“No debe caber duda, hay una guerra en curso en el Atlántico”, afirmó una fuente militar británica al diario local The Sunday Times
La Marina británica encontró los sensores cerca de sus submarinos nucleares de la clase Vanguard (REUTERS/David Moir)
Fuente: infobae.com
La Royal Navy del Reino Unido descubrió dispositivos que podrían haber sido utilizados por Rusia para espiar a los submarinos nucleares británicos, según un reporte publicado este domingo por el diario local The Sunday Times.
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Parte de estos aparatos apareció en la costa británica, mientras que otros fueron localizados por buques cazaminas durante patrullas de rutina en aguas territoriales británicas.
Según el mismo medio, el hallazgo no se hizo público a pesar de haber sido clasificado como una amenaza seria para la seguridad nacional. Las autoridades británicas sospechan que los sensores forman parte de una campaña encubierta del Kremlin destinada a obtener información sobre la posición y movimientos de los cuatro submarinos de la clase Vanguard, los cuales integran el programa nuclear Trident del Reino Unido.
Uno de estos submarinos, según fuentes oficiales, se encuentra en operaciones en alta mar como parte del sistema de disuasión nuclear permanente del país. Estos buques, introducidos en 1994, transportan misiles balísticos con capacidad nuclear y son considerados un pilar de la defensa estratégica británica.
La Royal Navy británica vigila un buque de guerra ruso (Royal Navy/Handout via REUTERS)
El Ministerio de Defensa (MoD, por sus siglas en inglés) atribuye la instalación de estos sensores a una táctica de “guerra en la zona gris”, una forma de conflicto que opera por debajo del umbral de un enfrentamiento militar abierto.
Desde la invasión de Ucrania en 2022, el gobierno de Vladimir Putin ha intensificado sus actividades de sabotaje y vigilancia sobre infraestructuras submarinas clave para Occidente, incluidas redes de cables de internet y gasoductos.
Una fuente militar británica citada por The Sunday Times afirmó: “No debe caber duda, hay una guerra en curso en el Atlántico. Es un juego del gato y el ratón que ha continuado desde el final de la Guerra Fría, y que ahora vuelve a intensificarse”.
En los últimos 15 meses, se han registrado daños en al menos 11 cables submarinos en el mar Báltico, algunos de ellos supuestamente provocados por barcos que arrastraban anclas. Esto ha incrementado la preocupación por los objetivos de Moscú en la región.
En la actualidad, hay 60 cables de Internet que conectan el Reino Unido con el resto del mundo.
El gobierno de Putin intensificó sus actividades de sabotaje y vigilancia sobre infraestructuras submarinas clave para Occidente desde la invasión a Ucrania (Sputnik/Mikhail Metzel/Pool via REUTERS)
El Ministerio de Defensa británico obtuvo información de inteligencia que sugiere que superyates propiedad de oligarcas rusos fueron desplegados para llevar a cabo sondeos submarinos.
“Nuestro papel consiste tanto en derrotar cualquier amenaza contra el Reino Unido como en sacarlo de la zona gris”, declaró el capitán Simon Pressdee, citado por New York Post.
“Hacemos esto último comprendiendo quién está implicado y aportando esas pruebas para evitar malentendidos quién está implicado y aportando esas pruebas para evitar malentendidos y hacer que quienes amenazan al Reino Unido rindan cuentas de sus actos”, agregó.
Aunque la presencia de buques rusos en aguas británicas no es nada nuevo, el gobierno intenta ahora conseguir financiación de empresas tecnológicas y energéticas para ayudar a los militares a proteger las infraestructuras submarinas.
En este contexto, el Ministerio de Defensa del Reino Unido activará a corto plazo el proyecto militar denominado Cabot, una operación desarrollada por las fuerzas armadas británicas en colaboración con empresas del sector privado, con el objetivo de proteger infraestructuras submarinas críticas en aguas territoriales y áreas clave de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Según fuentes de la Armada británica, el gobierno considera esencial reforzar los mecanismos de disuasión y defensa marítima mediante la instalación de minas marinas, una medida que no se había implementado desde el final de la Guerra Fría. Este despliegue responde al aumento de la actividad de buques y aeronaves rusas en las proximidades del Reino Unido y de territorios aliados.
Submarino nuclear HMS Triumph del Reino Unido (Royal Navy)
“Estamos comprometidos a mejorar la seguridad de las infraestructuras marítimas críticas”, declaró un portavoz del Ministerio de Defensa, quien detalló que el Reino Unido coordina su respuesta con sus aliados de la Fuerza Expedicionaria Conjunta y la OTAN.
La iniciativa incluye el uso de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA) y un aumento de las patrullas coordinadas con fuerzas aliadas. Además, el portavoz destacó que “nuestra disuasión nuclear continúa en el mar y sigue patrullando los océanos del mundo sin ser detectada, como lo ha hecho durante 56 años”.
El proyecto Cabot se lanza en un contexto de creciente preocupación internacional por la vulnerabilidad de cables submarinos, oleoductos y gasoductos ante posibles actos de sabotaje o espionaje. Las autoridades británicas no han especificado cuántas unidades ni qué tipo de armamento se desplegará inicialmente como parte de este plan.
La medida forma parte de una estrategia más amplia para asegurar rutas de comunicación y suministro esenciales en el Atlántico Norte y el mar del Norte, frente a lo que fuentes militares consideran una amenaza latente por parte de actores estatales hostiles.