En el país, que depende casi enteramente de las lluvias para producir electricidad, hay apagones programados de hasta 10 horas diarias.
Fuente: Infobae
Tras el anuncio de nuevos racionamientos de la electricidad, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, se pronunció sobre la crisis energética durante la sesión solemne por los 204 años de independencia de Guayaquil. En su discurso, el mandatario explicó que la crisis ha sido agravada por una severa sequía a nivel regional, combinada con decisiones inadecuadas de administraciones anteriores, lo que ha condicionado una situación de dependencia energética condicionada por el clima.
Noboa subrayó que la actual situación requiere esfuerzos colectivos y decisiones difíciles. “Nos toca afrontar esto, arrimar el hombro como lo están haciendo cada uno de los ecuatorianos”, manifestó en la ceremonia realizada el 9 de octubre de 2024. El presidente también indicó que su gobierno está trabajando en la diversificación de la matriz energética, con un enfoque en energías renovables.
Entre las medidas concretas mencionadas, Noboa señaló la reactivación de proyectos que, según el mandatario, habían sido abandonados por administraciones anteriores. De acuerdo con Noboa, su gestión ha permitido sumar 410 MW al sistema eléctrico. A pesar de estos avances, el presidente reconoció que el sistema energético del país es vulnerable.
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El discurso del mandatario explicó que la crisis energética no es solo un problema de gestión gubernamental, sino una situación que afecta a todos los ciudadanos: “Es un momento de reflexión, de lucha y de tomar decisiones sumamente difíciles”, concluyó.
La crisis energética actual tiene como principal causa la escasez hídrica que afecta a los embalses ecuatorianos, de los cuales depende más del 60% de la generación de energía hidroeléctrica. A esta problemática se suma la imposibilidad de importar energía desde Colombia, una fuente que normalmente contribuye con un “aporte energético y de potencia para abastecer la demanda en períodos de demanda media y punta”. La suspensión de estas importaciones por parte del gobierno colombiano desde el 30 de septiembre ha puesto a Ecuador en una situación aún más vulnerable, enfrentando un déficit de hasta 400 MW en momentos críticos.
De acuerdo con los datos gubernamentales, Ecuador está atravesando una de las peores crisis energéticas de su historia reciente, con apagones de hasta 10 horas no consecutivas a escala nacional. La falta de información oportuna sobre los racionamientos ha afectado tanto a los ciudadanos como a las industrias, impactando la estabilidad económica y social. Por ejemplo, el Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE) ha alertado sobre las graves consecuencias que estos cortes tienen en la economía, señalando que “cada corte de energía de 8 horas genera pérdidas aproximadas de USD 96 millones a escala nacional”.
Los expertos en energía, Jorge Luis Hidalgo y Darío Dávalos, han señalado en varias entrevistas que la crisis actual es consecuencia de décadas de mala gestión, falta de inversión y una infraestructura energética obsoleta, lo que ha exacerbado la situación actual. Para Hidalgo la crisis se ahonda con los subsidios del sistema eléctrico ecuatoriano, que benefician a las mineras, por ejemplo, y que no tienen un criterio técnico. Por otro lado, Dávalos critica la falta de previsión y planificación técnica del gobierno actual, argumentando que el déficit energético que ahora enfrenta el país, de 1.080 MW, se podría haber evitado con una mejor planificación.
Ambos expertos coinciden en que la solución a la crisis energética requerirá una combinación de inversiones públicas y privadas. Mientras Hidalgo subraya la necesidad de corregir los subsidios y recurrir a medidas emergentes, Dávalos sugiere avanzar en proyectos de energía renovable, como la eólica y la solar, así como mejorar la producción de gas natural. Ambos coinciden en que la crisis no se resolverá de inmediato.
Además del enfoque en la crisis energética, durante la sesión solemne se entregaron condecoraciones a figuras destacadas de Guayaquil, como la paratleta olímpica Kiara Rodríguez y el empresario y padre del presidente, Álvaro Noboa Pontón. Esta última condecoración ha sido fuertemente cuestionada porque algunos actores perciben que el presidente está utilizando su cargo para favorecer a personas cercanas, en lugar de premiar a individuos que lo merezcan por sus contribuciones.