Cónclave papal: el plan B de la Curia ante el posible fracaso de la candidatura de Parolin


Los cardenales dividen sus apoyos entre el pragmático secretario de Estado, el mediador de Medio Oriente y el arzobispo progresista de Marsella. Pero un inesperado cardenal estadounidense aparece como posible sorpresa

El cardenal Luis Antonio Tagle,El cardenal Luis Antonio Tagle, el cardenal Pietro Parolin y otros cardenales de pie, el día de la traslación del cuerpo del Papa Francisco, en la Basílica de San Pedro. (REUTERS/Yara Nardi)

Fuente: infobae.com

Por Andrea Bonzo



Mientras los técnicos instalaban el emblemático comignolo (chimenea) sobre la Capilla Sixtina —que anunciará con humo blanco la elección del nuevo Papa—, los 133 cardenales electores libraban ya una batalla discreta pero febril entre facciones progresistas y conservadoras.

Según un análisis del medio especializado Bussola Quotidiana, la sucesión de Francisco enfrenta un escenario “complejo y fragmentado”, con al menos seis nombres fuertes pero sin un consenso claro.

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El juego de poder antes del cónclave

Fuera de las congregaciones generales, en los pasillos del Aula del Sínodo y en las residencias vaticanas, los príncipes de la Iglesia intercambian información y evalúan estrategias.

“No hay solo lo que se ha discutido en la octava congregación, sino también el intenso intercambio de información que ocurre entre los cardenales fuera de los muros del Aula del nuevo Sínodo”, describe Bussola.

El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de 70 años, emerge como el favorito de un sector curial que busca “archivar el pontificado de Francisco pero sin demasiados traumas”.

Como Secretario de Estado ParolinComo Secretario de Estado Parolin fue artífice del histórico acuerdo de 2018 con China sobre el nombramiento de obispos. (REUTERS/Yara Nardi/archivo)

Sus principales apoyos son el cardenal Marcello Semeraro (ex prefecto de los Santos) y el veterano Beniamino Stella, quien en una intervención criticó abiertamente “el método de gobierno de Francisco”.

Sin embargo, el historial de Parolin lo debilita, según Bussola: el polémico acuerdo con China sobre obispos, del que fue arquitecto e impulsor, y su exposición durante el papado de Francisco le han procurado “diversos enemigos en la Curia”.

Las alternativas a Parolin: progresistas y conservadores

Aveline, de 67 años, nacidoAveline, de 67 años, nacido en Argelia y criado en Marsella, fue nombrado cardenal por Francisco en 2022. (REUTERS/Amanda Perobelli)

Dos alternativas progresistas han ganado terreno sorpresivamente: el francés Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella (apodado “Juan XXIV” por su estilo conciliador), y el portugués José Tolentino de Mendonça, actual prefecto de Cultura y quien, además, es poeta.

“Estos dos nombres han logrado reunir un inesperado número de consensos de otros cardenales”, explica Bussola. “Son dos perfiles bastante similares desde el punto de vista de la orientación eclesial que, simplificando, podríamos definir como progresistas”.

En el ala conservadora, el húngaro Péter Erdő, de 73 años y experto en derecho canónico. Es el candidato de quienes quieren “poner orden en la obra dejada por Francisco”. Pero su rigidez doctrinal lo hace inviable para el ala reformista.

Erdő tendría garantizados unos 20 votos, “un tesoro que atraería a los partidarios de la candidatura de Parolin”, según Bussola.

Erdő, de 73 años, esErdő, de 73 años, es arzobispo metropolita de Esztergom-Budapest y primado de Hungría desde 2002. Fue uno de los últimos cardenales creados por Juan Pablo II en 2003. (REUTERS/Yara Nardi)

Los aliados del actual Secretario de Estado planean una estrategia agresiva: buscar un resultado contundente en la primera votación del 7 de mayo para crear un efecto arrastre que impulse su candidatura.

Ante el avance de los nombres progresistas como Aveline y Tolentino de Mendonça, los promotores de Parolin intentan posicionarlo como alternativa centrista, capaz de ofrecer estabilidad doctrinal para atraer tanto a conservadores como a moderados.

La posible sorpresa y el “Papa de la paz”

Nacido en Chicago hace 69Nacido en Chicago hace 69 años, Prevost fue prior general de la Congregación Agustiniana de 2001 a 2013 y obispo de Chiclayo, en Perú. Actualmente dirige el Dicasterio para los Obispos y preside la Pontificia Comisión para América Latina (Oficina de prensa del Vaticano)

Un nombre que gana fuerza en las últimas horas es el del agustiniano Robert Francis Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos. Nacido en Chicago, pero con trayectoria en Latinoamérica (fue obispo en Perú), es visto como el “estadounidense menos estadounidense”: moderado, dialogante y con respaldo de cardenales sudamericanos, incluido el influyente Óscar Rodríguez Maradiaga, el prelado que fue clave en la elección de Francisco en 2013.

Pero el italiano Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, podría ser el “candidato sorpresa” ante un cónclave estancado. A sus 60 años, este franciscano es un diplomático experimentado en el conflicto israelí-palestino. “ Los conservadores no tendrían ningún problema en converger en torno a él, y no se puede descartar que su candidatura agrade también a otros cardenales moderados actualmente más convencidos por las hipótesis Parolin y Aveline”, apunta Bussola.

Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino dePierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, es apoyado por los representantes de las Iglesias orientales. (REUTERS/Hannah McKay)

Su juventud y pertenencia a una orden religiosa (como Francisco) son obstáculos, pero su reconocimiento internacional y sus dotes diplomáticas demostradas en la delicada situación de Oriente Medio lo hace atractivo en un escenario de bloqueo.

El ritual del cónclave: desde el “Extra Omnes” hasta la fumata

El proceso de votación comenzará el miércoles con la misa Pro Eligendo Romano Pontifice. Luego, los cardenales ingresarán a la Capilla Sixtina tras el tradicional “Extra Omnes” (“Todos afuera”). Según el motu proprio Ingravescentem Aetatem de Pablo VI, solo votan los menores de 80 años.

Habrá hasta cuatro votaciones diarias (dos por la mañana, dos por la tarde). Para ser elegido, un candidato necesita 89 votos (dos tercios). Las papeletas se queman después de cada escrutinio: humo negro significa fracaso; blanco, éxito.

Según el análisis de Bussola Quotidiana, aunque varios cardenales electores anticipan un cónclave rápido, la realidad actual muestra un escenario más complicado donde todavía no se vislumbra un candidato con suficiente apoyo para ser elegido en la primera votación.