Año negro para las mujeres: los feminicidios se duplican en tres meses en Bolivia


La violencia apagó la vida de 26 mujeres hasta el 15 de abril en el país; ocho en Santa Cruz. La situación enciende las alarmas, ya que el año pasado, hasta el 31 de marzo, solo hubo 12 casos en Bolivia y ninguno en la región cruceña

Deisy Ortiz Duran
Carmela Delgado

 

Marcha de mujeres



Fuente: El Deber

En una de las habitaciones de un residencial por la zona de la terminal Bimodal ocurrió un hecho de crueldad. Se llamaba Xiomy F. M., tenía 18 años de edad y toda una vida por delante, pero se la apagaron para siempre el pasado fin de semana. Su agresor, de 22 años, la estranguló, abusó sexualmente de ella y luego usó una hoja de afeitar para escribir su apellido en la espalda.

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Según las investigaciones, ambos ingresaron al alojamiento cerca de las 20:00 del 9 de abril. Al día siguiente, Xiomy intentó salir para dirigirse a su trabajo, pero su agresor se lo impidió. La sujetó del cuello y le quitó la vida. Su cuerpo fue hallado dos días después por trabajadores del residencial.

Xiomy se convirtió en un caso más que refleja la violencia extrema contra las mujeres. Los feminicidios marcan un inicio de año negro para ellas, con un alarmante incremento de muertes. En la última semana, solo en Santa Cruz, dos mujeres perdieron la vida a manos de sus agresores y otras dos lograron sobrevivir por fortuna.

«La situación es realmente dramática y dolorosa. En solo tres días fuimos testigos de dos feminicidios y de dos tentativas de feminicidio, es decir, de mujeres que han salvado su vida porque intervinieron vecinos o porque lograron escapar. Amerita ver qué está pasando con las denuncias y el sistema de protección», manifestó la directora de la Casa de la Mujer, Ana Paola García, que sigue de cerca esta problemática.

Según datos oficiales, hasta el 15 de abril Bolivia registró 26 feminicidios, de los cuales 8 ocurrieron en Santa Cruz. Esta cifra genera alarma, ya que el año pasado, hasta el 31 de marzo, se contabilizaban 12 casos en todo el país y ninguno en Santa Cruz. Es decir, los feminicidios se han duplicado a nivel nacional y se han disparado en la región cruceña. El año pasado, hasta el 29 de mayo, Santa Cruz reportaba seis víctimas; hoy son ocho.

Hasta el 31 de marzo de este año, se registraron 11.711 casos enmarcados en la Ley 348 en todo el país. De ellos, la mayoría, 8.936, son de violencia familiar o doméstica. Además, se contabilizaron 776 denuncias por abuso sexual, 730 por violación, 512 por violación a infantes, niños, niñas o adolescentes, y 80 por acoso sexual.

En el mismo periodo, se reportaron 35 intentos de feminicidio: 16 en La Paz, 9 en Cochabamba, 5 en Santa Cruz, 3 en Tarija, 1 en Oruro y 1 en Beni. Se trata de víctimas que lograron sobrevivir y denunciaron a sus agresores. Sin embargo, muchos otros casos nunca llegan a las estadísticas. Se quedan atrapados en el silencio, dentro de las cuatro paredes donde ocurre la violencia.

Aunque el machismo estructural y la falta de aplicación efectiva de la ley explican en parte el aumento de la violencia y de los feminicidios, la directora de la Casa de la Mujer advierte que la actual situación de multicrisis que vive el país también está influyendo en el incremento de la violencia y en la falta de apoyo a las víctimas.

«Estamos atravesando una crisis política profunda, donde ni siquiera proyectos como la ley para evitar los matrimonios infantiles logran avanzar. A esto se suma la crisis social y económica que golpea con fuerza, especialmente a las mujeres», señala.

Agrega que los recortes presupuestarios han afectado directamente a las políticas de género. No hay presupuesto, se han reducido las partidas destinadas a la atención de mujeres víctimas de violencia y la casa de acogida departamental permanece cerrada por falta de recursos. Actualmente, los únicos refugios para víctimas de violencia que siguen funcionando son el Hogar Ana Medina y la Casa de la Mujer, señaló.

