Estados Unidos investiga por interferencia electoral a ciudadanos que trabajaron con la televisión estatal rusa

El FBI allanó los domicilios de dos conocidos comentaristas como parte de un esfuerzo por desmontar los intentos de influir en las elecciones de noviembre.

Dimitri K. SimesDimitri K. Simes

Fuente: Infobae



 

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha iniciado una amplia investigación penal sobre los estadounidenses que han trabajado con las cadenas de televisión estatales rusas, lo que muestra un agresivo esfuerzo para combatir las operaciones de influencia del Kremlin de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, según funcionarios estadounidenses informados de la investigación.

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Este mes, agentes del FBI registraron los domicilios de dos destacadas personalidades relacionadas con los medios de comunicación estatales rusos: Scott Ritter, ex inspector de armamento de Naciones Unidas y crítico con la política exterior estadounidense, y Dimitri K. Simes, asesor de la primera campaña presidencial del expresidente Donald Trump en 2016. Los fiscales no han anunciado cargos contra ninguno de ellos.

Scott Ritter (Yelena Afonina/TASS/Sipa USA)Scott Ritter (Yelena Afonina/TASS/Sipa USA)

Algunos de los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir las investigaciones, afirmaron que se esperaban más allanamientos pronto. También es posible que se emitan cargos penales, dijeron.

La investigación se produce a raíz de las conclusiones oficiales de los servicios de inteligencia del gobierno de Biden, según las cuales las organizaciones de noticias estatales de Rusia, incluido el canal de noticias mundial RT, están trabajando con sus agencias de inteligencia para influir en las elecciones de todo el mundo.

Esos esfuerzos incluyen la contienda de noviembre entre Trump y la vicepresidenta Kamala Harris. Por tercera vez, según los funcionarios y las declaraciones públicas, el aparato de propaganda del Kremlin se ha lanzado a apoyar la candidatura de Trump, creando medios de noticias en línea y videos falsos para denigrar a Biden y, más recientemente, a Harris.

El presidente ruso, Vladímir Putin, aparece en una pantalla de televisión en un hotel durante un informativo en directo del canal de televisión Russia Today (RT) (REUTERS/Jon Nazca)El presidente ruso, Vladímir Putin, aparece en una pantalla de televisión en un hotel durante un informativo en directo del canal de televisión Russia Today (RT) (REUTERS/Jon Nazca)

Hasta ahora, la investigación se ha centrado en posibles violaciones de las sanciones económicas impuestas a Rusia tras su invasión a Ucrania y de una ley que obliga a revelar las actividades de los grupos de presión en nombre de gobiernos extranjeros.

La investigación del gobierno es políticamente tensa y reproduce el debate furiosamente partidista sobre la influencia de Rusia en la campaña presidencial de 2016. Al enfocarse en estadounidenses que trabajan con organizaciones de noticias, incluso si son estatales, la investigación también podría chocar con la protección de la Primera Enmienda de los derechos a la libertad de expresión.

Vehículos de la cadena estatal Russia Today (RT) cerca de la Plaza Roja en Moscú (REUTERS/Gleb Garanich)Vehículos de la cadena estatal Russia Today (RT) cerca de la Plaza Roja en Moscú (REUTERS/Gleb Garanich)

La Oficina de la Dirección de Inteligencia Nacional advirtió el 29 de julio de que Rusia estaba explotando a “estadounidenses voluntarios e involuntarios” para crear y propagar narrativas favorables al gobierno del presidente Vladimir Putin.

“Estas personalidades”, dijo la oficina en un comunicado, “publican contenido en las redes sociales, escriben para varios sitios web con vínculos abiertos y encubiertos con el gobierno ruso, y llevan a cabo otros esfuerzos mediáticos”.

La investigación gubernamental no se enfoca en los ciudadanos de a pie que ven los medios estatales rusos o que publican sobre ellos en internet, sino está enfocada en individuos que intencionalmente difunden desinformación desde Moscú, dijeron algunos de los funcionarios.

Ritter, quien ha trabajado como escritor colaborador para RT, dijo en una entrevista telefónica que un allanamiento de horas de duración de su casa en Delmar, Nueva York, el 7 de agosto parecía ser un esfuerzo para intimidarlo por expresar sus opiniones políticas sobre Estados Unidos, Rusia y la guerra en Ucrania.

Los agentes del FBI y la policía estatal incautaron teléfonos móviles, computadoras y discos duros, pero no lo detuvieron. “Es un ataque frontal absoluto a la Constitución de Estados Unidos”, dijo Ritter.

El alcance de la ofensiva sigue sin estar claro, y el Departamento de Justicia y otros funcionarios de Washington se negaron a hablar de ello cuando se les preguntó. En los últimos meses, sin embargo, el gobierno de Biden se ha mostrado cada vez más alarmado por las operaciones de influencia de Rusia contra Estados Unidos, y parece dispuesto a actuar con mayor contundencia.

El mes pasado, el Departamento de Justicia procedió a clausurar una campaña furtiva destinada a sembrar la discordia en Estados Unidos y otros países y a difundir propaganda rusa sobre la guerra en Ucrania.

