La Bolivia plurinacional no es para aburridos ni indiferentes


“Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país”, qué hermoso y poderoso artículo primero de la Constitución Política del Estado, vigente desde febrero de 2009.

No es nueva ni vieja, así que los que van usando el término en sus discursos, reportajes o documentos solo digan la CPE y punto. Son catorce años y durante todo este tiempo, se fue construyendo o destruyendo ese mandato de respeto al pluralismo, a la diversidad, a la plurinacionalidad.



Pero eso sí, que esta Bolivia plurinacional es intensa, dinámica, tensa y completamente polarizada hasta los tuétanos. A eso nos impulsaron los que nos gobiernan desde el 2006: collas vs cambas, indígenas vs karay, campesinos vs citadinos, ricos vs pobres, trabajadores vs empleadores, gays vs heterosexuales, lesbianas vs religiosas, interculturales vs originarios, explotados vs explotadores, traidores vs leales, revolucionarios vs reaccionarios, progresistas vs conservadores, imperialistas vs nacionalistas, derecha vs izquierda, neoliberales vs socialistas.

Y esa lista se fue aumentando en función de los hechos y medidas que desde el poder se lanzó o quiso imponer.

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Una tras otra. Ni bien empieza una tormenta, ruge un huracán. Acaba de arrancar un torneo dan luz verde otra competencia. Se enciende una polémica, ya hay otra que se alimenta. La chispa se prende y el fuego se expande.

No es un cuento, ni una novela corta ni un relato de ciencia ficción. Es la realidad dinámica a la boliviana, donde la verdad siempre está en juego o está cuestionada. El filósofo español. Manuel Cruz, decía que la “la verdad, de hecho, es política por naturaleza, dado que solo existe cuando se habla de ella y su opuesto no es el error o la  ilusión, sino la mentira o la falsedad deliberada”.

Es la realidad plurinacional, diversa, pluralista y de todos los colores y sabores donde se suceden los hechos sociales, políticos, económicos, culturales, étnicos, de género, geográficos, naturales, los cuales tienen no solo dos miradas, sino muchas y  todas quieren arrastrar o encumbrarse con la verdad, ahora y gracias a las tecnologías imponer las posverdades. La verdad ha sido manejada al antojo del poder, y que lamentablemente sigue secuestrada.

Es así que el boliviano vive cada día golpe a golpe. Emociones tras emociones. Escándalos a granel y corruptos, impunes y felices. Presiones y miedos que van alimentando haciendo uso de todos los instrumentos comunicacionales y de las poderosas redes sociales, siendo consciente el poder, que hay que entretener y mantener ocupados a los ciudadanos y  nada mejor que apretar el acelerador en presentar hechos, declaraciones, personajes, medidas, leyes para imponer su posverdad, teniendo a su total disposición todo el aparato del Estado: el sistema judicial, que ha hecho de la justicia un recurso inhumano; la crisis económica que para algunos del poder no hay tal, si no mera especulación de caseras y de la derecha; las políticas erradas del pretendido referéndum presidencial, que fuera rechazada en primera instancia; los resultados del referéndum 2024, que causó un verdadero tsunami de rechazo, cuestionamientos, dudas y desprecio por las cifras presentadas, acciones que vinieron de gobernadores, alcaldes, dirigentes políticos, sociales y hasta del mismo partido de gobierno, el MAS.

Ni si diga de tantos otros hechos que se presentan a diario, pero que, sin duda, tienen un objetivo: mantenernos ocupados, distraídos, polarizados, inquietos, conflictuados, pero que el gobierno no está midiendo las consecuencias de todo ello, aunque Bolivia siempre ha tenido la paciencia y la sabiduría de no saltar al abismo.

Nos llega a la memoria estas reflexiones del filósofo y escritor norteamericano, Henry David Thoreau (1817-1862): “Cuando un gobierno es injusto, el lugar de todo hombre justo está en la cárcel”.  A este hombre no le gustaba la autoridad ni las leyes impuestas, llevaba como su sentencia favorita “el mejor gobierno es el que gobierna menos”, estuvo encarcelado varios años por su rebeldía contra el gobierno de turno.

Pero lo que plantea es bastante actual y condice con estos golpes que el boliviano debe soportar, que, así como el oro, se prueba en el fuego, así los que son parte del Estado Plurinacional se prueban y ponen en juego su valor en las adversidades del día a día. “Creo que deberíamos ser hombres primeros y después súbditos. Lo deseable no es que se cultive el respeto a la ley, sino a la justicia. Se ha dicho, y con mucha razón, que una  corporación no tiene conciencia; pero una corporación formada por hombres que sí la tienen es una corporación con conciencia. La ley no ha hecho nunca a los hombres ni una pisca de justos, y a causa del respeto que les infunde, aún los hombres mejor dispuestos se convierten a diario en agentes de la injusticia”.

Estos últimos cuatro meses del 2024 estarán cargados de una alta conflictividad, de cálculos, metidas de pata, proceso en que el ciudadano tiene como aliado fundamental las redes sociales, que se han convertido en protagonistas políticos importantes y que nos impulsa a la participación social, política y a dar riendas sueltas a la expresión en todas sus formas. Opine, informe, denuncie, de alas, a su libertad de expresión.

Así como puede apreciar, no hay motivos para aburrirse ni para ser perezosos ante semejante panorama que ya está encima con las marchas contra los resultados del Censo 2024;la crisis económica galopante; la falta de dólares, de combustibles; las elecciones judiciales de diciembre; las campañas preelectorales rumbo a agosto del 2025; las pugnas cada vez más duras y sucias del MAS contra el MAS; la dispersión de la oposición y de aparición de ciertos liderazgos que se autonombran así; la liberación de parte de la justicia de corruptos, agresores y violadores, que los mandan a sus casas a seguir delinquiendo; los incendios forestales que están venciendo a los bomberos y no se apagan; la destrucción de la madre tierra parte de la minería ilegal del oro; la inercia y complicidad de la gloriosa COB, mientras su secretario ejecutivo cobra su sueldazo (sin trabajar) de Bs. 15.340, en fin, ahí debemos estar resistiendo, indignándonos, rebelándonos y así como dijo el poeta inglés John Donne: Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti”.

Estimado lector/lectora te dejo con esta premisa de Donne: “Antes muerto que mudado”. Y ojo que las campanas de la parroquia de tu barrio pueden anunciarte tu derrota o tu victoria.


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