Violencia que mata

También señala al machismo. «Si analizamos qué hay detrás de los feminicidios, nos debe llevar a la reflexión que una parte de la sociedad es profundamente machista. Muchos hombres consideran que el cuerpo y la vida de las mujeres les pertenecen. Cuando un feminicida mata, lo hace porque cree que tiene un derecho de posesión sobre su compañera; sobre su cuerpo, su vida y sus decisiones», señala García.

Añade que el momento de mayor riesgo para una mujer es cuando decide romper el círculo de violencia, ya sea al separarse o al denunciar. Es precisamente ahí cuando el agresor reacciona con mayor brutalidad.

Así ocurrió con Brigitte S. O., de 20 años, quien fue asesinada por su exnovio de 29 años. La joven había puesto fin a la relación, pero él se negaba a aceptarlo. El último día que se la vio con vida, salió de su casa en la zona del Plan Tres Mil rumbo a la universidad. Su madre, que trabaja en un mercado, contó que el agresor se acercó a preguntarle por ella y le reclamó por qué se había ido en micro, si él debía recogerla.

«Le hablé a mi hija y le conté que él la estaba buscando. Dos horas después volví a escribirle para saber cómo estaba y la llamé, pero ya no me contestó», recordó la madre, con la voz quebrada.

Soporte a la víctima

Si bien la Ley 348 establece con claridad la protección y atención a las víctimas de violencia, en la práctica hay muchos cuellos de botella y sesgos de género por parte de servidores y servidoras públicas. Muchas veces, las denuncias no son tomadas en serio y, en casos de violencia psicológica, se exige a la víctima presentar un memorial por escrito, a pesar de que la norma no lo establece como requisito.

Aunque la ley garantiza el acceso gratuito a la justicia, en la realidad muchas mujeres se ven obligadas a contratar abogados particulares para poder avanzar con sus procesos. Cuando no cuentan con recursos económicos, terminan abandonando la denuncia, quedando en total desprotección. En esas condiciones, ya no pueden siquiera advertir al agresor con la posibilidad de denunciarlo, porque el sistema ya les falló.

Además, es fundamental brindar un acompañamiento integral a las mujeres que deciden romper el silencio. Un trato digno, empático y con información clara y oportuna puede marcar la diferencia. Estas condiciones no solo les permiten continuar con sus procesos judiciales, sino que también son claves para su recuperación emocional y para reconstruir sus vidas lejos de la violencia.

Protesta de mujeres por la violencia en contra de ellas

Normalización de la violencia

El sociólogo Guillermo Dávalos indicó que hay que ver las raíces del problema, si hay factores culturales y estructurales que explican este fenómeno, «porque hay una normalización de la violencia de género y hay una normalización del machismo en nuestra sociedad».

También hay otros factores, como el alto consumo de alcohol y el control que ejerce el varón sobre la mujer, sobre el tema de los celos.

A esto se suma que falta un trabajo de prevención más efectivo y políticas públicas que prevengan situaciones de violencia. Además, hay falencias en el sistema de justicia.

Recurre a datos oficiales para indicar que más del 70 por ciento de mujeres de 15 años en adelante asegura que ha sufrido alguna forma de violencia de parte de su pareja, por lo que se requieren medidas y recursos para implementar políticas que garanticen la convivencia pacífica y armónica.

Historias parecidas

Otro hecho reciente que conmocionó a la ciudadanía fue el de una ciudadana brasileña de 36 años, quien fue asfixiada y dejó dos hijos en la orfandad. Un adolescente de 16 años está detenido por este hecho.

La violencia no mide edad. Un hombre de 30 años de edad fue condenado a 20 años de prisión por el delito de feminicidio en grado de tentativa cometido en contra de su expareja de 54 años. El hecho ocurrió en la ciudad de Tarija.

La agresión sucedió el 11 de marzo, cuando la mujer salió de su negocio y fue interceptada por su expareja, quien comenzó a golpearla para luego atacarla con un arma blanca.

Los testimonios son desgarradores, pero la violencia campea y las víctimas van sumando, sin que nadie pueda ponerle un alto.

En el mundo

A escala mundial se calcula que 736 millones de mujeres, es decir, casi una de cada tres, han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja, de violencia sexual fuera de la pareja o de ambas, al menos una vez en su vida.

La mayoría de los actos de violencia contra las mujeres son perpetrados por sus esposos o parejas actuales o anteriores. Más de 640 millones de mujeres de 15 años o más (el 26 por ciento del total) han sido objeto de violencia por parte de su pareja.

Fuente: El Deber


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