FMI alerta que Bolivia requerirá una devaluación de su moneda ante la difícil situación financiera


Directores del FMI sugieren un cambio hacia una paridad cambiaria flotante con bandas. En su informe advierten sobre menor producción de gas y más inflación por escasez de divisas, lo que afectará el crecimiento, que se situará en 2,2% y 2,3% a mediano plazo.

Por Marco Antonio Belmonte

El ingreso al Banco Central de Bolivia (BCB). FOTO: Abi
El ingreso al Banco Central de Bolivia (BCB). FOTO: Abi

Fuente: Visión 360 



 

 

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La Junta Ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la Consulta del Artículo IV con Bolivia, en 2024, y en su evaluación advierte la difícil situación financiera en la que se encuentra el país, aspecto que requerirá un ajuste fiscal gradual en los próximos años, como una devaluación de la moneda para permitir la acumulación de Reservas Internacionales Netas (RIN).

Según el informe difundido por el organismo y al que tuvo acceso Visión 360, los directores ejecutivos del Fondo dieron la bienvenida al progreso socioeconómico de Bolivia en los últimos años, pero expresaron “preocupaciones sobre la difícil situación financiera en la que se encuentra Bolivia actualmente, con reservas bajas, financiamiento fiscal incierto y presiones en los mercados paralelos de divisas”.

Subrayaron la urgencia de un cambio de las políticas actuales insostenibles para evitar un ajuste desordenado que ejercería una carga social y económica significativa.

“Los Directores pidieron un compromiso constructivo continuo sobre una combinación de políticas sostenible, que probablemente requerirá tanto un ajuste fiscal gradual durante los próximos años como una devaluación inicial para abordar más rápidamente el desequilibrio externo y permitir la acumulación de reservas”, precisa la evaluación del FMI.

Hicieron hincapié en la importancia de mejorar la red de seguridad social para proteger a los hogares más pobres de las presiones inflacionarias tras el reajuste del tipo de cambio.

Los Directores también enfatizaron la importancia de fortalecer las instituciones fiscales para respaldar la credibilidad del ajuste planificado y mejorar la gobernanza del banco central en apoyo a un cambio hacia una paridad cambiaria flotante con bandas y, eventualmente, hacia un objetivo de inflación.

El 22 de marzo de 2024, la Junta Ejecutiva FMI concluyó la Consulta del Artículo IV para Bolivia. Esto también incluyó una discusión sobre los hallazgos del ejercicio del Programa de Evaluación del Sector Financiero (FSAP) para Bolivia.

De acuerdo con el Fondo, el impulso del crecimiento de Bolivia se moderó en 2023, al 2,5%, debido a la disminución de la producción de gas natural, menos inversión pública y la agitación en los mercados financieros.

Los controles de precios, los subsidios a alimentos y combustibles, las restricciones a las exportaciones y una fuerte producción agrícola mantuvieron la inflación por debajo del 2% al final del año 2023.

Sin embargo, la combinación de menores exportaciones de gas natural, altos impuestos a las importaciones de combustible, un gran déficit fiscal —financiado cada vez más por el banco central— y un tipo de cambio sobrevaluado contribuyó a un mayor déficit de cuenta corriente (estimado en un 5% del PIB para 2023) y la casi agotada reserva internacional.

La deuda pública aumentó a casi el 84% del PIB a finales de 2023. “Los diferenciales soberanos aumentaron considerablemente a principios de 2023, cuando se hizo evidente la escasez de divisas y quebró un banco de tamaño mediano (Banco Fassil). Como resultado, los bancos se vieron obligados a restringir el retiro de depósitos en divisas, aumentando los riesgos de estabilidad del sector financiero”, sostiene el FMI.

Para 2024, el Fondo pronosticó que el crecimiento se desacelere al 1,6%, manteniéndose en alrededor del 2,2% u 2,3%  a mediano plazo, si se mantienen las políticas actuales.

Respecto a la inflación, la entidad proyectó una tasa de 4,5% en 2024, estabilizándose alrededor del 4% después de eso. Sin embargo, el INE reportó que el 2024 se cerró con una inflación anual de 9,97%.

Sin embargo, las perspectivas dependen de un acceso significativamente mejorado al financiamiento externo, sin lo cual el riesgo de un ajuste fiscal y/o de tipo de cambio desordenado es elevado.

Factores externos como la menor demanda, los conflictos globales intensificados que interrumpen las rutas comerciales, la volatilidad de los precios de las materias primas o un endurecimiento renovado de las condiciones financieras podrían empeorar los desequilibrios fiscales y externos, obstaculizar el crecimiento y desestabilizar el sector financiero interno.

Además, los eventos climáticos extremos, como las sequías de 2023 y las recientes inundaciones, representan un riesgo para el sector agrícola y la infraestructura crítica de Bolivia.

Menos gas e inflación afectarán crecimiento

“A nivel interno, un mayor declive en la producción de hidrocarburos, una mayor inflación debido a la escasez de divisas o choques de confianza podrían afectar aún más el crecimiento, perjudicar los ingresos reales y agravar los riesgos de estabilidad financiera”, alerta el FMI en su evaluación.

Además, observa que los disturbios sociales derivados de la desigualdad y las preocupaciones de seguridad siguen siendo una preocupación, como lo evidencian los bloqueos de carreteras prolongados a principios de 2024.

En el lado positivo, de acuerdo con el FMI, Bolivia podría beneficiarse potencialmente del cambio global hacia la energía verde debido a sus vastos recursos de litio, aunque el desarrollo del sector del litio y el aumento de la capacidad de producción interna probablemente llevarán tiempo.

Otras recomendaciones

Los directores del FMI recomendaron fortalecer la capacidad de los bancos centrales para realizar operaciones de esterilización y levantar los límites de las tasas de interés para mejorar la asignación de capital y mejorar la transmisión de la política monetaria.

También subrayaron la necesidad de mejorar la preparación ante crisis y la planificación de contingencias, de acuerdo con las recomendaciones del FSAP, para salvaguardar la estabilidad financiera.

Los directores recomendaron una serie de reformas del lado de la oferta para desbloquear la inversión privada, aumentar la productividad y mejorar la competitividad. Estas deberían incluir la eliminación gradual de los límites a las exportaciones y los controles de precios y una mejor priorización de los proyectos de inversión pública.

Un marco regulador más fuerte para la exploración de hidrocarburos y litio podría ser fundamental para aumentar la inversión en esos sectores. Los Directores también pidieron mejorar el marco de AML/CFT y asegurar la publicación oportuna de los datos macroeconómicos clave.


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