El gobernador de Tarija, Óscar Montes, advirtió que, en cuatro o cinco años, el país pasará de ser exportador de gas natural a un importador. En su criterio, la situación marca “el fin del ciclo del gas” que por décadas fue el motor de la economía nacional y una de las principales fuentes de ingresos fiscales.

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En entrevista con La Razón Radio, Montes advirtió que el modelo económico basado en los hidrocarburos está llegando a su fin y que, sin cambios profundos en las políticas públicas, el país enfrentará tiempos aún más difíciles.

“Estamos viviendo los últimos momentos del gas en Bolivia. En cuestión de tres a cuatro años, el país pasará de exportar gas a tener que importarlo, y no a precios subvencionados”, afirmó.

Montes señaló que el agotamiento de los campos gasíferos y la caída en la producción han generado una disminución sostenida en los ingresos por exportaciones. Esta situación, aseguró, no solo afecta a las regiones productoras como Tarija, sino también al gobierno central, que depende en gran medida de las regalías para financiar programas sociales, bonos y subsidios.

Aseguró que la caída sostenida en la producción de hidrocarburos, sumada a la falta de inversiones en exploración, está empujando al país hacia una crisis sin precedentes.

A su vez, aseveró que Bolivia enfrenta una crisis financiera agravada por la subvención de combustibles. Actualmente, el gobierno subvenciona cada litro de gasolina y diésel en aproximadamente un dólar, lo que representa un gasto de $us 58 millones semanales.

Indicó que, al importar gas en el futuro, el costo aumentará drásticamente, pasando de un precio interno de $us 1,10 por millar de pies cúbicos a cerca de $us 7 o $us 8 en el mercado internacional. Esto afectará directamente a sectores clave como el transporte, la industria y el consumo doméstico.

El gobernador también criticó el Presupuesto General del Estado (PGE) 2025 y lo calificó de insuficiente y desconectado de la realidad. En su opinión, los ingresos proyectados no reflejan la caída en las regalías por hidrocarburos, lo que deja a los gobiernos subnacionales en una situación precaria.

En el caso de Tarija, los ingresos han disminuido en un 18% anual desde 2015, y se prevé que este año el departamento reciba Bs 120 millones de menos de lo presupuestado.

El miércoles, luego de un par de horas de reunión, los gobernadores y representantes de los equipos técnicos de las gobernaciones acordaron rechazar el PGE 2025.

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