El hábil atacante nacional que militó en el Santos FC hasta el año pasado, se sumó a los entrenamientos de Oriente y aguarda que la FIFA le levante la sanción al club para ser habilitado. Además, se estima que entre viernes y sábado, Wilson Quiñónez arribe al país.
Fuente: eldeber.com.bo
Oriente Petrolero, que aún no puede habilitar jugadores debido a una sanción impuesta por parte de la FIFA, sigue sumando caras nuevas pensando en los desafíos de 2025. Con la ilusión de que la dirigencia logre levantar el castigo del máximo ente que rige el fútbol a nivel mundial, el delantero nacional Fernando Nava se sumó a los entrenamientos bajo la conducción técnica de Joaquín Monasterio.
La noticia fue confirmada a El Deber Sports por una fuente cercana al primer plantel. Nava es un jugador desequilibrante en el uno contra uno y con buenas condiciones técnicas que busca sumar rodaje profesional.
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Se formó en la academia Bolivia 2022 y luego fue transferido al Athletico Paranaense de Brasil, donde jugó en las divisiones menores. Posteriormente, pasó al Santos FC y jugó en la reserva, donde compartió vestuario con los bolivianos Marcelo Torrez, Miguel Terceros y Enzo Monteiro.
En su momento, formó parte de la selección boliviana en sus diferentes categorías, incluso llegó a estar convocado a la absoluta y debutó ante Panamá en un amistoso cuando La Verde era dirigida por Gustavo Costas.
Caso Quiñónez
La misma fuente le confirmó a El Deber Sports que la dirigencia ha acelerado las negociaciones con el arquero paraguayo para que retorne al club y todo apunta a que estará arribando a Santa Cruz entre el viernes y el sábado. El guardameta fue uno de los jugadores que demandó a Oriente por falta de pago de salarios, lo que derivó en la sanción de la FIFA; sin embargo, entabló negociaciones con el presidente Ronald Raldes para llegar a un acuerdo y levantar la demanda.
Impuestos
Sin dar a conocer el monto exacto, la dirigencia de Oriente canceló la cuota inicial de una deuda que mantiene con Impuestos Nacionales. Se estima que la misma fue de un millón de bolivianos, lo que le permite a la dirigencia elaborar un plan de pagos y también empezar a recibir el dinero que está ‘congelado’ en la Federación Boliviana de Fútbol.