El Gobierno no está tocando las causas de la crisis económica y está optando por mantener el modelo que está llevando al país a una “debacle económica”, que dejará grandes facturas sociales que no pagarán los gobiernos de turno, sino la población, asegura el economista y analista en presupuestos públicos, René Martínez.
Fuente: ANF
El especialista hizo esa mención en un contexto de observaciones y críticas al proyecto de ley del Presupuesto General del Estado (PGE) para la gestión 2025, que devela la “desesperación” del gobierno central de usar diferentes mecanismos para conseguir divisas, que desde febrero de 2023 no hay en el mercado interno.
“En lugar de dar soluciones a los problemas estructurales, que hace tiempo el Estado ya debía haber abordado como es el tipo de cambio, el fracaso de la política de hidrocarburos, el elevado gasto público que ya tiene consecuencias en la macroeconomía. No está tocando las causas, sino solamente quiere por diferentes mecanismos ganar tiempo”, afirmó en declaraciones a la ANF.
Lamentó que las autoridades mantengan el “modelo que nos está llevando a una debacle económica, y es lo que va a dejar grandes facturas que las pagará no el gobierno que llegue, sino la población, en términos de empleo, inflación, pobreza y demás”, advirtió, en relación a la situación que se avecina con mayor crudeza.
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El Gobierno ha enviado a la Asamblea Legislativa Plurinacional el último presupuesto de su gestión, en un escenario de crisis económica que se avizoraba hace poco más de una década y que se alertó, pero que desde esa época las autoridades no quisieron tomar medidas que podían haber mitigado la actual situación que vive el país.
“Lamentablemente, (el PGE) no tiene una reflexión al respecto de los problemas y desequilibrios macroeconómicos tan complicados que tiene el país, y que tiene entre uno de sus factores que es determinante la situación del crecimiento del gasto público”, afirmó Martínez.
Insistió que son casi dos décadas del modelo económico del MAS que se ha “sostenido en una expansión continua del gasto público. Es decir que el presupuesto en términos globales tiene un aumento de un 11,7% y en los gastos corrientes un incremento del 12%.
Explicó que los gastos corrientes están creciendo, contrariamente la inversión pública que sigue disminuyendo, considera que en perspectiva también tiene ciertos riesgos para el desarrollo y el crecimiento de un país; por otra parte, observó que se plantee un incremento de los ingresos tributarios de un 18%.
“Plantear un incremento de las recaudaciones tributarias en un momento tan complicado es cuestionable. Parecería que es un presupuesto que está mostrando o está inflando o está sobreestimando los ingresos para que no se vea tan grande el déficit fiscal”, señaló, aunque el Gobierno prevé un déficit de 9,2%, recordó que en 2023 llegó a 11%, y la tendencia es la profundización del déficit fiscal, es decir más gastos y menos ingresos.
Pero ¿con qué se plantea financiar el déficit fiscal?, el analista en presupuestos públicos explica que se tendría un “incremento notable de lo que es la deuda interna. Ya sabemos que la deuda interna se ha disparado en los últimos años y no exagero al decir que se ha disparado porque realmente ha crecido de una manera exponencial”.
Observa que desde hace más de un año no se publica los datos de la deuda pública, por tanto, es muy difícil establecer cuánto ha aumentado. “Entonces, están yendo por ese lado por financiar el tema del déficit con mayor endeudamiento interno y esto pues es algo que ya pone en riesgo varios elementos de la economía. Especialmente el tema de la inflación porque una expansión tan grande de esta deuda y al final son billetes del Banco Central de Bolivia que van al TGN y presionan a lo que es la inflación.
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