Empresas bolivianas enfrentan una tormenta perfecta: inflación acelerada, escasez de dólares y contracción de la demanda.
En un contexto económico cada vez más complejo para Bolivia, las empresas nacionales se enfrentan al doble desafío de proteger su capital frente a una inflación que ya alcanza el 5% en el primer trimestre de 2025 y una escasez de dólares que presiona al alza el tipo de cambio en el mercado paralelo. Esta situación está provocando una contracción económica que amenaza la sostenibilidad de numerosos negocios.
«La situación para las industrias es por demás compleja. Hoy los ingresos son en bolivianos, por eso es que muchas de ellas para reponer sus insumos, para reponer su producto, están indexando al dólar el precio», explica Pablo Camacho, ejecutivo de la Cámara Nacional de Industrias (CNI). Añade que este mecanismo se ha vuelto indispensable para la supervivencia empresarial.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Indexación al dólar
El fenómeno de la indexación es particularmente visible en sectores como el automotriz. «Los automotores han subido. Si una movilidad pequeña valía $us 10.000, ahora vale $us 16.000 o $us 17.000″, señala el ejecutivo. El mecanismo para la indexación se básicamente una regla de tres simple: si un bien, al tipo de cambio oficial, valía tantos dólares, cuánto vale ahora al cambio paralelo. “Se han indexado los precios al dólar porque tienes que reponer esa mercadería. Si no tienes el valor para reponer, ya se ha disuelto tu utilidad, se ha disuelto tu capital».
El ejecutivo es claro y contundente al expresar la situación actual. «Yo prefiero hablar ya de un valor de tipo cambiario, mercado negro, dólar blue, porque ya la comisión no existe. Estás hablando de un dólar oficial y de un dólar paralelo. Esa es la realidad», afirma categóricamente.
La situación se complica aún más para empresas de servicios que requieren mantener flujo de caja constante para sus operaciones, como compañías de limpieza, seguridad o catering. Estas enfrentan una difícil disyuntiva: mantener precios y ver erosionarse sus márgenes o aumentarlos y perder clientes.
Contracción de la demanda
«En primer lugar, ya ellos están sufriendo una contracción en su demanda», indica Camacho. «Las empresas de catering, de seguridad, o las que están reguladas como telecomunicaciones o cable, no pueden mover sus precios. Ahora la devaluación del dólar se está dando demasiado rápido».
La consecuencia directa de esto es una cadena de reacciones defensivas por parte de empresas y consumidores. «Si te suben el precio del guardia, vas a prescindir del mismo, entonces vas a girar a una empresa que te dé alarmas para mantener tu seguridad», explica el experto.
Los indicadores de contracción económica se multiplican. De acuerdo con Camacho, «la importación de celulares se ha reducido un 60% y la de automotores un 50%. Las automotoras están reduciendo agencias porque ya no venden». El paisaje urbano refleja esta realidad. «Si uno va por la avenida Calacoto hacia El Alto, se ve la cantidad de oficinas vacías. Y eso me hace recuerdo a la época de la pandemia», comenta.
La situación no se limita a La Paz. «Yo estaba en Santa Cruz el fin de semana y me llevaron a pasear, y es increíble. En alquiler, vacío, cerrado. Y está pasando en toda Bolivia», asevera.
Estrategias de las empresas ante la adversidad
Las empresas, presionadas por esta realidad, están adoptando estrategias para mantener la liquidez. «Muchas de las empresas tienen primero obligaciones con la banca. Tenemos obligaciones salariales, impositivas. Entonces también hay otro fenómeno que se está dando. Muchas de ellas están con campañas de liquidación, con descuentos del 20% o 30%, buscando el efectivo necesario para pagar», explica Camacho.
Frente a esta situación, los expertos sugieren diversas estrategias para proteger el valor del capital empresarial. Entre ellas destacan la inversión en activos de refugio como bienes raíces y metales preciosos, la diversificación financiera, el uso estratégico de criptomonedas como USDT, la sustitución de insumos importados por nacionales, el financiamiento inteligente y el comercio internacional en yuanes.
Mientras tanto, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en marzo alcanzó una variación positiva de 1,71%, llevando la inflación acumulada en el primer trimestre a 5%, lo que representa ya el 67% de la proyección gubernamental para todo 2025 (7,5%). Economistas y organismos internacionales, sin embargo, proyectan que la inflación en Bolivia durante la gestión 2025 superará el 15%.
En este escenario, la aceleración inflacionaria y la escasez de dólares configuran un panorama de creciente complejidad para el sector empresarial boliviano, que se ve obligado a adoptar medidas extraordinarias para preservar el valor de su capital y garantizar su sostenibilidad operativa.