Las tropas de Putin asesinan prisioneros ucranianos como parte de su sanguinaria táctica de guerra

En la región de Kursk se reportaron fusilamientos de soldados ya detenidos y desarmados. Estos crímenes son una violación flagrantes a la Convención de Ginebra

 

Las fuerzas rusas sistematizan la ejecución de prisioneros ucranianos tras órdenes de altos comandantes (REUTERS)

Las fuerzas rusas sistematizan la ejecución de prisioneros ucranianos tras órdenes de altos comandantes (REUTERS)



 

Fuente: infobae.com

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En un nuevo episodio de brutalidad en la guerra de Ucrania, fuerzas rusas ejecutaron el mes pasado a nueve prisioneros de guerra ucranianos en la región de Kursk. Este acto, parte de lo que parece ser una táctica en escalada dentro de la estrategia de Moscú, eleva a al menos 104 el número de prisioneros ucranianos asesinados desde el inicio del conflicto. Según revela el artículo de Brendan Cole para Newsweek, el uso de prisioneros como piezas de negociación fue una constante desde la invasión rusa del 24 de febrero de 2022, con intercambios de gran magnitud que involucraron a cientos de detenidos en ambos bandos.

Sin embargo, la organización de análisis Institute for the Study of War (ISW) advirtió recientemente sobre un aumento preocupante en la ejecución de prisioneros de guerra ucranianos a manos de las fuerzas rusas. En su informe, el ISW indicó que ciertos comandantes rusos pasaron de condonar y alentar las ejecuciones a ordenarlas directamente, dando un giro inquietante a las tácticas aplicadas en el conflicto.

Ejecuciones y pruebas de atrocidades

En el marco de estas acciones, un incidente reciente destaca la crueldad de estas tácticas: el proyecto de inteligencia de código abierto Deepstate reportó que operadores de drones ucranianos, tras ser capturados cerca del pueblo de Zeleny Shlyakh en Kursk, fueron ejecutados por las tropas rusas. Según el informe de Deepstate, los prisioneros fueron desarmados, alineados, despojados de sus pertenencias y luego fusilados.

La evidencia visual obtenida en el lugar confirmó la brutalidad del suceso, el cual fue condenado enérgicamente por el defensor de los derechos humanos ucraniano Dmytro Lubinets, quien subrayó que se trataba de una grave violación de la Convención de Ginebra.

La ejecución de prisioneros de guerra contraviene principios de la Convención de Ginebra (Reuters)

La ejecución de prisioneros de guerra contraviene principios de la Convención de Ginebra (Reuters)

Este acto no solo infringe los principios del derecho internacional humanitario, sino que contraviene directamente el Artículo 13 de la Convención, el cual estipula que cualquier acto ilegal por parte de la potencia detenedora que provoque la muerte o ponga en peligro la salud de un prisionero será considerado como una infracción grave de las leyes de guerra.

El marco legal internacional, específicamente las disposiciones de la Convención de Ginebra, establece reglas claras sobre el tratamiento de los prisioneros de guerra. El Artículo 13 de esta convención subraya que cualquier acto ilegal de la potencia detenedora que resulte en la muerte o ponga en grave riesgo la salud de un prisionero constituye una violación grave. La ejecución de soldados capturados, como se evidenció en el reciente caso de Zeleny Shlyakh, representa una transgresión directa de estos principios fundamentales.

Para Ucrania, estas violaciones son una prueba más de la brutalidad de las fuerzas rusas en el conflicto y motivan denuncias internacionales que buscan frenar los abusos. Sin embargo, los recientes informes muestran que estos crímenes de guerra podrían estar sistemáticamente aprobados y alentados por las autoridades militares rusas, un hecho que agudiza la complejidad y crueldad de la guerra en el este de Europa.

