La muerte de un capitán de navío venezolano expone lo que viven los oficiales al pasar a retiro: miseria y abandono

Según compañeros de armas y conocidos de Carlos Julio Rodríguez, la decisión de acabar con su vida tuvo mucho que ver con la soledad y principalmente la situación económica

El capitán de Navío retirado Carlos Julio Rodríguez

El capitán de Navío retirado Carlos Julio Rodríguez

 



Fuente: infobae.com

Un grito de indignación y tristeza causó, entre oficiales de la Fuerza Armada, el trágico fallecimiento del capitán de Navío retirado Carlos Julio Rodríguez, el 22 de noviembre de 2024. Según compañeros de armas y gente de la zona, la decisión de acabar con su vida tuvo mucho que ver con la soledad y principalmente la situación económica que atravesaba. Numerosos militares se pronunciaron a través de grupos lanzando una alerta del riesgo para los militares quienes han perdido, bajo la revolución bolivariana, la seguridad social por la que trabajaron toda su vida.

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El mensaje que llegó a los militares en sus teléfonos o portátiles fue corto e impactante: “Lamento comunicarles que ha fallecido trágicamente el CN (R) Carlos Julio Rodríguez, quien tomó la decisión de lanzarse de la azotea del edificio donde residía en Puerto Cabello”.

Militares de diversos componentes manifestaron el asombro ante lo ocurrido con el oficial que era querido y respetado, a quien recordaron por su desempeño al comandar la Unidad Táctica de Combate “General Rafael Urdaneta” (Utacur), de Puerto Cabello y el Comando Fluvial Fronterizo (Coffri).

“Esta es la terrible realidad que viven la gran mayoría de los oficiales retirados de la Armada. Luego de 30 años de servicio, una pensión miserable que no alcanza para nada y en completo abandono por parte del Estado venezolano”, manifestó un oficial.

El ministro de la Defensa durante el velorio del General Prieto en el 2016

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Agobio económico

Una vecina del oficial fallecido relata que “al capitán yo lo veía todos los días, porque yo vivo por aquí cerca del centro comercial y él vivía en el edificio al frente del CC. Todos los días al pasar por aquí me saludaba y luego se iba a la joyería de un amigo de él y luego se iba para su casa. Estaba muy delgado, yo creía que sufría de depresión”.

“Sus hijos están fuera del país. Luego él vivió con una muchacha muy joven, de cuya unión nació un niño. Ella se fue para Perú después que su mamá, que era peruana, murió. Y ella no le dejaba traer el niño, quizá por temor a que se lo quitara”.

Se sentía muy agobiado por el problema económico, pues esa pensión no le alcanzaba. Hace como un año se operó de la vista; primero un ojo, después el otro; estaba solo y me dijo que un compadre era quien lo iba a acompañar en la recuperación. Estaba muy flaquito; lo vi un día antes de que se lanzara del PH del edificio donde vivía”, finaliza diciendo la mujer vecina de la zona en Puerto Cabello, que lamenta la muerte del oficial.

Durante el régimen de Nicolás Maduro las condiciones económicas y sociales de las bases militares contrastan abismalmente con las de la cúpula castrense

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Son casos recurrentes

El sobrino de un oficial de la Armada, en conversación con Infobae, relata que su tío, a quien considera como su padre porque fue quien le dio la crianza, es capitán de Navío retirado desde el año 2000.

Lo describe “con una hoja de servicios brillante e impecable fue comandante de patrulleros costeros, patrulleros guardacostas y fragatas. Con mucha formación y experto en seguridad y defensa y con amplios manejos y conocimientos de geopolítica caribeña y mundial”.

“Fue agregado naval en varios países de Europa y en Washington DC. Bajo su comando obtuvo siempre la ‘E’ de eficiencia en todos sus barcos. Cuando asistía a los juegos de guerra de las operaciones Unitas su participación era muy sobresaliente, destacada y meritoria”.

“En la actualidad atiende una bodeguita de esas que hay en los pueblos, vendiendo chucherías y refrescos y no tiene ni siquiera carro ni casa propia, porque tuvo que vender por temas de divorcio y para atender deudas acumuladas a través del tiempo”.

Sobrevive por las ayudas desde afuera, pero cada vez menos alcanza y todo es más difícil. Esa es la realidad de muchos oficiales venezolanos en situación de retiro. Nunca ascendió a grados de almirantazgo por razones políticas”.

Hugo Chávez juramentando al GB José Luis Prieto en el 2002

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Muy vigente

El coronel retirado de la Guardia Nacional y abogado, Hidalgo Valero, catalogó al CN Rodríguez como “otra víctima de la tiranía madurista, después de haberle entregado la mayor parte de su vida con dignidad al servicio de la Patria. También se tragó el tremedal: la nostalgia de la soledad y la pírrica situación económica. Su pensión no le alcanzaba ni para comer”.

