El tipo de cambio paralelo del dólar en Bolivia ha atravesado distintos momentos de volatilidad, marcados por factores coyunturales, rumores y episodios de incertidumbre política y económica
Miguel Angel Amonzabel Gonzales
Fuente: Correo del Sur
En las últimas semanas, la cotización del dólar paralelo en Bolivia ha experimentado un marcado ascenso, impulsado menos por fundamentos económicos reales que por la percepción generalizada de una posible devaluación. Esta dinámica ha sido alimentada por comportamientos especulativos: muchos agentes económicos, anticipando nuevas alzas, han optado por retener sus divisas o adquirir más, generando así un desbalance entre oferta y demanda basado en expectativas, no en datos objetivos.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
El mercado cambiario se ha tornado extremadamente sensible, reaccionando de forma desproporcionada a cualquier información económica o política. Este fenómeno se ve exacerbado por la circulación de rumores y desinformación en redes sociales como TikTok, donde opinadores carentes de criterio técnico han contribuido a generar pánico financiero y presiones especulativas.
Como se observa en la serie de datos, el tipo de cambio paralelo del dólar en Bolivia ha atravesado distintos momentos de volatilidad, marcados por factores coyunturales, rumores y episodios de incertidumbre política y económica.
Tras la crisis generada por la escasez de diésel y el fallido intento de golpe o “autogolpe” del general Zúñiga, el dólar experimentó una escalada abrupta: pasó de Bs 8,70 el 25 de junio a un pico de Bs 15,50 el 3 de agosto de 2024. Sin embargo, esta burbuja especulativa se desinfló rápidamente y para el 9 de agosto el tipo de cambio había retrocedido a niveles por debajo de Bs 10.
Desde entonces, entre agosto y mediados de noviembre de 2024, el dólar se mantuvo relativamente estable, oscilando entre Bs 10,00 y Bs 10,70. No obstante, en la tercera semana de noviembre, una nueva ola especulativa vinculada al conflicto por el aumento del precio del pasaje urbano provocó un salto abrupto hasta Bs 12,20, seguido por una corrección que estabilizó nuevamente la cotización en el rango de Bs 11,00 a Bs 11,30, donde permaneció hasta el 10 de marzo de 2025.
Ese día marcó un nuevo punto de inflexión. El presidente de YPFB, Armin Dorgathen, declaró públicamente que no contaban con los dólares suficientes para garantizar la compra de diésel, lo que desató una nueva fase de presión especulativa sobre el tipo de cambio. A partir de entonces, el dólar comenzó a subir progresivamente, superando los Bs 12 a finales de marzo y llegando a Bs 13,6 el 17 de abril. La tendencia se intensificó con la publicación de informes del FMI, la compra posiblemente gubernamental de 100 millones de dólares en USDT y el anuncio del presidente Arce sobre el incremento salarial, alcanzando Bs 15 el 29 de abril de 2025.
¿Y los fundamentos económicos? La balanza comercial como termómetro real
BOLIVIA: COMERCIO EXTERIOR SEGÚN AÑO, 1992 – 2024
(En millones de dólares estadounidenses)
Año | Exportaciones | Importaciones | Saldo Comercial | Año | Exportaciones | Importaciones | Saldo Comercial |
Año 1992 | 773,8 | 1.130,5 | (356,7) | Año 2009 | 5.486,4 | 4.577,4 | 909,0 |
Año 1993 | 808,9 | 1.176,9 | (368,0) | Año 2010 | 7.052,1 | 5.603,9 | 1.448,3 |
Año 1994 | 1.124,2 | 1.196,3 | (72,1) | Año 2011 | 9.215,3 | 7.935,7 | 1.279,5 |
Año 1995 | 2.058,5 | 2.516,7 | (458,1) | Año 2012 | 11.991,1 | 8.590,1 | 3.401,0 |
Año 1996 | 1.295,3 | 1.656,6 | (361,3) | Año 2013 | 12.371,6 | 9.699,0 | 2.672,6 |
Año 1997 | 1.272,1 | 1.925,7 | (653,6) | Año 2014 | 13.034,2 | 10.674,1 | 2.360,1 |
