Con la crisis del sector hidrocarburos, la minería ha vuelto a ser una de las principales fuentes de generación de divisas para Bolivia, impulsada por una mayor demanda de minerales y por el alza de los precios a nivel internacional. Además, el país ya no solo vende mineral en bruto, sino con valor agregado y minerales no metálicos.
Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) al mes de agosto revelan que las ventas al mundo de minerales alcanzaron un valor de 1.956,9 millones de dólares, un 11,4% más que en los primeros ocho meses de 2023.
Pero este valor sube mucho más si se toman en cuentas las exportaciones de plata metálica 69,7 millones de dólares, estaño metálico 345,9 millones de dólares y oro metálico 518,2 millones de dólares. Aunque el valor de este último producto bajó en comparación a los 1.833,6 millones de dólares.
Los datos del INE revelan que todos los minerales aumentaron ventas: plata 741,4 millones de dólares; plomo, 155,2 millones; boratos, 58,9; estaño, 47,7; wólfram, 24,5; antimonio, 20,8; cobre, 19,3; sulfato de bario, 7,5, y mineral de oro, 3,9 millones de dólares.
En comparación las ventas del gas, que hasta 2014 era el principal producto de exportación, estas llegan a sólo 1.164,4 millones de dólares a agosto, losi ngresos de la industria manufacturera alcanzan los 2.464,9 millones de dólares, y agricultura, ganadería, silvicultura y pesca 340,5 millones de dólares.
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El analista y docente de minería, Carlos Sandy, señaló que la minería ha repuntado en ventas por los buenos precios y ha recobrado importancia en las exportaciones por la crisis de los hidrocarburos y la declinación de los principales campos productores de campos de gas natural.
Explicó que hay una mayor demanda en el mundo, sobre todo de plata y oro, porque hay una crisis de las divisas como el dólar a nivel internacional y eso provoca un repunte de precios de los minerales en general.
“Además, hay un cambio. Ya no solo producen minerales Potosí, Oruro, La Paz. Por ejemplo, Cochabamba ha repuntado como productor y está disputando el segundo o tercer lugar, Tarija. Casi todas las regiones del país ahora hacen minería, lo único negativo es que se trabaja a nivel cooperativo, con baja productividad, falta de tecnología, temas ambientales”, puntualizó.
El otro cambio de tendencia, dijo, es que el país ya no solo está produciendo los minerales tradicionales estaño, zinc, plata, plomo, entre otros, sino que ahora se explotan minerales no metálicos: calizas, carbonatos, arcillas, entre otros.
“Los no metálicos no se ha explotado y explorado como debería ser, tiene un gran potencial. El litio es uno de los metálicos, pero de los salares, se extraen nitratos, boratos, potasio, esa es la mayor riqueza”, puntualizó.
Se necesita una visión nueva que apuntale una industria química básica a partir de la riqueza mineral existente en el país, para desarrollar otros productos como fertilizantes, detergentes, jabones, champú, entre otros derivados.
“Laminería va a seguir siendo un puntal en las exportaciones y generación de divisas, porque la prospección y exploración en hidrocarburos aún demoraran mínimo cinco años en dar resultado. Por eso es importante apoyar a la minería, mejorar la productividad, hacer más prospección”, remarcó Sandy.
En 2023 las exportaciones de minerales sumaron 5.665 millones de dólares, con un 15% de caída en valor y 4% en volumen, destacando el oro con 2.487 millones de dólares; los hidrocarburos lograron 2.125 millones de dólares, con una baja del 31% en valor y 20% en volumen, siendo el principal producto exportado el gas natural, con 2.047 millones de dólares, según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).