Elon Musk, propietario de empresas Tesla, SpaceX y la cadena de satélites Starlink, ha asumido la dirección del Departamento de Eficiencia Gubernamental en la segunda administración presidencial de Donald Trump en Estados Unidos.
El Departamento liderizado por el empresario Elon Musk se describe como una entidad pública de carácter consultivo y de recomendaciones en temas relacionados con: reducción del gasto púbico; reducción de regulación de agencias y supresión de subsidios federales y estatales
En ningún momento, Elon Musk podría tomar decisiones ejecutivas, por mucho que en la campaña hubiera donado a los republicanos 277 millones de dólares.
La filosofía de Musk es que el Estado debe intervenir lo menos posible en temas que no representan un impacto de desarrollo y economía. Para alcanzar este objetivo, tendrá que basarse en la ley y el procedimiento
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Durante la última década se recordará que Elon Musk y sus empresas Tesla y SpaceX por concepto de préstamos y subsidios obtuvieron una utilidad de 15.400 millones de dólares. También vendió autos eléctricos con una ganancia de 6.000 millones con base a créditos respaldados por el gobierno (2022). El Estado de Texas le otorgó un subsidio de 600 millones de dólares para construir una infraestructura en telecomunicaciones de altísima seguridad.
En todo este tiempo, sus empresas Tesla y SpaceX en materia reguladora, han sido sometidas al menos a 20 investigaciones. Si existen esas investigaciones preliminares o no concluidas, será posible que Musk, estando al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, decida recomendar a las instancias federales y Estatales que no contraten con sus empresas que tienen problemas, ¿y alguna por accidentes?
Un dato sobresaliente es que los 277 millones que Elon Musk donó a la campaña electoral de Trump, que representa el 0,07% de la riqueza, le dio como resultado un crecimiento de 8.300 millones a sus empresas, obviamente no como resultado de su productividad. Y, además, le reportó el valor de 133 millones de dólares en menos de dos meses (octubre y noviembre 2024).
Se podría sostener que Elon Musk tiene una reconocida y amplísima capacidad profesional empresarial en lo privado, pero no tiene ninguna experiencia en la administración pública. En este último ámbito, se maneja dinero de los ciudadanos estadounidenses que están sujetos a control fiscal, en tanto que en lo privado las disposiciones de recursos son diferentes.
En alguna oportunidad Elon Musk ha manifestado que Donald Trump le llama para consultar, lo que revela que Musk no sólo tendría acceso directo al presidente Trump, sino que por esos vínculos estrechos hasta podría obtener ventajas con la obtención de
Ahora bien, atento a los principios de respeto a la gestión de los asuntos y bienes públicos, los servidores del Estado deben actuar con equidad, responsabilidad e igualdad ante la ley, para fomentar una cultura de transparencia, rendición de cuentas y rechazo de la corrupción en toda forma y en todos los niveles de conformidad con la Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción.
Por consiguiente, si Musk ejerce influencia para obtener ventajas empresarial y comercial, estando dirigiendo el Departamento de Eficiencia Gubernamental, sus actos consultivos o de recomendación podrían desatar un conflicto de intereses y de carencia de sensibilidad ética.
El profesor Aguilera Izaguirre, Gustavo dice: «La buena administración se presenta como un principio rector de las administraciones públicas y como un derecho fundamental».
Pedro Gareca Perales