El Chavo del Ocho, con su clásica excusa “se me chispoteó”, puede resultar más serio que las autoridades bolivianas del sector hidrocarburos, que acaban de admitir que fue una broma lo de proponer la renegociación del contrato con Brasil para reducir las exportaciones de gas. Los brasileños se las tomaron en serio y “toooma”…redujeron de un plumazo su demanda a 16 millones de metros cúbicos diarios, justo la mitad de lo estipulado en el acuerdo que tiene vigencia hasta el 2019. El ministro de Hidrocarburos, Óscar Coca, reconoce indirectamente que esas fueron “paradas de gallo tuerto” del presidente de YPFB ya que a Bolivia no le conviene bajar de los 30,8 millones diarios, pues frente a cada caída en la demanda se obliga al país a importar cantidades mayores de combustibles líquidos que vienen asociados con el gas que se extrae de los yacimientos. Hace unos días un especialista en hidrocarburos les decía a los genios del Gobierno que vender gas no es como vender papas. La próxima lección que deben aprender es: si no se saca leche no habrá mantequilla.
Bajo el Penoco – El Día