La Paz produce cada año tres millones de toneladas de escombros y no tiene lugares adecuados para depositarlas

Lamentan que el material de construcción a menudo se deseche de manera indiscriminada, lo que no solo perjudica la infraestructura pública y al ornato, sino que también contribuye a los daños y emergencias ocurridos durante la pasada temporada de lluvias.

La Paz produce cada año tres millones de toneladas de escombros y no tiene lugares adecuados para depositarlas           Imagen de referencia de Mallasa. Foto: Fundación para el periodismo

 



Fuente: Brújula Digital
Por Alissya Guerrero

¿Qué hace una ciudad que produce cada año tres millones de toneladas de escombros si no tiene varios lugares adecuados para depositarlas? Pues simplemente ve cómo se echan a los lechos de los ríos, a las curvas de ciertas avenidas o a decenas de quebradas, generando graves riesgos de emergencias para la ciudad, además de un horrible aspecto. La Ciudad Maravilla está plagada de espacios en los que los escombros se desparraman a la vista de todos.

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Desde hace por lo menos una década que La Paz intenta aprobar una ley municipal que establezca lugares amplios y adecuados para llevar esos desechos (que son residuos de construcciones, sobre todo restos de cemento, ladrillo, fierro, etc.) y, ojalá, reciclarlos.

Hasta ahora ello no ha sido posible, dijo Yelka Maric, la concejala de La Paz que está desde hace tres años intentando generar consensos para solucionar este tema. Los avances han sido lentos, entre otras cosas porque no es fácil hallar esos lugares, que deben estar en tres o cuatro zonas de La Paz.

Según datos del SINGEP, una instancia del Gobierno Municipal de La Paz, la ciudad produce 3,04 millones de toneladas de escombros al año. Ello es más que la cantidad de basura generada diariamente, pero en ese caso existen camiones que la recogen y una planta que recibe el 100% de ella.

Una buena, pero a la vez pequeña, solución fue la inauguración de una planta de desecho de escombros en la zona de Aranjuez. Allí se puede hacer un tratamiento de hasta 60 toneladas diarias, pero ello es una cifra minúscula respecto de las 8.000 toneladas diarias que se producen en la ciudad. La planta, si trabaja a su máxima capacidad, logra tratar menos del 1% del total de la ciudad.

Los volqueteros “se buscan la vida”

En el caso de los escombros, los conductores de volquetas simplemente “se buscan la vida” y dejan los desechos donde pueden, dijo Rodrigo Landa, un arquitecto. Hay ciertos lugares en La Paz o municipios aledaños como Achocalla, Palca y Mecapaca donde se llevan esos escombros.

“Es un problema que nosotros no tengamos dónde ir a botar los escombros, ya hace años hemos solicitado a la Alcaldía que pueda habilitar un lugar, pero hasta ahora nada”, indicó Roby, un volquetero de Mecapaca.

La concejala Maric explicó a Brújula Digital que hasta la fecha ninguna gestión municipal pasada ha logrado dar una solución integral al tema de los desechos de escombros. Asimismo, señaló que desde 2021 solicitó al ejecutivo municipal coordinar el trabajo para aprobar una ley que regule el tema. Dijo que espera que en breve se puedan dar algunas luces de solución.

“Si bien gran parte de la responsabilidad de disponer adecuadamente de estos materiales recae en los constructores, el gobierno municipal tiene la obligación de identificar y habilitar lugares específicos que cumplan con las condiciones ambientales necesarias para su disposición, que se conocen como ‘buzones’”, afirmó Maric.

Añadió que el material de construcción a menudo se desecha de manera indiscriminada, lo que no solo perjudica la infraestructura pública y al ornato, sino que también contribuye a los daños y emergencias ocurridos durante la pasada temporada de lluvias.

“Estos desechos forman diques y tapones en ríos y quebradas, alterando sus cursos naturales y provocando inundaciones en barrios o zonas, así como erosión en las laderas y en los cerros”, agregó.

La concejala comentó que su equipo, en coordinación con el exsecretario de Gestión Ambiental, Eduardo Galindo, llevó a cabo la elaboración de una ley; sin embargo, al haber sido destituido, indicó que ahora espera reunirse con el nuevo secretario para abordar esta problemática.

El actual secretario de Gestión Ambiental, Juan Pablo Saavedra, indicó que se identificaron cinco buzones (lugares) para el depósito de escombros y que ya se ha iniciado los trámites en la Alcaldía para autorizarlos. El proceso podría demorar meses o hasta años.

Largos trámites

Para que se pueda llevar los escombros a la planta de Residuos de Construcción que se encuentra en Aranjuez se debe hacer un trámite previo que demora aproximadamente 15 días para solicitar la autorización.

“(Los interesados) solicitan o mandan una nota a la Dirección de Tratamiento Cultural Ambiental, nosotros realizamos una inspección, verificamos qué tipo de escombros nos van a llegar, programamos un cronograma y le damos la autorización”, indicó el director de Prevención y Control Ambiental, Marco Martínez.

Martínez agregó: “Estamos hace bastantes años procurando espacios físicos cercanos que nos permitan poder activar este servicio, actualmente tenemos de cuatro a cinco identificados de pequeña capacidad y hemos iniciado ya los tramites que corresponden al interior del GAMLP para que después puedan ser derivados a la Gobernación y tramitar el respectivo permiso”, indicó la autoridad en entrevista con Brújula Digital.

Agregó que los volqueteros que desechan escombros en lugares no autorizados, siendo la planta de reciclaje el único sitio habilitado, enfrentan multas que pueden llegar a 10.000 bolivianos.

La supervisora de la planta, Angela Acsama, indicó que cuando la cantidad de escombros es menor a tres cubos (cada cubo equivale a un metro cuadrado), se la puede llevar directamente a la planta, “siempre y cuando estén limpios, no tengan mucha tierra y no nos traigan basura mezclada con los residuos de construcción y demolición”.

El arquitecto Gustavo Tejada indicó que para una empresa constructora no es factible realizar un trámite que demore 15 días para desechar sus escombros.

Además, señaló que “es un proceso complicado separar esos materiales, implica un gasto y un rendimiento que no se lo contempla en las construcciones, si uno va a botar los escombros sería con una mezcla de materiales ya sea ladrillos, escombro, basura y separarlos, para llevar recién a la planta, es muy difícil”.

Tejada explicó que las empresas constructoras tienen un contacto directo con los volqueteros para el desecho de escombros, y son ellos quienes se encargan de decidir el lugar donde se desecharán.