Los volúmenes acumulados en lagunas y pozos garantizan agua potable para dos años en la ciudad de Cochabamba.
Sin embargo, la situación es diferente para los regantes del Valle Bajo, debido a que su principal fuente, la laguna de La Angostura, aún no tiene el embalse esperado.
Durante el mes de enero de este 2025, las lluvias fueron persistentes.
De acuerdo con el boletín informativo de predicción climática para el trimestre enero, febrero y marzo de 2025 del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), la predicción de probabilidad de precipitaciones del departamento de Cochabamba es que “presentarán condiciones cercanas a sus valores normales en el trimestre, exceptuando algunas de las provincias del mes de febrero”.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
En la ciudad de Cochabamba, las precipitaciones pluviales de enero superaron récords de hace 76 años en el mismo mes; y de manera general, hubo alertas naranja por lluvias en todo el departamento.
El gerente general del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa), Luis Prudencio, explicó que existen fuentes subterráneas y superficiales que permiten la atención con agua potable a los diferentes distritos del municipio. Tanto las fuentes subterráneas como las superficiales ofrecen un total de 1.372,6 litros por segundo, en la actualidad.
“No va a haber ningún tipo de racionamiento este año ni el próximo, porque la recaudación ha sido importante”, dijo.
Pero, aclaró que, considerando que la principal fuente es Misicuni, no se debe dejar de lado el proyecto de captación de agua de Vizcachas y Putucuni. “Si no, en 2030 vamos a encontrarnos con un racionamiento de agua”.
Semapa está a cargo de la distribución de agua potable a través de redes. Es una empresa municipal descentralizada, orientada a satisfacer las necesidades del servicio de agua potable, recolección y tratamiento de aguas residuales de la población, dentro del área de regulación de la provincia Cercado del departamento de Cochabamba, coadyuvando a través de sus servicios a mejorar sus condiciones de vida y preservar el medio ambiente, con una gestión de calidad y participación de la comunidad.
LAS LAGUNAS Prudencio explicó que las fuentes superficiales son lagunas, que aportan el 70%, y ofrecen: Escalerani, 259,78 litros por segundo; Wara Wara, 19,7 litros por segundo; Chungara, 25,12 litros por segundo; pozos de Hundto., 7,17 litros por segundo; agua cruda de Misicuni, 543,44 litros por segundo; y agua tratada de Misicuni, 135,7 litros por segundo. En total, el aporte de las fuentes superficiales suma 990,9 litros por segundo.
“Wara Wara y Escalerani han tenido un aporte importante por las lluvias de enero; ha llovido más. Es positiva la situación, más aún si se toma en cuenta Misicuni”.
Detalló que Escalerani está “a tres metros de rebalsar”, situación que no se había visto en los seis o siete años recientes.
“No había llegado a un nivel tan alto. Hemos cerrado las válvulas, trabajamos tres días con agua de escorrentía”.
En el caso de Wara Wara, está en la actualidad con un 60% de su capacidad.
“Como hemos tenido el aporte significativo de Escalerani, no hemos tenido que abrir válvulas”.
Estas dos lagunas permiten el envío de agua a los distritos 10, 12, 1 y 2.
En enero de 2024, el caudal de Wsara Wara y Escalerani no tuvo incrementos significativos; entonces, Semapa trabajaba en acciones de contingencia para que el servicio llegue con normalidad a sus usuarios.
Hace un año, si bien se habían registrado algunas lluvias en la ciudad, no ocurrió lo mismo en las zonas de recarga, porque ahí llovió poco.
Hace un año, Wara Wara había reportado un incremento de tan solo seis centímetros; y Escalerani, cero.
En este grupo de fuentes superficiales también está Misicuni. Se estima que tiene un volumen del 80% de su capacidad. En este caso, Semapa paga por agua cruda y tratada. Con cruda llega a los distritos 10, 11 y parte del 12; con potable, al 9, 15 y 8.
Para varios municipios del Eje Metropolitano de Cochabamba, las aguas de Misicuni son la garantía de abastecimiento de agua potable y también para riego.
El alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, durante un acto, el viernes, hizo referencia al Proyecto Múltiple Misicuni y su importancia.
“¿Qué hubiera sido si no hubiera habido Misicuni el día de hoy? Simplemente con Escalerani o Wara Wara hubiéramos estado en una guerra del agua tremenda en Cochabamba”, expresó.
LOS POZOS Las fuentes subterráneas corresponden a pozos como Vinto con 78 litros por segundo, Paso I con 89,6 litros por segundo, Paso II con 99,2 litros por segundo, Paso III con 112,7 litros por segundo, Condebamba I con 1.7 L por segundo y Condebamba II con 0.28 litros por segundo. Las fuentes subterráneas ofrecen 381,6 litros por segundo en total.
“Ha mejorado la calidad de las venas de agua; pero, se deja mucho de la explotación en Vinto. Por decir, de 100 litros, 60 se quedan allá y llegan 40”, explicó Prudencio.
LA ANGOSTURA Entretanto, el sector de regantes del Valle Bajo todavía está atento a que la laguna de La Angostura, la principal fuente para sus cultivos, pueda aumentar caudales, ya que, aunque hubo lluvias en enero, no subieron mucho.
Esta represa tiene una capacidad máxima de almacenamiento de 7.5 metros; a ese nivel, acumula alrededor de 75 millones de metros cúbicos.
Sin embargo, según informó el vicepresidente de la Asociación de Usuarios del Sistema Nacional de Riegos (AUSNR) Número 1 La Angostura, Vladimir de la Barra, la pasada semana tenía 1.80 metros.
“Incluso el año pasado teníamos más. No hay buen almacenamiento. Es por los nuevos atajados; eso ha hecho que merme el ingreso. Ojalá en febrero aumente”, expresó.
Lamentó que, debido a la construcción de represas en otros municipios del Valle Alto, el agua no pueda llegar a La Angostura.
Sostuvo que a partir del 20 de marzo se realizarán las mediciones de la época de lluvia para, a partir de ahí, organizar los turnos de riego para los productores.
En septiembre de 2024, La Angostura tenía 2.5 metros de almacenamiento de agua y, en medio del temor por la baja del embalse, se abrieron las compuertas para un turno de riego, lo que bajó los caudales; a eso se sumaba la evaporación por las altas temperaturas.