Anapo: “La restricción a la exportación de soya es el golpe de gracia a los productores”


Productores soyeros exigen condiciones justas para impulsar el agro y la sostenibilidad de otras cadenas de alimentos en Bolivia.

Exposoya 2025, el evento tecnológico más importante para los productores de soya del país concluyó con un mensaje claro: “la restricción a la exportación de grano de soya es un tremendo error que genera incertidumbre y vulnera los derechos de los agricultores. Es el golpe de gracia a los productores”. Así, lo afirmó el presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Fernando Romero.



La declaración se debe a que desde el 1 de enero de 2025, las exportaciones de soya están suspendidas porque el Gobierno no emitió el Certificado de Abastecimiento Interno y Precio Justo para el grano. El Decreto Supremo 3920 del 29 de mayo de 2019 dispone que, cada año, el Estado debe autorizar la exportación equivalente al 60% de la producción nacional de la gestión anterior, refrendada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El año pasado fue el peor de las últimas tres décadas en cuanto a producción, resultado de los efectos climáticos de sequía. Los agricultores pequeños, medianos y grandes quedaron seriamente endeudados. También la cosecha de la campaña de invierno atravesó complicaciones por efectos de la sequía y que afecto a miles de productores, que no pudieron cubrir sus deudas de corto plazo con los proveedores de insumos.

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Certidumbre y reglas claras

A pesar de las pérdidas productivas del año pasado, los soyeros lograron producir más de dos millones de toneladas del grano, suficientes para garantizar el abastecimiento del mercado interno, que se aproxima a 800 mil toneladas. Además, esta campaña de verano 2024-2025, que inició ya la cosecha, se estima producir al menos 2,5 millones de toneladas de grano de soya.

Ante ese panorama, Fernando Romero demandó: “No pedimos privilegios, solo reglas claras y oportunidades justas para seguir produciendo. Cuando a los productores nos va bien, a Bolivia le va bien”.

La restricción a las exportaciones de soya tras un año de caída significativa en la producción debido a la sequía, se suma a otros azotes que afronta el sector soyero; unos de larga data y otros que se agudizaron desde el año pasado. “El acceso a biotecnología sigue siendo una tarea pendiente, (…) además el  costo de los insumos ha aumentado debido a la crisis económica y la falta de divisas”, lamentó Romero.

Y, entre las dificultades que ahora se tornaron más apremiantes para los casi 14.000 agricultores de Anapo, están la incertidumbre en la provisión de diésel, la inseguridad jurídica sobre las tierras productivas, los altos costos logísticos debidos a bloqueos y las falencias en la infraestructura de exportación.

Una producción clave para el país

En Bolivia, más de 14.000 familias dependen de manera directa de la producción de soya, un sector que genera más de 120 mil empleos en toda la cadena productiva. Además, es el tercer rubro de exportación del país, después de los minerales y los hidrocarburos, y el más importante dentro de las exportaciones no tradicionales.

“A pesar de la crisis, apostamos por eventos como la Exposoya 2025, que celebra la innovación y el esfuerzo de todo el sector agrícola. Destaca la importancia de la innovación y la tecnología en el agro, y que la adopción de nuevas técnicas y herramientas permite mejorar la productividad y la sostenibilidad de nuestros cultivos”, aseveró el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), José Luis Farah.

Farah hizo un llamado al Gobierno a permitir que los agricultores accedan a nuevas oportunidades y fortalezcan la economía, “en especial en un momento que el país atraviesa una crisis económica”. “Más aún – dijo- cuando debemos obtener dólares; y esos dólares se obtienen de las exportaciones”.

Como sector clave para el crecimiento del país, los productores de soya reafirmaron en Exoposoya 2025 su visión de seguir impulsando la producción con innovación y tecnología, a la espera de políticas que fomenten la inversión y el desarrollo agrícola. Romero dijo esperanzado que, “con políticas adecuadas, la producción de granos como soya, maíz, trigo, sorgo y girasol podría crecer de 5 a 13 millones de toneladas anuales, lo que impulsaría el empleo y la generación de divisas para mejorar la economía del país”.

Avances tecnológicos y nuevas variedades de semillas

Exposoya 2025, en su versión 31,  reafirmó el compromiso de los productores de soya de seguir impulsando la producción con innovación y tecnología, a la espera de políticas que fomenten la inversión y el desarrollo agrícola.

A lo largo de varias parcelas demostrativas, los agricultores pudieron informarse y reforzar sus conocimientos para seguir implementando técnicas que promueven producción sostenible como la siembra directa, los cultivos de servicio y cobertura, la rotación de cultivos, nuevos híbridos de maíz y sorgo, paquetes tecnológicos de las casas comerciales, fertilización y nutrición vegetal,  además de estrategias tecnológicas para maximizar los rendimientos y aumentar la producción.

En el acto de cierre, LealSem y Semillas Aura se anunciaron la liberación de dos nuevas variedades de semillas, la GS 50R 48 y la Patujú respectivamente; diseñadas para mejorar los rendimientos en un contexto climático desafiante. También se contó con un imponente despliegue de stands en el área ferial, que exhibieron maquinaria agrícola de última generación para la siembra, cosecha y técnicas de manejo sostenible de suelos, para fortalecer la productividad del sector.

Romero resaltó que este evento tecnológico anual busca sobre todo que el acceso a estas tecnologías sea equitativo para todos, en especial para los pequeños productores, quienes representan el 80% de quienes producen soya.

Fuente: ANAPO


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