El aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero por actividades humanas impulsa el calentamiento global. Cómo repercute con desastres desde huracanes hasta sequía
Muy pronto se termina el año 2024 y quedará registrado como un período con lamentables récords y desastres relacionados con la crisis climática que la humanidad enfrenta.
1. Será el año más caluroso desde que se tienen registros meteorológicos.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
2. Las concentraciones de los tres principales gases de efecto invernadero en la atmósfera, el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, serán aún más altas que las del año pasado.
3. En este año, además, se produjeron desastres como huracanes y sequías, que han sido más intensos que antes.
La comunidad científica tiene pruebas que demuestran que el cambio climático está siendo causado por actividades humanas.
La quema de combustibles fósiles, como carbón, petróleo y gas, es la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4). Esas emisiones provienen de actividades humanas como la generación de electricidad, el transporte, la industria y la calefacción, entre otras, y han contribuido al aumento de la temperatura promedio de la superficie terrestre.
Como consecuencia del calentamiento, se está desarrollando la crisis climática, que según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) impacta con más sequías, inundaciones, incendios forestales, aumento del nivel del mar, deshielo de los polos, y una pérdida de biodiversidad, entre otros efectos.
Desde México, el doctor Guillermo Murray-Tortarolo, investigador del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo a Infobae:
“El cambio climático es una realidad innegable y que se debe a las emisiones de gases de efecto invernadero por los seres humanos. Conforme aumenta la concentración de dióxido de carbono, metano y otros gases en la atmósfera, la radiación de onda larga que se reabsorbe en la superficie aumenta y con eso la energía que se queda en el planeta y su temperatura”.
“Claramente, el aumento de las temperaturas globales se debe a las actividades humanas, pero el año 2024 fue particularmente caliente porque se le sumó un fuerte y largo evento de El Niño”, señaló Murray-Tortarolo.
“El calentamiento global se está agravando, pues no hemos logrado detener nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, lo que lleva a un aumento térmico promedio año con año. A esto se suma la variabilidad natural del clima, con fenómenos como El Niño, que se registró en 2023 y 2024”, comentó.
La mayor parte de la energía “extra” es absorbida por el océano y menos por la atmósfera. Si no fuese así, el calentamiento que estamos enfrentando sería mucho más vertiginoso. Este calor oceánico se redistribuye gracias a las corrientes marinas por todo el planeta.
Sin embargo, durante un episodio de El Niño, se absorbió menos calor de lo normal, lo que contribuyó a un aumento de la temperatura, señaló el científico.
Qué se sabe sobre la temperatura
“Con los datos de Copernicus del penúltimo mes del año, ahora podemos confirmar con virtual certeza que 2024 será el año más cálido registrado y el primer año natural por encima de 1,5°C. Esto no significa que se haya incumplido el Acuerdo de París, pero sí que una acción climática ambiciosa es más urgente que nunca”, informó días atrás Samantha Burgess, directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) de la Unión Europea, a través de un comunicado.
La anomalía de la temperatura media mundial en lo que va de año (enero-noviembre de 2024) es de 0,72 °C por encima de la media de 1991-2020, la más alta registrada en este periodo y 0,14 °C más cálida que en el mismo periodo de 2023. En este punto, es prácticamente seguro que 2024 será el año más cálido registrado y más de 1,5 °C por encima del nivel preindustrial.
Cuál es la situación de las emisiones de gases
De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), las concentraciones de los gases de efecto invernadero observadas habían batido todos los récords, y “los datos en tiempo real indican que en 2024 han seguido aumentando”.
La concentración atmosférica de dióxido de carbono (CO2) ha pasado de unas 278 partes por millón (ppm) en 1750 a 420 ppm en 2023, lo que supone un incremento del 51 %. Este gas, captura el calor en la atmósfera y provoca un aumento de las temperaturas.
En octubre pasado, el Programa de Ambiente de Naciones Unidas dio a conocer un informe en el que se especificó cuánto deben prometer y cumplir los países para reducir los gases de efecto invernadero en la próxima ronda de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), cuya presentación está prevista para principios de 2025 antes de la COP30.
Se necesitan reducciones del 42% para 2030 y del 57% para 2035 para alcanzar el objetivo de 1,5 grados. Si no se aumenta la ambición en esas nuevas NDC y se empieza a cumplir inmediatamente, el mundo se encaminaría hacia un aumento de la temperatura de entre 2,6 y 3,1 grados a lo largo de este siglo. Esto tendría consecuencias debilitantes para las personas, el planeta y las economías.
Desde el punto de vista técnico, sigue siendo posible situarse en la senda de los 1,5 grados y la energía solar, eólica y forestal prometen reducciones rápidas y radicales de las emisiones.
Cuáles fueron los desastres asociados al cambio climático
Para la OMM, durante 2024 se han registrado fenómenos meteorológicos y climáticos extremos que “socavaron el desarrollo sostenible en todos los ámbitos, agudizando la inseguridad alimentaria y exacerbando los desplazamientos de población y las migraciones”.
Hubo peligrosos episodios de calor que afectaron a muchos millones de personas en todo el mundo, y fuertes precipitaciones, inundaciones y ciclones tropicales provocaron una gran cantidad de víctimas mortales y cuantiosos daños. En algunas regiones, la sequía persistente se vio agravada por el episodio de El Niño.
El huracán Helene devastó el sureste de los Estados Unidos a finales de septiembre pasado. El grupo de investigadores que forman World Weather Attribution publicó un análisis y alertó que los huracanes tan intensos como el Helene son hoy 2,5 veces más probables en la región de América del Norte.
En un clima preindustrial, se esperaría que ocurrieran cada 130 años de media, pero ahora tienen una probabilidad de 1 entre 53. La velocidad del viento del huracán Helene en la costa de Florida fue un 11% más intensa debido al cambio climático.
Pero también hubo otros desastres que impactaron en la región de las Américas. En febrero, los incendios forestales en Chile causaron al menos 131 muertes y destruyeron más de 14 mil viviendas.
“El cambio climático pudo haber contribuido a estos incendios al aumentar la frecuencia e intensidad de las sequías y olas de calor, aunque otros factores también podrían haber influido, como El Niño y la pérdida de bosques naturales”, señaló la OMM.
En mayo y junio, murieron más 120 personas en México por enfermedades relacionadas con el calor extremo. “El cambio climático está aumentando la frecuencia de estas olas de calor extremas”, mencionó el informe de la organización mundial liderada por la científica argentina Celeste Saulo.
También, en el estado de Río Grande do Sul, al sur de Brasil, hubo lluvias persistentes e intensas que provocaron inundaciones masivas en la ciudad de Porto Alegre y en muchas otras áreas circundantes. El desastre causó 183 muertes.
Desde el año anterior, gran parte de Sudamérica fue afectada por una sequía sin precedentes, que abarcó desde el extremo norte de la subregión hasta el centro de la Argentina.