Además de las ejecuciones, la dinámica de los intercambios de prisioneros también experimentó cambios importantes a lo largo del conflicto. En agosto de este año, durante una incursión en la región rusa de Kursk, Ucrania logró capturar a cientos de soldados rusos, incluyendo unidades especiales chechenas conocidas como los Kadyrovitas, en referencia al líder de Chechenia, Ramzan Kadyrov, aliado cercano del presidente Vladímir Putin. Como explica el analista militar ucraniano Viktor Kovalenko en su declaración a Newsweek, esta captura masiva otorgó a Ucrania una ventaja crucial en los intercambios de prisioneros, permitiéndole a Kiev negociar desde una posición más fuerte.

“Sus fuerzas son más móviles en esa área, y sus posiciones no están tan fortificadas como en la línea de contacto dentro de Ucrania”, explicó Kovalenko. A medida que el conflicto se intensifica, la táctica de los comandos rusos de penetrar en las defensas ucranianas en pequeños grupos resultó más efectiva en la región de Kursk. No obstante, los recientes asesinatos de prisioneros parecen responder a un objetivo más oscuro: intimidar a los posibles reclutas ucranianos y sus familias, desalentando el alistamiento, una situación que el analista militar considera estratégica para Moscú en su intento de debilitar la resistencia ucraniana desde dentro.

Vladimir Putin y Ramzan Kadyrov tienen una alianza de poder y represión (REUTERS)

Vladimir Putin y Ramzan Kadyrov tienen una alianza de poder y represión (REUTERS)

Los asesinatos de prisioneros de guerra ucranianos continúan acumulándose en diferentes frentes. El pasado 21 de octubre, funcionarios ucranianos informaron sobre la ejecución de otros dos prisioneros de guerra desarmados en las cercanías de Selydove, en la región de Donetsk, un acto perpetrado tres días antes. Con esta última ejecución, el número de prisioneros de guerra ucranianos asesinados por las fuerzas rusas alcanza al menos 104, según cifras que la Oficina del Fiscal General de Ucrania había difundido el 14 de octubre.

Emil Kastehelmi, analista militar de la organización Black Bird Group en Finlandia, señaló que los crímenes de guerra de las fuerzas rusas fueron documentados con mayor frecuencia y visibilidad a medida que el conflicto avanza. En la región de Jersón, ataques de drones rusos alcanzaron a civiles y, en ocasiones, estos ataques quedaron capturados en video, aportando una evidencia visual contundente de las violaciones a los derechos humanos. Según declaró Kastehelmi a Newsweek, “es posible que exista algún incentivo institucional que promueva estas acciones, o simplemente que a las tropas rusas les importe cada vez menos tratar con prisioneros en lugares complicados”.

Kastehelmi también destaca un inquietante consenso en la sociedad rusa frente a estas ejecuciones. Al parecer, muchos civiles rusos no condenan estas acciones, lo que no solo facilita su aceptación social, sino que también disminuye la barrera psicológica para cometer crímenes de guerra, un aspecto que, según Kastehelmi, “social y legalmente se percibe como aceptable” en algunos sectores de la población rusa.

A medida que se profundiza la brutalidad en el campo de batalla, la radicalización y el endurecimiento de las tropas rusas se convierten en factores críticos para comprender el comportamiento de Moscú en la guerra. Según comentó Gustav Gressel, miembro del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, a Newsweek, esta brutalidad afecta al ejército ruso y se extiende a la sociedad rusa, que parece haberse adaptado a una cultura de violencia y represión en el contexto de la guerra.

El proyecto Deepstate muestra crueldad en ejecuciones de operadores de drones ucranianos (EP)

El proyecto Deepstate muestra crueldad en ejecuciones de operadores de drones ucranianos (EP)

Gressel comparó este fenómeno con el famoso decreto de la Alemania nazi que ordenaba a sus tropas no tomar prisioneros soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial, una política que llevó a muchos soldados soviéticos a luchar hasta la muerte en lugar de rendirse. “Hará que los soldados ucranianos luchen aún más ferozmente, reservándose la última bala para ellos mismos”, señaló, refiriéndose al impacto psicológico que este tipo de tácticas tiene en las filas ucranianas.

