Un nuevo libro sobre Evo Morales anuncia detalles sobre el interés por el poder del líder político. Devela que, en el invierno de 2022, el expresidente ya había comenzado su campaña presidencial, al año y medio de iniciado el gobierno de Luis Arce.

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El periodista que más supo del día a día del presidente, el argentino Martín Sivak, acaba de publicar —quizás— el epílogo de Jefazo. Retrato íntimo de Evo Morales (2008) con un título sugestivo: Vértigos de lo inesperado. Evo Morales: el poder, la caída y el reino.

La publicación coincide con un momento político complejo, en el que el protagonista, Evo Morales, mantiene una disputa política por la sigla y la candidatura presidencial de 2025 con quien fue su “longevo” ministros de Economía, el presidente Luis Arce.

Sivak, editor de Volveremos y seremos millones. El golpe de Estado, el exilio y la lucha para que Bolivia pueda gobernarse, cuenta en las primeras páginas abiertas en línea de su nuevo libro los ímpetus de Morales por volver al poder.

2022

“Cuando en el invierno de 2022 volví para conocer la cotidianidad tropical de un expresidente, me encontré con un político en campaña para retornar a la presidencia, que dedicaba unas pocas horas semanales a su criadero ictícola”, dice.

Si así lo cuenta, no hay coincidencias entre Morales y Arce sobre cuándo comenzó el quiebre que ahora sacude al Movimiento Al Socialismo (MAS).

El 3 de septiembre de 2022, Morales develó que algo andaba mal en su relación con Arce, a quien catapultó a la presidencia del país, cuando en enero de 2020 se apartó de la propuesta del ampliado de Huanuni —que propuso el binomio David Choquehuanca-Andrónico Rodríguez— para jugarse por él como candidato.

 

Arce y Choquehuanca ganaron las elecciones del 18 de octubre con el 55,1% de los votos. Con Morales como jefe de campaña, lograron recuperar la vigencia del MAS, desahuciado políticamente con el derrocamiento del mandatario, la ruptura constitucional de 2019 y la autoproclamación de Jeanine Áñez.

‘Plan negro’

“Hay un plan negro para destrozar a Evo Morales, también para Andrónico (Rodríguez), el compañero (Leonardo) Loza y Gualberto (Arispe)”, decía el expresidente en ese ampliado en el Trópico de Cochabamba.

Recientemente, Arce marcó otra línea de tiempo. “Todo empieza muy temprano. A principios de 2021, teníamos pocos meses de gobierno, circuló un video donde Evo Morales decía ‘ya nos estamos cansando de Lucho’, que fue viral”, develó en una entrevista con Susana Bejarano para Radio Red sobre su distanciamiento con Morales.

A principios de 2023 circuló un audio atribuido al expresidente. “Hasta cuándo vamos aguantar al Lucho, en el campo es generalizado (el reclamo) ‘hasta cuándo vamos aguantar al Lucho, que está haciendo, cuándo vamos a sacar al Lucho’”, se le escucha decir.

Sivak hace apuntes sobre la ruptura. “La riña sin victoria y sin tregua con Luis Arce fue la carne y las espinas de cada día de tres años sin fin. Ni siquiera las elecciones de 2025 —que caerán en el año del Bicentenario— garantizarán un nuevo orden interno”, teme.

Sivak

Lo dice con la autoridad del más íntimo de los periodistas del líder del MAS. En otro libro, Evo, operación rescate. Una trama geopolítica en 365 días, Alfredo Serrano cuenta que Sivak le consiguió un departamento a Morales cuando llegó a Buenos Aires el 11 de diciembre de 2019, luego de residir en el exilio de México un mes tras su renuncia.

“Desde la llegada de Evo a su exilio argentino, hice de chofer, de telefonista, de sparring deportivo, de agente inmobiliario, de rival de ajedrez, de editor del libro de campaña Volveremos y seremos millones y, sobre todo, de compañía”, cuenta el autor de Vértigos de lo inesperado.

 

Una develación crucial de Sivak en la parte inicial de su libro explica más razones de la actitud de Morales. “Escuché planes, secretos temerarios y descabellados, vi más de cerca su vida amorosa, la desolación, la euforia contenida. En paralelo, registré todo lo que pude”, admite.

El relato invita.

Dilemas

Sin embargo, Sivak expone sus dilemas sobre la impronta de Morales en los dos libros que escribió. “En algún momento, pensé que Jefazo era una épica de la llegada a la presidencia y la mística de los primeros años de Evo Morales, y que Vértigos de lo inesperado sería un drama del derrumbe, las degradaciones y el despoder”, dice.

Pero concluye: “Finalmente, resultó una aproximación a la intimidad, un ensayo sobre el ejercicio del poder, el relato de una megalomanía, de la obsesión por aferrarse a la jefatura del Estado y por recuperar en las presidenciales de 2025 todo lo que creía que le habían arrebatado”.

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