Competencia y competitividad preelectoral en Bolivia


 

En Bolivia se está desarrollando una micro-coyuntura preelectoral entre el 18 de abril y 19 de mayo. Cinco alianzas políticas (conformadas por partidos políticos y agrupaciones ciudadanas) y once partidos políticos son, de acuerdo a ley, las organizaciones políticas inscritas para participar en la competencia electoral del 17 de agosto. El 19 de mayo es la fecha límite para inscribir las candidaturas a presidencia y vicepresidencia, es decir, pilotos y copilotos con pretensiones de ser competitivos. Sin embargo, una cosa es la competencia y otra la competitividad.



La competencia es la regla de juego. La competitividad es cuando dos o máximo tres organizaciones políticas logran resultados aproximados y ganan por poco margen.

Las reglas de juego las administra el TSE. Siete de cada diez personas no confía en el TSE; nueve de cada diez considera que puede haber fraude en las elecciones. La desconfianza hacia el padrón electoral es lo que más salta en los discursos de los activistas y la gente común. Es preocupante porque es un síntoma de la debilidad de las instituciones democráticas que incide en las organizaciones políticas.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Considerando el movimiento de las estructuras de las organizaciones políticas, el posicionamiento de la imagen de los precandidatos, la identidad colectiva que están construyendo en torno a los liderazgos, entre otros factores, es posible identificar la fragmentación política en nueve tendencias preelectorales con la pretensión de ser competitivas.

A pesar de que todavía no se conocen de forma oficial los candidatos (recién 19 de mayo), diversos nombres aparecen en la esfera pública de forma diaria como posibles competidores electorales: Samuel, Tuto, Dunn, Jhonny, Manfred, Chi, Rodrigo Paz, Lara, Andrónico, Evo y Arce.

Samuel y Tuto no lograron consolidar el acuerdo preelectoral (18 de diciembre) para hacer andar el bloque de unidad. Cada uno ha tomado caminos separados con sus correspondientes agendas y agentes. Ambos, al igual que Jhonny, han formado sus respectivas alianzas políticas: Unidad, Libre y Fuerza del Pueblo. En el caso de Manfred, tiene partido político propio: Súmate-APB. Dunn y Paz han sido fichados simultáneamente por el Partido Demócrata Cristiano. Chi se salvó con el MNR.

Arce es el posible candidato del MAS. Andrónico ha dicho que estará donde el “pueblo se lo pida”, pero todavía no está claro con qué auto competirá a pesar de tener una hinchada conformada por antiguos evistas y arcistas. En el caso de Evo, su situación jurídica y constitucional es complicada, no clara, pero él se mueve, dentro del Chapare, como un candidato impoluto. El 19 de mayo se conocerá su destino.

En términos generales, esta sobreoferta de precandidatos y organizaciones políticas, sugiere tres tendencias oficialistas y seis opositoras. Desde la perspectiva izquierda-derecha, todas las precandidaturas ocupan un espacio en el espectro ideológico de acuerdo a su posición sobre temas y problemas socioeconómicos y socioculturales. Tienen una ubicación ideológica, aunque no sean conscientes de ello.

En 2025, las cuestiones socioeconómicas son urgentes y las socioculturales están en segundo plano. El votante mediano quiere que le resuelvan sus problemas económicos, cotidianos, que se tome atención y respuesta a su metro cuadrado donde vive. Es el votante decisivo.

Luego del 19 de mayo, tendremos más claridad para identificar durante el proceso de campaña a los candidatos competitivos, los que capitalizarán a los votantes decisivos. Los candidatos competitivos no serán más de tres. Dos de ellos tendrán la posibilidad de ir a segunda vuelta en caso de que ninguno saque mayoría absoluta, o que el primero no pueda ganar con diez puntos de diferencia sobre el segundo si es que logró el 40% de votación en primera vuelta.

Con todo, será una competencia electoral donde los ciudadanos tienen bastante desconfianza hacia las reglas de juego y el árbitro, con una sobreoferta electoral, pero con dos o máximo tres pilotos competitivos y, sobre todo, con muchas necesidades económicas.

José Orlando Peralta/Politólogo

 


×