Dentro de un nuevo proyecto, se trabaja de manera más intensa en el departamento de Cochabamba, para conocer más sobre su actividad sísmica.
Fuente: La Razón
Aylin Peñaranda
A la par del desafío de la educación, Bolivia enfrenta otro reto para el próximo año: el incrementar los “oídos” que vigilan la actividad sísmica. Estos años, se tuvo ya un importante paso: la instalación de un monitoreo más desarrollado en el departamento de Cochabamba, que es uno de los más recurrentes en movimientos. Los primeros resultados ya abren una puerta importante a los estudios, con un registro de hasta 150 microsismos cada mes.
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“Microsismos en Cochabamba, por lo menos al mes tenemos entre 100 a 150; pero son de magnitudes menores a dos, muy pequeños”, explicó a La Razón, el director del Observatorio San Calixto, Gonzalo Fernández.
El hallazgo se dio en marco del Proyecto de Oroclino Boliviano (POB) de vigilancia sísmica.
“Hemos tratado de microzonificar Cochabamba, con este proyecto POB, para escuchar la microsismicidad y saber cuántos microsismos pequeños tenemos”, detalló el profesional.
MICROSISMOS
Fernández indicó que este año el observatorio logró reforzar la Red Sísmica, y parte de ello es este proyecto POB, que se ejecutó con el apoyo de instituciones de Francia. “Nos ha permitido adquirir temporalmente 11 estaciones sísmicas dedicadas a este monitoreo de la microsismicidad. Esta es muy importante, ya que puede darte una firma, una muestra, en pequeños rasgos, de qué estructuras o sistemas de fallas geológicas podrían activarse en el futuro”, señaló Fernández
El experto recalcó que los movimientos telúricos son impredecibles, no obstante, explicó que la importancia de contar con mejor monitoreo radica en la necesidad de prepararse. “Poner una estación sísmica nos permite ver y escuchar cómo se está comportando en esa región. Ahora, imagínate, Bolivia es tan grande que necesita hartas estaciones sísmicas. Gracias a Dios tenemos 21 estaciones sísmicas, pero necesitamos más”, indicó.
El observatorio mira con esperanza al 2025, año en que se prevé presentar los resultados del POB, mientras se espera pueda llegar más apoyo y ayuda.