Sin unidad en los políticos tradicionales ¿Una tercera vía sería la alternativa?


 

 



 

La unidad de la oposición en Bolivia es un tema complejo que depende de varios factores. A lo largo de la historia reciente del país, la oposición ha enfrentado desafíos significativos, como la fragmentación política. Para lograr la unidad, existen obstáculos importantes, como las diferencias ideológicas, las rivalidades históricas y la desconfianza entre grupos. Cada elección y contexto político presenta su propio conjunto de circunstancias que pueden favorecer o dificultar la unidad de la oposición.

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Es comprensible que, a estas alturas, la mayoría del pueblo boliviano se sienta frustrado ante la falta de unidad y la “tozudez” de los siempre presidenciables, quienes no logran alcanzar ni el 20 por ciento del apoyo ciudadano. En situaciones así, planteamos algunas opciones que se pueden considerar:

Por ejemplo, la conformación de organizaciones comunitarias, donde los ciudadanos pueden unirse para formar grupos o asambleas (en Santa Cruz existen los grupos de las rotondas y otras organizaciones) donde se discutan las preocupaciones y se busquen soluciones colectivas. Cada organización debería dar a conocer, por escrito, su pedido de unidad, documento que brote de una asamblea y que cuente con las firmas de los presentes, y enviar una copia a los dos candidatos de la oposición.

Además, se pueden realizar movilizaciones pacíficas o campañas que expresen la necesidad de unidad y que muestren a los candidatos que hay un deseo colectivo de cambio, pero en unidad. Esto puede ayudar a fortalecer la voz del pueblo y podría motivar a los políticos a buscar un mayor consenso en la búsqueda de la ansiada unidad.

Aunque es un desafío, es importante que los líderes de la oposición reconozcan la importancia de la unidad frente a un adversario común. A veces, ceder un poco en el liderazgo puede ser beneficioso para lograr un objetivo mayor, como ganar las elecciones. La clave está en la comunicación, la negociación y la búsqueda de un interés común que beneficie a todos.

La otra alternativa es una tercera vía, que puede ser interesante, ya que a menudo ofrece una opción diferente a las alternativas tradicionales. Dependiendo del contexto, puede ayudar a encontrar un equilibrio o una solución más inclusiva. Si los dos candidatos de oposición no están dispuestos a colaborar y buscar la unidad, podría abrirse la puerta a la posibilidad de que un nuevo candidato surja como alternativa.

Este nuevo candidato tendría que ser capaz de conectar con las necesidades y deseos del pueblo, y ofrecer una visión que inspire confianza y esperanza. La unidad del pueblo es fundamental, y si alguien puede articular eso de manera efectiva, podría ganar apoyo.

 

¿Cómo podría funcionar una tercera vía?

 

La idea de una tercera vía generalmente se refiere a una alternativa que busca un equilibrio entre dos extremos, ya sea en política, economía o cualquier otro ámbito. Para que funcione, es importante que se base en el diálogo y la colaboración. Podría avanzar escuchando y considerando las opiniones de diferentes grupos, lo que puede ayudar a encontrar un terreno común. La tercera vía debe ser adaptable, permitiendo ajustes según las necesidades y circunstancias cambiantes.

 

En lugar de centrarse en ideologías rígidas, esta tercera vía debe priorizar la búsqueda de soluciones efectivas que beneficien a la mayoría. Además, debe fomentar un ambiente donde las partes estén dispuestas a ceder en algunos puntos para lograr un objetivo mayor. Una tercera vía puede funcionar si se basa en la colaboración, la flexibilidad y un enfoque en soluciones prácticas.

 

Si los candidatos actuales no logran unirse, el pueblo puede considerar apoyar a nuevos líderes que representen sus intereses y que estén dispuestos a trabajar en conjunto.

 

 

MS.c Hugo Salvatierra Rivero

Periodista y docente universitario


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