Trillizas, Najwa, Najma y Nour nacieron en Jerusalén en agosto de 2023. Después de dar a luz, su madre gazatí tuvo que regresar a Gaza por falta de un permiso israelí, pero a las pequeñas, nacidas prematuramente, se les permitió quedarse en Jerusalén por motivos médicos. Mientras tanto, estalló la guerra y desde hace un año las tres niñas y su madre están separadas. Las trillizas viven en el hospital donde nacieron mientras su madre está en una Gaza asolada por la guerra.
De nuestro corresponsal Sami Boukhelifa.
Fuente: rfi.fr
Entramos en una habitación de la unidad de cuidados intensivos, transformada en el dormitorio de para niñas. El sonido de los juguetes se mezcla con el de los equipos médicos. «Estas son Najwa, Najma y Nour», nos presenta Salam Rabee, trabajadora social del hospital Al Makassed, el principal centro sanitario palestino de Jerusalén Este.
«Esta habitación está estrictamente reservada para ellas. Aquí es donde duermen y aquí es donde pasan el día jugando. Hay una enfermera que se ocupa de su atención médica y hay enfermeras voluntarias que ayudan con las comidas. Gracias a Dios, cubrimos todas sus necesidades», explica.
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Un dúo de enfermeras se turnan cada ocho horas. Hacen de padres sustitutos. Mayssoun Marar tiene solo 19 años. Es enfermera en prácticas y se ha ofrecido voluntaria para cuidar de ellas: «Las niñas se pasan el tiempo repitiendo ‘Adja, Adja’, que significa ‘ya viene’ o ‘ya llega’. Esperan a que sus padres vuelvan a casa».
«Claro que echan de menos a sus padres. Intentamos mantenerlas entretenidas todo el tiempo, para que no sufran por la ausencia de sus padres. En cierto modo, cumplimos el papel de sus madres, les enseñamos a hablar… No sabemos qué les deparará el futuro o si podrán volver a ver a sus padres. Intentamos mantener el contacto; sus padres les llaman y hablan con ellas, pero las comunicaciones con Gaza son complicadas», nos sigue contando Mayssoun.
Salam Rabee, la trabajadora social, pidió a Hanane, la madre de las trillizas, que enviara un vídeo de sí misma hablando con sus hijas. El objetivo era mantener un vínculo, aunque la red telefónica estuviera cortada: «Estos son los primeros bebés de esta madre de Gaza. Llevaba cinco años intentando tener hijos. Se quedó embarazada mediante fecundación in vitro».
«Está tan afectada por la situación -prosigue Salam- A veces nos dice: «Gracias a Dios que no están conmigo en Gaza, están más seguras en Jerusalén». Otras veces nos dice: «Devuélvanme a mis hijas. Quiero tenerlas en mis brazos. Y aunque todos tengamos que morir en Gaza, al menos moriremos juntos»».
En el hospital Al Makassed, el doctor Hatem Khammash, pediatra neonatal, lucha por traer de Gaza a Hanane, madre de las trillizas.
«Al principio, los israelíes querían trasladar a las niñas a Cisjordania. No quieren gazatíes en Jerusalén, porque consideran que Jerusalén forma parte de Israel. Así que querían enviar a las niñas a Ramala o Belén. Me opuse. Dijeron: «Vale, podéis quedaros con las bebés». Para ser sinceros, no nos presionan más. Al contrario, les presionamos para que permitan regresar a la madre de estas pequeñas», declaraba el médico.
Al ser contactada por RFI, la administración militar israelí encargada de los civiles palestinos dijo que tendría que verificar esta información.