Las restricciones afectan a seis metales pesados de tierras raras y sus derivados, esenciales para industrias estratégicas como automoción, aeroespacial y defensa. La medida es vista como represalia directa a los aranceles de Trump
Unas tuberías procedentes de una planta de fundición de tierras raras vierten agua contaminada en un enorme embalse de residuos cerca de la aldea de Xinguang, a las afueras de la ciudad de Baotou, en la
El gobierno chino ha ordenado la suspensión de exportaciones de minerales de tierras raras e imanes críticos para industrias clave globales, una medida que amenaza con interrumpir cadenas de suministro en sectores como automoción, aeroespacial, semiconductores y defensa a nivel mundial.
La decisión, que comenzó a implementarse el 4 de abril, afecta a seis metales pesados de tierras raras refinados exclusivamente en China, así como imanes fabricados con estos materiales, m ucho más potentes que los imanes de hierro convencionales y de los cuales China produce aproximadamente el 90% del suministro mundial, según informó The New York Times.
Estos componentes son esenciales para la fabricación de motores eléctricos utilizados en vehículos eléctricos, drones, robots, misiles y naves espaciales. Incluso los automóviles de combustión interna emplean estos imanes para sistemas críticos como la dirección asistida.
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La suspensión forma parte de las represalias de China contra los nuevos aranceles impuestos por la administración del presidente de EEUU, Donald Trump, a principios de abril. Bajo el nuevo sistema regulatorio en desarrollo, estos materiales estratégicos solo podrán exportarse mediante licencias especiales, un proceso que podría tardar al menos 45 días en implementarse, según fuentes de la industria.
“Los envíos de imanes, esenciales para ensamblar desde automóviles y drones hasta robots y misiles, se han detenido en muchos puertos chinos mientras el gobierno chino elabora un nuevo sistema regulador”, señala The New York Times, agregando que el nuevo mecanismo podría bloquear permanentemente el suministro a determinadas empresas, especialmente contratistas militares estadounidenses.
MP Materials, propietaria de la mina Mountain Pass en California (en la foto), espera iniciar la producción comercial de imanes en Texas a finales de este año (REUTERS/Steve Marcus/archivo)
Michael Silver, presidente y director ejecutivo de American Elements, un proveedor de productos químicos con sede en Los Ángeles, indicó al diario estadounidense que su empresa había sido informada de que pasarían aproximadamente 45 días antes de que pudieran expedirse las licencias de exportación. Silver mencionó que su compañía había incrementado sus inventarios durante el invierno en previsión de posibles tensiones comerciales.
La situación genera particular preocupación por el impacto potencial en la industria de defensa estadounidense.
James Litinsky, director general de MP Materials, propietaria de la única mina de tierras raras en funcionamiento en Estados Unidos, expresó al NYT: “Los drones y la robótica se consideran el futuro de la guerra, y por todo lo que estamos viendo, los insumos críticos para nuestra futura cadena de suministro están cerrados”.
La interrupción del suministro podría tener consecuencias graves para fabricantes globales si sus reservas se agotan antes de que China restablezca las exportaciones. Las empresas estadounidenses son particularmente vulnerables, ya que muchas mantienen inventarios limitados para no inmovilizar capital en materiales costosos como el óxido de disprosio, cotizado a USD 204 por kilogramo en Shanghai.
Daniel Pickard, presidente del comité asesor sobre minerales críticos de la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos y del Departamento de Comercio, advirtió sobre las graves implicaciones de estas restricciones: “¿El control o la prohibición de las exportaciones puede tener efectos graves en Estados Unidos? Sí”.
La aplicación de las restricciones ha sido irregular en los diferentes puertos chinos. Algunos funcionarios aduaneros permiten la exportación de imanes con contenido mínimo de tierras raras pesadas, especialmente si no tienen como destino Estados Unidos, mientras que otros exigen pruebas exhaustivas antes de autorizar cualquier envío.
Estas medidas afectan a fabricantes importantes como Tesla y BYD, que dependen de imanes de alta potencia suministrados por JL Mag Rare-Earth Company, ubicada en Ganzhou. Los imanes más avanzados de esta empresa tienen una fuerza magnética 15 veces superior a los imanes de hierro convencionales, lo que los hace cruciales para vehículos eléctricos de alto rendimiento.
El presidente chino Xi Jinping realizó una visita especial a la fábrica de JL Mag en 2019, durante el primer mandato de Trump, en lo que fue interpretado como una advertencia sobre el potencial uso de estos recursos como herramienta de presión en disputas comerciales.
El presidente chino Xi Jinping durante su visita de Estado de dos días en Hanoi, Vietnam (REUTERS/Athit Perawongmetha)
La situación actual refleja una realidad geopolítica preocupante: hasta 2023, China producía el 99% del suministro mundial de metales pesados de tierras raras. La única refinería alternativa, ubicada en Vietnam, ha estado cerrada durante el último año por una disputa fiscal, otorgando a China un monopolio efectivo.
China también produce el 90% de las casi 200.000 toneladas anuales de imanes de tierras raras del mundo, mucho más potentes que los imanes de hierro convencionales.Japón produce la mayor parte del resto y Alemania también una pequeña cantidad, pero dependen de China para las materias primas.
Frente a las restricciones, MP Materials, propietaria de la mina Mountain Pass en California, espera iniciar la producción comercial de imanes en Texas a finales de este año para abastecer a General Motors y otros fabricantes, lo que podría proporcionar una fuente alternativa limitada.
Las restricciones chinas comenzaron a implementarse antes de que la administración Trump anunciara exenciones arancelarias para diversos productos electrónicos de consumo chinos. Sin embargo, los imanes siguen bloqueados y, además, están sujetos a los aranceles estadounidenses al llegar a puertos norteamericanos.
El Ministerio de Comercio chino no respondió a solicitudes de comentarios sobre estas restricciones, según The New York Times.
Los yacimientos más importantes de tierras raras pesadas se encuentran cerca de Longnan, en la provincia de Jiangxi, donde China había detenido operaciones mineras por problemas de contaminación. No obstante, The New York Times reporta indicios de que algunas operaciones extractivas podrían haberse reanudado recientemente.