El abogado de Jair Bolsonaro aseguró que el ex presidente no estuvo implicado en la trama golpista contra Lula y apuntó contra un grupo de militares

“Quien asumiría el gobierno, en caso de que fuera cierto ese plan terrible, no sería Bolsonaro, sino aquel grupo”, sostuvo Paulo Cunha Bueno, quien comentó, además, que la conspiración fue denominada “Operación Puñal Verde y Amarillo”

 

El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro (AP Foto/Eraldo Peres)

El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro (AP Foto/Eraldo Peres)



 

Fuente: infobae.com

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En medio de la investigación sobre la trama golpista para evitar la toma de posesión de Luiz Inácio Lula da Silva en 2023, el abogado de Jair Bolsonaro, Paulo Cunha Bueno, defendió al ex presidente de Brasil argumentando que no hubiera sido el beneficiado del plan, sino una junta militar que buscaba apartarlo.

Según el letrado, la conspiración denominada “Operación Puñal Verde y Amarillo” habría sido diseñada por altos mandos militares y excluía al propio Bolsonaro, quien hubiera sido “traicionado” por ellos.

“Quien asumiría el gobierno, en caso de que fuera cierto ese plan terrible, que ni en Venezuela llegaría a ocurrir, no sería Bolsonaro, sino aquel grupo”, declaró Cunha Bueno en una entrevista con el medio local G1.

El rol del general Mario Fernandes y la junta militar

El abogado hizo referencia a los audios del general en la reserva Mario Fernandes, incluidos en la investigación de la Policía Federal, como clave para comprender la dinámica de la trama.

“¿Quién sería el gran beneficiado? Según el plan del general Mario Fernandes, sería una junta creada después de la operación ‘Plan Puñal Verde y Amarillo’, y en esa junta no está incluido el presidente Bolsonaro”, afirmó.

De acuerdo con la investigación, Fernandes habría impreso el plan operativo en las instalaciones del Palacio del Planalto, sede del Ejecutivo brasileño, y lo llevó hasta la residencia oficial de Bolsonaro para ser analizado.

Vallas destrozadas en las afueras del Palacio de Planalto, con el Congreso de fondo, luego de que manifestantes bolsonaristas tomaran la Plaza de los Tres Poderes para invadir los edificios gubernamentales, en una fotografía de archivo (EFE/ André Coelho)

Vallas destrozadas en las afueras del Palacio de Planalto, con el Congreso de fondo, luego de que manifestantes bolsonaristas tomaran la Plaza de los Tres Poderes para invadir los edificios gubernamentales, en una fotografía de archivo (EFE/ André Coelho)

La posición de Bolsonaro en la trama

Cunha Bueno insistió en que Bolsonaro nunca tuvo conocimiento de esta conspiración, que incluía planes para asesinar al presidente Lula, al vicepresidente Geraldo Alckmin y al juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes.

No tenía obligación de denunciar”, agregó el abogado, defendiendo la postura de su cliente frente a las acusaciones.

En este contexto, Cunha Bueno expresó su confianza en que Bolsonaro sea juzgado por un tribunal imparcial. “No tendría sentido que Bolsonaro entrara en prisión… Confío en que sea juzgado por un tribunal competente y jueces imparciales, no por enemigos personales”, señaló, en aparente alusión a De Moraes.

Jair Bolsonaro (REUTERS/Ueslei Marcelino/Archivo)

Jair Bolsonaro (REUTERS/Ueslei Marcelino/Archivo)

Reacciones de los implicados

El general Walter Braga Netto, ex ministro de Defensa y también señalado en la trama, calificó las acusaciones como “fantasiosas” y acusó a los detractores de intentar vincularlo con un golpe inexistente.

Por su parte, el general Augusto Heleno también rechazó cualquier participación, describiendo los señalamientos como un “intento de desviar la atención” de la defensa de Bolsonaro.

Walter Braga Netto (REUTERS/Andressa Anholete/Archivo)

Walter Braga Netto (REUTERS/Andressa Anholete/Archivo)

Implicaciones para la democracia brasileña

La Policía Federal presentó un informe de más de 800 páginas que detalla los hallazgos sobre la conspiración, incluyendo pruebas como registros bancarios y declaraciones que vinculan a Bolsonaro y a un grupo de 36 personas, principalmente militares, en el esquema.

El Supremo Tribunal Federal deberá determinar la validez de las pruebas y el alcance de la responsabilidad de Bolsonaro. De ser hallado culpable, el ex presidente podría enfrentar hasta 12 años de prisión.

Este caso no solo pone en cuestión la integridad del sistema democrático brasileño, sino que también plantea preguntas sobre la relación entre las Fuerzas Armadas y los poderes civiles en el país.

Con la investigación aún en curso, el juicio promete ser un punto de inflexión en la historia política de Brasil, marcando un precedente sobre cómo se enfrentan las amenazas a la democracia.