En este contexto, la radicalización de las tropas rusas, alimentada por una retórica ultranacionalista que describe a los ucranianos como “nazis de Bandera” —una referencia a Stepan Bandera, líder nacionalista ucraniano durante la Segunda Guerra Mundial— refuerza la determinación de los soldados rusos a no rendirse bajo ninguna circunstancia. Para Gressel, esta retórica y la política de ejecuciones de prisioneros son un “testimonio de que Rusia transitó completamente hacia un sistema fascista, donde la expansión territorial y el poder son todo, mientras que los seres humanos no son nada”.

Guerra psicológica y tácticas de intimidación

Más allá de las ejecuciones y la brutalidad evidente en el conflicto, las fuerzas rusas recurrieron a tácticas que buscan minar la moral ucraniana de forma estratégica y psicológica. Elina Beketova, especialista y miembro del Centro de Análisis de Políticas Europeas (CEPA), explicó a Newsweek que las ejecuciones de prisioneros de guerra ucranianos no son incidentes aislados, sino que reflejan una política deliberada de intimidación por parte de Rusia. Beketova señaló que estas ejecuciones parecen tener como objetivo la desmoralización de los soldados ucranianos y la instilación de miedo y pánico en la sociedad ucraniana en general.

Esta estrategia psicológica también incluye el uso de prisioneros de guerra ucranianos como escudos humanos. De acuerdo con Beketova, las fuerzas rusas, según testimonios de prisioneros rusos capturados, colocaron a soldados ucranianos en posiciones de riesgo para evitar ataques de drones en ciertas zonas, recurriendo a ellos como una forma de defensa contra la tecnología militar ucraniana. Un prisionero de guerra ruso capturado confesó que las tropas rusas utilizan esta táctica de forma habitual, según reportó el medio ucraniano Slidstvo-info.

Para Beketova, estas tácticas no solo son violaciones directas del derecho humanitario, sino también un intento calculado de Rusia para desgastar la resistencia ucraniana y socavar la moral de los soldados y ciudadanos por igual.

Los crímenes de guerra cometidos por las fuerzas rusas en Ucrania despertaron una creciente preocupación en la comunidad internacional, especialmente en lo referente a las ejecuciones de prisioneros de guerra ucranianos. La evidencia acumulada —testimonios de sobrevivientes, grabaciones de video y relatos de prisioneros rusos capturados— está siendo revisada como prueba en investigaciones de derechos humanos que podrían derivar en juicios por crímenes de guerra.

Las ejecuciones rusas se perciben como estrategia para desmoralizar esfuerzos ucranianos (AP)

Las ejecuciones rusas se perciben como estrategia para desmoralizar esfuerzos ucranianos (AP)

Wayne Jordash, presidente de la organización Global Rights Compliance y dedicado a investigar las violaciones de derechos humanos en Ucrania, explicó a Newsweek que los prisioneros de guerra, según el derecho internacional humanitario, deben gozar de protección y ser tratados con dignidad. Jordash enfatizó que las brutales ejecuciones de prisioneros ucranianos vulneran las Convenciones de Ginebra y se convirtieron en un patrón sistemático de abusos que podría enfrentar a Rusia ante el Tribunal Penal Internacional.

“El conjunto de violaciones cometidas contra los prisioneros ucranianos constituye crímenes de guerra y debe ser procesado tanto en Ucrania como en otros países bajo el principio de jurisdicción universal”, afirmó Jordash, quien también destacó que estos casos “son solo la punta del iceberg” de los abusos cometidos en el conflicto. Los defensores de derechos humanos insisten en que mientras más se documente y sancione estos crímenes, más se contribuirá a la justicia para las víctimas y a frenar la impunidad en la guerra. Con la esperanza de que el peso de la ley y la presión internacional puedan limitar los horrores en el campo de batalla, los expertos advierten que la impunidad en los conflictos bélicos, lejos de ser un mero subproducto, podría transformarse en un incentivo para la continuidad de las violaciones sistemáticas.