Revelaron las instrucciones secretas para los vuelos de la reina Isabel II: caramelos, martinis y una advertencia para la tripulación

Las instrucciones halladas entre las pertenencias de una ex azafata muestran detalles sobre el estilo de vida que llevaba a la monarca durante sus viajes internacionales

 

La reina prefería tener caramelos Velva y un Martini antes de recibir invitados en sus vuelos (REUTERS)



La reina prefería tener caramelos Velva y un Martini antes de recibir invitados en sus vuelos (REUTERS)

 

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Fuente: infobae.com

En el vasto reino de secretos y tradiciones que rodeaban a la Reina Isabel II, recientemente se ha develado un conjunto de instrucciones específicas que reflejan las preferencias personales y el estilo de vida que la monarca mantenía incluso a miles de metros sobre el suelo. Estas instrucciones, encontradas entre las pertenencias de la ex azafata de British Airways, Elizabeth Evans, tras su fallecimiento en 2017, proporcionan una mirada única a los viajes reales y han capturado la atención tanto de los aficionados a la realeza como de los entusiastas de la aviación.

Los documentos, que datan de 1989 y estaban dirigidos a la tripulación de un vuelo real durante una gira por Malasia y Singapur, destacan las preferencias de Isabel II durante sus viajes. Entre las solicitudes específicas, reveladas por el Daily mail, se encontraba un tazón de caramelos de menta, que debía estar a su lado y en su vestidor, y un Martini preparado antes de la llegada de sus invitados.

Cuáles eran las preferencias aéreas de la Reina Isabel II

Fox Business añadió que las instrucciones también especificaban que la reina llevaba consigo sus propias almohadas, asegurando así un confort personal en el aire. Además, las “instrucciones confidenciales” advertían al personal de vuelo que debían asegurarse de no molestarla si no estaba despierta al momento del aterrizaje. Estas reglas, cuidadosamente observadas por la tripulación, reflejan la importancia de mantener la serenidad y privacidad de la monarca en todo momento. La Reina Isabel II realizó más de 250 vuelos internacionales durante sus 70 años de reinado, y cada uno de ellos requería una preparación meticulosa para asegurar que todas sus necesidades fueran atendidas sin fallos.

La existencia de estas instrucciones salió a la luz tras el fallecimiento de Elizabeth Evans, ex azafata de British Airways, en 2017. Entre sus pertenencias se encontraron no solo los documentos relacionados con los vuelos de la reina, sino también una colección de recuerdos de otros vuelos ilustres, como menús autografiados por celebridades de la talla de Arnold Schwarzenegger, Patrick Swayze y Rod Stewart. Esta colección será subastada este mes, con un valor estimado entre USD 500 y USD 800. “Creemos que esta colección es un pequeño pedazo de historia que debe ser compartido y disfrutado por alguien”, comentó Jo Smallwood, sobrina de Evans, a Hanson Auctioneers.

Los documentos también revelan que el personal debía asegurarse de no despertar a la reina durante los aterrizajes (Getty Images)

Los documentos también revelan que el personal debía asegurarse de no despertar a la reina durante los aterrizajes (Getty Images)

Por otro lado, W destacó la opinión de la entrenadora de etiqueta, William Hanson, respecto a las preparaciones detalladas para los viajes reales. “Diferentes miembros de la familia real tendrán actitudes diferentes hacia los viajes y lo que empacan (…) además, siempre deben llevar un atuendo negro en caso de tragedia”, dijo Hanson en la docuserie “A Royal Guide To…”.

Las preferencias detalladas de la Reina Isabel también reflejan su estilo de vida meticuloso. La información de W describe los vuelos supersónicos en el Concorde, un avión que volaba a velocidades dobles de un avión comercial estándar, y que la reina utilizó en ocasiones especiales. “No solo eran las preferencias en tragos y caramelos Velva, sino también en cómo debía estar hecha su cama, debido a que traía sus propias almohadas”, recalcó Ia revista.

Otros recuerdos de la azafata del Concorde: cómo era

Además de los artículos sobre la reina, la colección de Evans incluye recuerdos de otros vuelos y pasajeros ilustres en el Concorde, aviones conocidos por su velocidad y exclusividad. Todos estos detalles dan a conocer una perspectiva más íntima de la vida y viajes de la reina, los cuales fueron apoyados por desarrollos tecnológicos subsidiados por el gobierno británico. “Aunque la Reina parecía favorecer el Concorde, incluso ella estaba limitada en su uso, siendo empleados principalmente para vuelos de larga distancia sobre océanos debido a las preocupaciones de ruido”, explicó W Magazine.

El Concorde, utilizado por la reina para viajes oficiales, era conocido por su velocidad y exclusividad (Getty Images)

El Concorde, utilizado por la reina para viajes oficiales, era conocido por su velocidad y exclusividad (Getty Images)

Finalmente, las revelaciones sobre los viajes y preferencias de la Reina Isabel II no solo atraen a los aficionados a la realeza sino también a los entusiastas de la historia de la aviación. “Elizabeth era claramente muy valorada por British Airways ya que sirvió a algunas de las personas más importantes del mundo”, comentó Charles Hanson, propietario de Hanson Auctioneers, a Fox Business. La subasta de estos documentos entrega una ventana invaluable a un aspecto menos conocido del reinado de la Reina Isabel II.

El Concorde fue un avión supersónico de pasajeros, desarrollado conjuntamente por las compañías aeronáuticas Aérospatiale de Francia y British Aircraft Corporation del Reino Unido. Caracterizado por su distintiva nariz afilada y delgada, así como sus alas en forma de delta, el Concorde alcanzaba velocidades de hasta Mach 2.04 (más del doble de la velocidad del sonido) y volaba a altitudes de entre 16 y 18 kilómetros, permitiendo cruzar el Atlántico en menos de la mitad del tiempo de los aviones comerciales convencionales. Este avanzado diseño incluía motores potentes tipo turbojet con postcombustión, capaces de proporcionar el empuje necesario para superarla barrera del sonido. Aunque sus vuelos regulares comenzaron en 1976 y se mantuvieron hasta 2003, el Concorde quedó siempre asociado a la imagen de lujo y avance tecnológico, a pesar de su alto consumo de combustible y costo operativo.