociada; si hacemos esa multiplicación vemos que es una gran cantidad de familias las que se ven afectadas.

El precio de venta ya no cubre el costo de producción. Como el dinero ya no alcanza, los hijos ayudan en lugar de estudiar. Otras familias ya no pueden pagar al banco. Es toda una cadena productiva la que se ve afectada.

¿En qué va la industrialización de la hoja de coca?

Ya estamos entrando a la industrialización de productos en base de hoja de coca, ya no de manera artesanal. De inicio se lanzó “Kokabol” en Cochabamba.

Me animo a decir que está en un 95% de avance en cuanto a infraestructura. No hay que olvidar que para poner en marcha la industrialización se debe tener el equipo, la infraestructura y el recurso humano.  Se necesita toda una estructura.

Como Digcoin también estamos cumpliendo las metas propuestas por el Gobierno nacional, de tener derivados de coca. “Cokal” es uno y ya está en proceso de degustación.

La bebida a base de coca que está en fase de degustación.  Foto: Leny Chuquimia / Visión 360