Es el tercer día consecutivo que los niveles han renovado sus mínimos históricos en la capital paraguaya, Asunción.
Botes de pesca en la orilla del río Paraguay en la localidad de Mariano Roque Alonso, en las afueras de Asunción (AP Foto/Jorge Sáenz)
Fuente: Infobae
Una fuerte sequía en la Amazonía y el Pantanal brasileños ha provocado que el río Paraguay alcance los niveles de agua más bajos en más de un siglo en Asunción, lo que ha afectado al transporte en esta importante vía fluvial.
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Los datos divulgados por el Departamento de Meteorología e Hidrología de Paraguay mostraron que los niveles de agua del río, una importante vía de transporte comercial en un país que no tiene salida al mar, bajaron el lunes 89 centímetros por debajo del punto de referencia del medidor.
Es el tercer día consecutivo que los niveles han renovado sus mínimos históricos en la capital paraguaya. La última vez que el río registró niveles tan bajos fue en 2021, cuando llegó a su entonces menor marcación, de 0,75 metros por debajo del “índice cero” de la regla de medición usada por las autoridades en su lecho.
El sábado, el río Paraguay ya había alcanzado la marca de 82 centímetros menos y, un día después, bajó cuatro centímetros más. Según informó el Departamento, no hay previsión de precipitaciones en los próximos días, con lo cual “se espera que el nivel continúe bajando y generándose nuevos valores históricos”, no solo en el puerto de la capital sino también en otros puntos de la cuenca del Plata.
“No hay una perspectiva de que eso va a mejorar”, matizó el vicedirector de la institución, Jorge Sánchez.
Paraguay, un país sin salida al mar de unos siete millones de habitantes, depende de sus ríos para generar electricidad e impulsar el 80% de su comercio internacional. Asimismo, sus vías fluviales desempeñan un importante papel en el transporte y desplazamiento de los locales.
El río Paraguay, que nace en Brasil y pasa por Bolivia, cruza Paraguay y desemboca en Argentina, es uno de los principales cauces de agua de Sudamérica y un importante corredor de la hidrovía Paraguay-Paraná, que se extiende por más de 3.400 kilómetros de largo y conecta la producción de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay con el océano Atlántico.
Solo el año pasado, la hidrovía movilizó más de 25 millones de toneladas de mercancías en cargas de exportación e importación, incluyendo los agroproductos, fertilizantes, hidrocarburos y aceites, según datos del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos.
Brasil, donde nacen algunos de los principales ríos de las cuencas de Sudamérica, como el Paraguay y el Paraná, atraviesa una de las peores sequías de su historia, agravada por los incendios que arden sin control desde el pasado junio.
En Paraguay, la bajada de los ríos es algo habitual durante la temporada seca, entre julio y octubre, e históricamente el río homónimo empieza a declinar su nivel de agua a partir de julio. Sin embargo, en los últimos años el país ha sido impactado con los efectos del fenómeno de El Niño ante la falta de lluvias esperadas e impidió que el cauce tuviera tiempo para recuperarse del estiaje del año pasado, explicó Sánchez.
Ahora, el país espera la llegada del fenómeno inverso – La Niña – que deberá traer condiciones climáticas más secas y frías, lo que podría agravar el cuadro. “Nosotros hemos venido pasando desde 2020 por un periodo de muchas sequías”, dijo el vicedirector.
Ante la significativa bajada del nivel de agua, hay embarcaciones que ya no pueden moverse. “No se puede navegar porque ya no hay agua, no da para la navegación, hasta donde entiendo ni cinco pies. No alcanza el agua y la embarcación no cala. Esto es un fracaso”, dijo Fermín Giménez, un marinero cuya embarcación quedó parcialmente varada en la localidad de Mariano Roque Alonso, en las afueras de Asunción.
Según los expertos, los bajos niveles del río Paraguay, una tendencia cada vez más habitual y que se repite en otras cuencas, desde Estados Unidos hasta la Amazonía, reflejan los impactos de la crisis climática y es una consecuencia del crecimiento demográfico, la deforestación e incendios que acometen también el Pantanal brasileño, el mayor humedal tropical del mundo.
“En todas partes estamos viendo un aumento de las sequías, que son más prolongadas, más intensas, más frecuentes y más difíciles de recuperar”, dijo la subdirectora general de investigación del Instituto Internacional de Gestión del Agua, Rachael McDonnell.
(AP)