Año 1998 | 2.275,2 | 4.180,0 | (1.904,7) | Año 2015 | 8.923,1 | 9.843,1 | (920,0) |
Año 1999 | 1.405,4 | 2.098,1 | (692,7) | Año 2016 | 7.258,7 | 8.563,8 | (1.305,1) |
Año 2000 | 2.593,1 | 3.572,6 | (979,5) | Año 2017 | 8.367,1 | 9.373,7 | (1.006,6) |
Año 2001 | 1.352,9 | 1.708,3 | (355,4) | Año 2018 | 9.110,4 | 10.001,9 | (891,6) |
Año 2002 | 1.374,9 | 1.832,0 | (457,1) | Año 2019 | 8.933,3 | 9.824,4 | (891,0) |
Año 2003 | 1.676,6 | 1.692,1 | (15,5) | Año 2020 | 7.092,6 | 6.955,3 | 137,4 |
Año 2004 | 2.265,2 | 1.920,4 | 344,8 | Año 2021 | 11.259,5 | 9.120,8 | 2.138,7 |
Año 2005 | 2.948,1 | 2.440,1 | 508,0 | Año 2022 | 13.924,2 | 11.895,8 | 2.028,3 |
Año 2006 | 4.231,9 | 2.925,8 | 1.306,1 | Año 2023 | 10.918,7 | 11.489,3 | (570,6) |
Año 2007 | 4.889,7 | 3.588,0 | 1.301,8 | Año 2024 | 9.059,2 | 9.904,5 | (845,3) |
Año 2008 | 7.058,0 | 5.100,2 | 1.957,8 |
Un análisis más profundo de los datos del comercio exterior revela que, si bien Bolivia ha registrado un déficit comercial en los últimos dos años, este no alcanza niveles alarmantes que justifiquen un colapso cambiario. En 2023, las exportaciones sumaron 10.918 millones de dólares frente a importaciones por 11.489 millones, generando un saldo negativo de apenas 570 millones. En 2024, el déficit aumentó a 845 millones, pero se mantiene dentro de rangos manejables, sobre todo si se considera el volumen de dólares que circulan internamente.
De hecho, algunos economistas estiman que los hogares bolivianos podrían tener acumulados entre 10.000 y 14.000 millones de dólares en efectivo, lo cual sugiere una notable disponibilidad de divisas en la economía informal o fuera del circuito bancario. Es decir, la presión sobre el tipo de cambio no proviene de una verdadera escasez de dólares, sino de una percepción de escasez, amplificada por el miedo y la especulación.
Cabe destacar también que el encarecimiento del dólar paralelo ha tenido un efecto de contención sobre las importaciones, reduciendo la salida de divisas y compensando en parte el déficit comercial. Este ajuste automático del mercado es una señal de que los mecanismos económicos todavía funcionan, aunque con distorsiones.
La urgencia de una estrategia comunicacional creíble
Dada la creciente influencia de las percepciones en el comportamiento económico de la ciudadanía, se hace urgente implementar una estrategia de comunicación pública efectiva. No basta con pedir calma. El comportamiento colectivo en contextos de incertidumbre responde a dinámicas emocionales más que racionales. Por ello, los mensajes deben ser claros, veraces y difundidos por actores con legitimidad técnica y social.
En un contexto de baja credibilidad gubernamental, esta tarea no puede recaer únicamente en el Ejecutivo. Debería involucrar a colegios profesionales, universidades, centros de investigación y otros referentes institucionales que gocen de mayor confianza pública. Solo así será posible revertir el círculo vicioso de desinformación y expectativas negativas que está alimentando la presión cambiaria.
Conclusión
El comportamiento reciente del tipo de cambio paralelo en Bolivia es, ante todo, el reflejo de un desequilibrio entre expectativas y realidad. Mientras los fundamentos económicos no justifican una devaluación del dólar abrupta en el mercado paralelo, la falta de confianza, la especulación y la desinformación han generado un clima de pánico financiero. Restablecer la estabilidad requerirá no solo medidas económicas, sino una gestión eficaz de las percepciones sociales. En economía, tan importante como los datos es la credibilidad con que se los comunica.
Fuente: Correo del Sur