En un antiguo escrito el coronel Valero había denunciado que incluso “Generales ex ministros de la Defensa y ex comandantes de fuerza han sucumbido, producto de la situación precaria a la que el Régimen, ha sometido a los militares activos y retirados”.

“Además de los miserables sueldos y pensiones de los miembros de la Fuerza Armada, la tiranía destruyó el sistema de seguridad y bienestar social de la FAN”.

Denunció que el régimen “pretende eliminar de hecho al IORFAN (Instituto de Oficiales Retirados de la Fuerza Armada), último bastión de ayuda de los oficiales retirados. ‘No hay dinero para pagar la nómina de personal de la Organización’, pero en enero pretenden costear con dinero del pueblo, el encuentro del mal llamado Antifascismo”.

La Fuerza Armada abandona a su suerte a los hombres que han prestado hasta por 33 años servicio a la institución castrense

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Arrepentido

Recordó el caso “entre otras tantas víctimas de la tiranía, del General de Brigada (Ej) José Luis Prieto, quien fue ministro de la Defensa, dese julio 2002 hasta enero 2004, y vivió el infierno, en la indigencia antes de morir, en junio 2016. También se tragó el tremedal, cuando le llegó la depresión de la soledad”.

Es enfático al decir que el ministro de la Defensa, GJ (Ej) Vladimir Padrino López vulnera el artículo 328 de la Constitución al ofrecer lealtad a un dictador sin virtudes y de dudosa nacionalidad”.

“Conocí al GB José Luis Prieto, en 1982, cuando era teniente coronel; me entregó una placa de reconocimiento del INCE Militar. Hombre recio, honesto, incorruptible, de muy mal carácter, pero se fanatizó con las ideas supuestamente revolucionarias y con la ilusión que viviríamos en un mejor país”.

Narra que coronel retirado, que fue su ayudante más cercano, y quien lo acompañó en su lecho de muerte, le contó “mi General Prieto murió en estado de indigencia, después de haber estabilizado el país, para salir de la crisis en el 2002. Fue ministro de la Defensa cuando Chávez retornó al poder, después del 14 de abril”.

“Después del 2015, con su pensión de General de 20 $ mensual, no le alcanzaba ni para comer. El General Prieto tuvo una crisis familiar, que lo llevó a dormir por un tiempo corto en una colchoneta en el apartamento de una amiga en Caricuao, tiempo durante el cual no tenía ni para comer”.

“El General García Carneiro, quien lo reemplazó como Ministro, ordenó quitarle todos los privilegios que le correspondían por el cargo que ejerció. En las postrimerías de su vida, año 2017, cayó en cama por una avanzada diabetes”.

“Salía enfermo a hacer cola para comprar la comida, durante la crisis de alimentación inducida por la dictadura, durante los años, en los que el régimen pretextaba que era producto de la ‘guerra económica’. La dura y triste realidad fue que se vio obligado a mendigar y solicitar a sus amigos para conseguir que lo dializaran y obtener sus medicamentos”.

El ayudante del general Prieto le dijo al Coronel Hidalgo que en lo que podía lo ayudaba cuando lo iba a visitar. “Me dijo que no imaginaba que una dictadura delincuencial, se apoderara de nuestra nación la más rica del mundo. Comentaba: ‘estoy arrepentido por haber ayudado a esos ingratos’. ‘Amigo la Patria agoniza, hace metástasis y parece morir. Yo contribuí con ello’. ¡La depresión se había apoderado de su alma!”.

“Estaba separado de su esposa y se mudó para un apartamento en Maracay, en el que habitaba solo y tuvo que vivir el infierno, al que ha sometido Padrino López, a todos los militares retirados, quien acabó con los Servicios de Seguridad y Bienestar Social de la FAN”.

“Cuando ya no había nada que hacer, grave en su lecho de muerte, fue trasladado al Hospital Militar de Maracay donde murió. Padrino López, cuando ya no había nada que hacer, acudió a visitarlo. Murió como tantos militares que hoy claman y añoran los servicios de bienestar social de otros tiempos”.

“Padrino, ofreció llevar su cadáver al Ministerio de la Defensa, para velar sus restos en Capilla Ardiente, pero sus cuatro hijos, que viven en el país se negaron, porque han sufrido las calamidades a las que ha sometido el régimen, a la mayoría de los venezolanos”.

“La sabiduría ancestral nos enseña, que quién con lealtad y entrega ayuda a figuras del poder, que no tienen virtudes, al final serán castigados con crueldad, cuando termina el efímero y caprichoso juego del poder, y el régimen llega a su final”, dice el coronel y abogado Hidalgo Valero, quien es el secretario general del Movimiento de Militares Retirados (MMR).