Tras la irrupción en la sede de la Central Obrera Bolivia (COB), el lunes, los dirigentes Juan Enrique Mamani y Humberto Claros, de los sectores campesino e intercultural, y afines al expresidente Evo Morales, se declararon este martes en la clandestinidad y denunciaron persecución política.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

“Estamos haciendo esta conferencia de prensa desde el resguardo y desde la clandestinidad. Sabemos que el gobierno de Luis Arce junto (Juan Carlos) Huarachi han activado dispositivos policiales y judiciales para perseguirnos. Están rabiosos, no saben qué hacer”, dijo Claros.

El dirigente reconoció que, “evidentemente”, la COB fue tomada ante los “graves hechos” que se está planificando. Reiteró que se estuvo manteniendo “reuniones secretas” en pasados días. “Nosotros hemos hecho la toma pacífica de la COB y, para verificar, hay transmisiones en vivo desde el momento que hemos ingresado”, justificó.

A los minutos de esa protesta del sector evista, Huarachi denunció un “intento de golpe sindical”, además, de señalar que recibió amenazas contra su vida y la de su familia.

Esa noche, en distintos medios de información, el comandante departamental de la Policía de La Paz, Édgar Cortez, confirmó que había sendas denuncias contra los dirigentes. Las autoridades del Ministerio Público tendrán que determinar el tipo de delito, adelantó.

Este martes, en la marcha de la COB y de las organizaciones sociales, Huarachi también reprochó y condenó la toma de la casa matriz de los trabajadores y calificó de “acto vandálico”. “Condenamos todo acto de intervención a nuestras organizaciones sindicales, como así pasó en la COB, acto vandálico, delincuencial porque han agredido, han robado”.

“Lo que ha pasado (también) con nuestros hermanos de la Túpac Katari, lo que pasó en 2019; de igual manera, han tomado las sedes y hoy igual se están dando la tarea de dividir y toma de las instituciones”, denunció el ejecutivo de la COB.

El lunes, el presidente Luis Arce condenó también la “violenta” toma de la sede sindical de los trabajadores y exigió una investigación “rigurosa y una sanción” para los responsables.

“¡Así no! La violencia es el refugio de quienes desprecian la democracia. Condenamos enérgicamente la violenta toma de la sede de la Central Obrera Boliviana (COB) en La Paz”, escribió el mandatario desde sus redes sociales.

En otro acto público denunció que lo ocurrió fue un actos fascista.