El economista señaló que culpar a la Asamblea Legislativa o a la gestión previa por la situación actual no contribuye a resolver los problemas estructurales del país. “El ciudadano común paga los platos rotos, mientras las soluciones reales son pospuestas”, agregó.
eju.tv /Video: La Hora Pico
Santa Cruz.- El economista Fernando Romero enfatizó la urgencia de un cambio estructural en Bolivia, tanto en el ámbito económico como en el político, para enfrentar la crisis actual y garantizar un futuro sostenible. Afirmó que las soluciones “parche” ya no son suficientes para estabilizar al país, y se requiere un «viraje de 180 grados» afirmó en el programa radial La Hora Pico.
Romero criticó las estrategias económicas de las últimas décadas, señalando que las políticas implementadas por los gobiernos anteriores han generado una falsa estabilidad que ahora está mostrando sus debilidades.
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“Antes de la crisis y la pandemia, creíamos que la economía era sostenible. Pero las exportaciones han caído, los ingresos han disminuido, y la economía ha colapsado. Es necesario sincerar la situación y realizar ajustes importantes”, expresó Romero.
El economista advirtió que el país aún no ha enfrentado temas críticos como el tipo de cambio, las subvenciones a los carburantes y el déficit fiscal. Aseguró que, aunque estas decisiones pueden ser políticamente impopulares, son esenciales para garantizar un crecimiento económico a largo plazo.
Romero también cuestionó la falta de autocrítica del gobierno, del ministro de Economía, quien, según el economista, ha atribuido la crisis económica a factores externos, como el contrabando, las condiciones climáticas y las condiciones internacionales. “Bolivia no es una isla. Si estas fueran las únicas razones, países vecinos estarían enfrentando los mismos problemas. Pero no es el caso. Hay que aceptar que ha habido errores internos graves”, sostuvo.
Además, señaló que culpar a la Asamblea Legislativa o a la gestión previa por la situación actual no contribuye a resolver los problemas estructurales del país. “El ciudadano común paga los platos rotos, mientras las soluciones reales son pospuestas”, añadió.
Asimismo, calificó la actual crisis como una oportunidad histórica para implementar reformas profundas. Propuso un replanteamiento integral de las políticas normativas, institucionales, sociales y económicas. “No podemos continuar manejando la economía de esta manera. Es el momento de un cambio fundamental que nos permita proyectar un futuro más sólido y equitativo para todos los bolivianos”, señaló.