En colaboración con los gobiernos de Canadá y los Países Bajos, así como con funcionarios de la plataforma de medios sociales de Elon Musk, X, el Departamento de Justicia eliminó 968 cuentas no auténticas. Los rusos crearon y operaron las cuentas utilizando herramientas de inteligencia artificial disponibles en el mercado.

En las declaraciones juradas publicadas con el anuncio, los funcionarios vincularon explícitamente la operación al Servicio Federal de Seguridad de Rusia y a RT.

Las cadenas de televisión estatales rusas emiten en inglés y otros idiomas extranjeros y actúan como megáfono mundial de las opiniones de Putin, quien habitualmente describe a Estados Unidos y sus aliados como una potencia hegemónica empeñada en dominar el mundo.

Ritter, quien viajó a Rusia y a las zonas ocupadas de Ucrania en enero, dijo que la orden de registro de su domicilio hacía referencia a una investigación relacionada con la Ley de Registro de Agentes Extranjeros, la ley federal que obliga a los estadounidenses a revelar las actividades políticas y de grupos de presión en nombre de gobiernos extranjeros.

Simes, ciudadano estadounidense de origen soviético, está siendo investigado, entre otros delitos, por violación de la Ley de Poderes Económicos para Emergencias Internacionales, fundamento jurídico de la imposición de sanciones económicas, dijeron algunos de los funcionarios.

El 13 de agosto, los agentes entraron a una finca boscosa de 53 hectáreas cerca de las montañas Blue Ridge en Virginia que Simes y su esposa habían comprado en julio de 2021, según Rappahannock News, un periódico local que informó primero sobre el allanamiento.

Simes, de 76 años, ha sido una presencia fija de los debates sobre política exterior estadounidense en Washington desde que emigró de la Unión Soviética cuando era joven, en 1973.

Fue asesor informal sobre asuntos soviéticos del presidente Richard Nixon, quien, en 1994, le nombró miembro de un grupo de investigación que él mismo fundó y que ahora se conoce como Centro para el Interés Nacional.

En 2016, Simes fue el anfitrión de Trump, entonces candidato presidencial, en un discurso en el que pidió mejorar las relaciones con el gobierno de Putin. También presentó a Trump al entonces embajador ruso.

Simes también le suministró al yerno del Trump, Jared Kushner, lo que creía que era información incriminatoria que los rusos sabían sobre el expresidente Bill Clinton, el marido de la oponente demócrata de Trump en ese momento, según el informe final de la investigación de Robert S. Mueller III sobre la interferencia de Rusia en la campaña de 2016.

Aunque Simes fue entrevistado por los investigadores de Mueller y citado repetidamente en el informe en 2019, no fue acusado de haber cometido irregularidades. Renunció al Centro para el Interés Nacional en 2022 y, según una entrevista el viernes en Sputnik, otra de las cadenas de televisión rusas, ha estado en Rusia desde octubre de 2022.

Desde 2018, ha presentado un programa de entrevistas semanal, The Big Game, en una de las cadenas de televisión estatales de Rusia, Channel One.

En la entrevista en SputnikSimes dijo que no sabía la razón del allanamiento, pero especuló que era un intento de sofocar a quien buscara mejorar las relaciones entre Rusia y Estados Unidos. Dijo que sus cuentas bancarias habían sido congeladas, excepto una en la que se depositaban sus cheques de la Seguridad Social, y expresó su preocupación por el hecho de que los agentes hubieran incautado cuadros de artistas de vanguardia soviéticos y rusos que estaban en su casa.

«Claramente es un intento de intimidar, no solo a alguien de Rusia, sino simplemente a cualquiera que vaya en contra de las políticas oficiales y particularmente contra el Estado profundo», dijo durante la entrevista Simes, quien no pudo ser contactado de inmediato para hacer comentarios.

Desde 2017, el Departamento de Justicia ha requerido que RT se registre como agente extranjero, no como una organización de noticias, para reflejar el control del gobierno sobre sus operaciones. No existe un precedente legal claro que dicte si los periodistas que trabajan para una organización de noticias caerían bajo los requisitos de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros.

Ritter, en la entrevista, dijo que había sido escritor colaborador de RT, entre otras organizaciones de noticias, desde 2020. Dijo que se le pagaba por artículo –una suma que describió como una norma de la industria de 150 a 300 dólares– pero no se enfrentaba a más control editorial que el que normalmente hacían los editores al asignar y editar el trabajo.

Cuando estalló la guerra en Ucrania en 2022, se convirtió en un abierto defensor de la invasión rusa, reflejando a menudo el esfuerzo de Rusia por culpar a Estados Unidos y a la OTAN del conflicto.

«La única razón por la que puedo creer que están haciendo esto», dijo, «es si hay algún interés de seguridad nacional en el que creen que de alguna manera estoy conspirando activamente con Rusia contra los intereses de Estados Unidos, que me he convertido en algo más que un propagandista, que me he convertido en algo más como, ya sabes, un arma de desinformación».

© The New York Times 2024.