Tras la decisión del Gobierno de levantar la suspensión temporal a las exportaciones de aceite refinado, el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, destacó la medida como un paso positivo y llamó a trabajar en conjunto para asegurar estabilidad y confianza en la economía nacional.

“Hay satisfacción en saber que se vuelve a la normalidad, que nunca debió interrumpirse”, afirmó Rodríguez en entrevista con La Razón. La suspensión, aplicada el pasado 5 de diciembre con el objetivo de garantizar el abastecimiento interno, generó tensiones en el sector productivo y preocupación sobre la imagen de Bolivia como proveedor confiable en los mercados internacionales. El ejecutivo del IBCE subrayó que “todo veto a la exportación implica un incumplimiento… el daño no solo es económico, sino también intangible”, afectando la credibilidad del país.

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El ministro de Desarrollo Productivo, Néstor Huanca, anunció la medida este lunes 16 de diciembre. Argumentó que el abastecimiento interno mejoró y los precios del aceite se están estabilizando, cayendo de Bs 20 a menos de Bs 13 en los supermercados. Sin embargo, advirtió que la suspensión podría reinstaurarse si no se cumple con los compromisos de abastecimiento interno.

IBCE destaca el diálogo público-privado

Para Rodríguez, la resolución del conflicto demuestra el valor del entendimiento entre el sector público y privado. “Nos debemos felicitar de que el diálogo funciona. Ojalá esta experiencia dolorosa permita trabajar más de cerca en una agenda público-privada”, señaló. El gerente del IBCE defendió que la inversión, producción y exportación son las “tres llaves” para combatir la pobreza y generar crecimiento económico.

Asimismo, Rodríguez comparó la relación entre el Estado y el sector privado con un matrimonio. “Las dos partes deben comunicarse, confiar y tener objetivos comunes”, aseveró. Enfatizó que el empresariado cumple su rol al abastecer el mercado interno, exportar y generar empleo, mientras que el Estado debe garantizar condiciones favorables como la seguridad jurídica.

Rodríguez marcó las diferencias entre los actores económicos y los políticos. “El empresario no hace política; es tomador de políticas públicas. De lo que se trata es que el gobernante escuche y el empresario aporte”. Reiteró que el camino hacia el desarrollo requiere un “trabajo sinérgico público-privado”, con un enfoque en la generación de empleo digno y la mejora de las condiciones de vida.

La medida de suspensión, que inicialmente buscó proteger a los consumidores de la especulación, deja como lección la necesidad de evitar decisiones unilaterales y trabajar con consensos. “Al final del día, exportar es clave para el crecimiento del país”, concluyó Rodríguez.