Alejandro Brown I.*
Hoy la figura no es tan distinta, las dictaduras del siglo XXI que implementaron los países del ALBA no tienen ninguna diferencia con las dictaduras militares en términos de atropello a los derechos humanos, represión, detenciones arbitrarias, persecución política, muertes y el extraño caso de más de 800 exiliados políticos en un país supuestamente democrático.
La diferencia está en los métodos que utilizan, antes se utilizaban paramilitares, mercenarios o los militares mismos en la represión. Hoy la represión es más sofisticada, se toma el Poder Ejecutivo mediante voto para destrozar la reputación de muchas personas, se desinstitucionaliza el país, se criminaliza a los actores políticos vigentes, y se toma el Poder político total, es decir el Legislativo, cuya mayoría es levanta-mano del masismo, sus miembros hacen coro de las acusaciones del Ejecutivo; a través del Ministerio Público se encarga de judicializar a los opositores, luego enterrar su prestigio y amenaza su libertad. Por otra parte, el Poder Judicial se encarga de imponer un juicio parcializado y encarcelar u obligar a salir del país como a muchos. Entonces, como verán es un sistema de represión muy eficiente y la comunidad internacional todavía hace la vista gorda mientras se realicen elecciones y el país puede ser considerado todavía democrático.
En el pasado, los dictadores perseguían de la misma forma a sus adversarios políticos, solo basta recordar que durante la centuria pasada también fueron exiliados Montes, Saavedra, Hernando Siles, Víctor Paz, Siles Suazo, Banzer, Guevara Arce, Paz Zamora, por nombrar a varios. Algunos se sujetaron al asilo diplomático y otros huyeron a trancas y barrancas. El único que se salvó, porque seguramente entró tarde a la política fue Gonzalo Sánchez de Lozada; claro, ahora asilado en EEUU, su caso fue el primero en ser criminalizado, más allá de simpatías o antipatías con este señor, pero a través de este juicio perfeccionaron la maquinaria e introdujeron un elemento muy importante para el masismo, la criminalización con delitos que tengan un impacto muy fuerte en la prensa internacional. A Goni se lo acusa de Genocida, a los cruceños de supuestos Separatistas y Terroristas, a otros de corruptos o de enriquecimiento ilícito, etc. Todos son delitos ficticios pero que tienen muy buena cobertura de prensa y un efecto devastador en el prestigio de quienes reciben estos motes.
Persecución política judicial contra los opositores por parte de fiscales y jueces afines al gobierno del MAS no es otra cosa que preparar el camino para que Evo Morales se perpetúe en el poder bajo un régimen totalitario.
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No olvidemos que somos "Hombres Libres".
Por ello "Siempre libres cruceños seamos"…
*Perseguido político