Con cerca del 20% de los votos, a falta de los resultados definitivos, la AfD ha logrado su mejor desempeño desde el 10,4% de los votos que obtuvo en los comicios legislativos de 2021
Alice Weidel y el co-líder de la AfD, Tino Chrupalla. (Wolfgang Rattay/Reuters)
Fuente: infobae.com
La marea ultraderechista que recorre Europa ha alcanzado a Alemania y le ha tocado de lleno. El partido político alemán de ideología nacional-conservadora Alternativa para Alemania (AfD) ha conseguido el mejor resultado de su historia en las elecciones federales de este domingo, en las que la coalición conservadora Unión Democristiana/Unión Social Cristiana (CDU/CSU) se ha erigido como clara ganadora.
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Con cerca del 20% de los votos, a falta de los resultados definitivos, la AfD se ha colocado como la segunda fuerza política más votada en el país centroeuropeo, logrando un resultado histórico y casi duplicando su apoyo en las urnas en comparación con el 10,4% de los votos que obtuvo en los comicios legislativos de 2021. De esta manera conseguiría cerca de 143 escaños en el Bundestag (el parlamento alemán), 67 más que los que ya tenía.
Sin embargo, esto no será suficiente para gobernar. Ningún partido ha logrado la mayoría absoluta, y será necesario formar alguna coalición. Pero nadie está dispuesto a pactar con la ultraderecha. El partido liderado por Alice Weidel, que se presentó como la única opción capaz de generar un cambio real en el país, lo tendrá bastante difícil para conseguir apoyos. La semana pasada tanto el excanciller alemán y candidato a la reelección, Olaf Scholz, como el futuro canciller de la Unión Democristiana (CDU), Friedrich Merz, expresaron en un debate emitido en la televisión alemana que no pactarían con el partido ultraderechista —aunque también descartaron que fuesen a formar parte de un mismo Gobierno, pese a que esa opción ahora parece la más probable—. Por tanto, todos dan por imposible que la AfD entre al Gobierno… menos ellos.
Tras conocerse los resultados de los primeros sondeos, que ya no sufrirán variaciones importantes, Weidel se ofreció a entrar en una coalición. “Somos el único partido que ha duplicado nuestro resultado. Nos querían reducir a la mitad y ha pasado lo contrario. Nuestro brazo siempre estará extendido para entrar al Gobierno y hacer realidad la voluntad del pueblo”, dijo en la fiesta electoral de la AfD. Y advirtió de que, si no se atienden sus exigencias, volverá a haber elecciones “más pronto de lo que muchos creen”.
Propone repatriar a los extranjeros y volver al marco alemán
Alternativa para Alemania fue fundada en 2013 por dos expolíticos de la CDU. Inicialmente, el partido se presentó como una alternativa liberal, distanciándose de la extrema derecha. Sin embargo, con el paso de los años, sus dirigentes abandonaron esa postura para reubicarse como una formación nacionalista, conservadora y euroescéptica. Así, en 2017, el partido dio un giro hacia la ultraderecha, centrando su discurso en la inmigración. Esta estrategia les permitió obtener 94 escaños en el Bundestag, lo que les facilitó el acercamiento y la colaboración con grupos de extrema derecha.
Por ello, el programa político de Alternativa para Alemania de estas elecciones llevó por título “Tiempo para Alemania” y centró su atención en la cuestión migratoria. Entre sus propuestas, plantea el cierre de lo que describe como “paraíso del asilo en Alemania” y otorga una gran importancia al concepto de “remigración”, entendido como la “repatriación obligatoria de extranjeros que deben abandonar el país”. Además, la formación aboga por revertir lo que denominan como “inmigración masiva” y establecer mayores trabas para obtener la ciudadanía alemana.
La colíder de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, durante su intervención en el congreso federal de este partido ultraderechista, celebrado en la ciudad de Riesa, que la ratificó como candidata a las elecciones del próximo 23 de febrero. EFE/EPA/Martin Divisek
Con todo ello, la formación ha logrado capitalizar el descontento de gran parte de la población, sobre todo en el este del país, en una situación de recesión económica y aumento del desempleo. Alemania ha dejado de ser “el motor de Europa” y los problemas acumulados han hundido al partido que estaba en el poder, el socialista SPD, de Olaf Scholz, que ha sufrido su peor resultado desde finales del siglo XIX. Con sus ideas controvertidas, y subiéndose a la ola global dominada por Donald Trump y Elon Musk en estos momentos —en segundo ha apoyado públicamente a Weidel—, los comicios confirman que este partido político, que en los últimos años ha sido considerado prácticamente un paria, ha llegado para quedarse.
No hay que olvidar que el grupo AfD está siendo investigado por la policía alemana por la difusión de propaganda electoral con la forma de “billetes de expulsión” para inmigrantes ilegales, una iniciativa que podría ser considerada “incitación al odio”.
En cuanto a política exterior, rechaza la estrategia actual de la Unión Europea en materia de asilo y propone reformularla como una “comunidad económica y de intereses”, alejándose de los principios de integración y solidaridad que, a su juicio, predominan en el bloque. Asimismo, el partido defiende la salida de Alemania del euro y el retorno al marco alemán (D-Mark) como moneda nacional. También promueve la eliminación de las sanciones económicas contra Rusia, argumentando que estas no favorecen los intereses del país.múltiple en un mercado navideño en Alemania: un coche embiste a un grupo de personas
En lo que respecta a la escena internacional, la AfD mantiene posturas poco convencionales: ha llegado a plantear la posibilidad de un “Dexit”, es decir, la salida de Alemania de la UE, y sostiene que el país debería estrechar lazos con Rusia y China, integrándose en sus estructuras políticas y económicas de cooperación, además de abandonar tanto la UE como la OTAN.
El ideario del partido destaca por su énfasis en los valores tradicionales. Exalta la familia y la identidad alemana, rechaza el aborto, el cambio climático, el matrimonio igualitario —a pesar de que su líder es homosexual— y la inmigración. Entre sus propuestas se incluyen la reimplantación del servicio militar obligatorio para los hombres y la reducción de la edad de responsabilidad penal a los 12 años.