El lanzamiento de una canción de campaña para la reelección del presidente Evo Morales, en uno de los actos previos de la Cumbre del G77, abrió una intensa polémica enfocada en el autor de la misma.
Sin embargo, quedó al margen el debate sobre el tema central: el uso electoral de un evento financiado con fondos públicos, es decir, una nueva muestra de la malversación de dineros que son de todos los bolivianos en beneficio de una parcialidad político-partidaria.
Abuso de lo estatal que se repite en diversos ámbitos, comenzando por los medios de comunicación públicos, convertidos en meros órganos de propaganda y guerra sucia del oficialismo; siguiendo por las obras de infraestructura, también costeadas por el Tesoro nacional y cuyas inauguraciones son utilizadas como mítines reeleccionistas; y terminando por el Servicio Exterior, con embajadas y consulados encabezados por militantes del Movimiento Al Socialismo que buscan dirigir la votación de los emigrados.
Por otra parte, el lanzamiento de la citada canción de campaña estaría fuera del cronograma establecido por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), en una nueva violación a la normativa ante la cual dicha instancia vuelve a “hacer la vista gorda”, reafirmando su sesgo pro-gobiernista.
Todo indica que la Cumbre del G77 tendrá mucho más de esto, convirtiéndose en un gigantesco escenario de campaña…
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