Santa Cruz. Los sicarios iban en una motocicleta, los siguieron y luego los atacaron a tiros. Las víctimas eran amigos y se dedicaban a la compra y venta de vehículos.
El médico forense junto al fiscal y los investigadores tras la autopsia de ley practicada a los cuerpos . Foto: Guider Arancibia
EL DEBER, Santa Cruz, Bolivia
Franklin Álvarez Calderón, de 40 años, antes de morir pidió a un vecino que le marcara el número del teléfono celular de la madre de sus dos hijos. Logró decirle: “Me dispararon, estoy mal”, pero no alcanzó a revelar quiénes fueron los autores ni el motivo del ataque.
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Después su ex esposa acudió al lugar y junto con vecinos trasladó a Franklin al hospital Japonés, donde llegó sin vida, producto de seis disparos que recibió. Junto a él murió, de forma instantánea, su amigo de infancia, Mario Carolini Suárez, que recibió cinco balazos.
Ambos amigos fueron asesinados al promediar las 22:00 del jueves en la calle 5 del barrio Guaracachi cuando llegaban al inmueble que alquilaban, a bordo de un motoizado.
El fiscal José Morales, que, junto con agentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), dirige las pesquisas, manifestó que los amigos recibieron disparos a quemarropa. Mario Carolini manejaba el motorizado, mientras que Franklin se bajó para abrir el portón.
La exesposa de Franklin Álvarez reveló que este, al finalizar la tarde, acudió a recoger a sus hijos, de 4 y 18 años. Luego se dirigió a un supermercado para comprarles alimentos como siempre lo hacía. “En la noche me habló por celular y me dijo: ‘Me dispararon, estoy herido’. Yo pensé que se trataba de algo simple y me vine rápido, pero cuando llegué él estaba tendido. Se había arrastrado como para ir adentro de la casa, lo llevamos al hospital, pero falleció”, comentó.
Compra y venta de vehículos
Las investigaciones de la Policía dan cuenta de que los dos amigos se dedicaban a la compra y venta de motorizados. Franklin Álvarez tenía una venta y alquilaban la casa de la calle 5 de Guaracachi.
Las pesquisas señalan que eran amigos de infancia. Mario Carolini vivió ocho años en España y hace unos tres años regresó por la situación difícil en el país europeo. Él y Franklin empezaron un negocio de compra y venta de vehículos. La esposa y los dos hijos de Mario Carolini viven en España.
Usaron armas de dos calibres
Los cuerpos de los fallecidos fueron trasladados a la morgue del hospital San Juan de Dios para la autopsia de ley. El médico forense Erwin Lino estableció que ambos fallecieron como consecuencia de un trauma abdominal penetrante con estallido de riñón y de hígado.
El forense certificó que los proyectiles afectaron partes vitales del cuerpo y que, además, las víctimas sufrieron hemorragia interna, que fue imposible controlar.
Durante la pericia forense se descubrieron proyectiles calibre 9 milímetros y 38.
El fiscal José Morales aseguró que, por las características tan violentas de este suceso, se puede presumir que el doble asesinato tuvo su origen en un ajuste de cuentas por las mafias del narcotráfico.
Pese a esta situación, el representante de la Fiscalía manifestó que no se evidenciaron antecedentes penales de las dos víctimas.
El abogado Luis Fernando Ortiz, que defiende a las familias de los fallecidos, informó de que espera que la Policía y la Fiscalía esclarezcan estas muertes trágicas.
Ortiz dijo que lo único que se sabe es que las víctimas se ganaban la vida con la compra y venta de vehículos en la playa. Los restos de los fallecidos son velados en los salones de Las Misiones; el entierro está fijado para hoy.