Mayo del periodismo y del exilio


 

Antes de concluir el mes recordar que, en pleno ejercicio del periodismo en Radio Cosmos de Cochabamba, fue llevado a la presencia del general García Meza. Estuvo en la tarea nada menos que Luis Arce Gómez, entonces (mayo 1980) ayudante de órdenes del Comandante del Colegio Militar Luis García Meza, que aquel día había estrenado uniforme y las estrellas de oro de General de Ejército.



Cordialmente, me recibió en la Escuela Militar para oficiales, la sala llena de uniformados a quienes hizo desocupar por cuanto tenía cita con «un periodista importante» según lo anunció. Conmigo había llegado Marcelino Navia, jefe de prensa, quien intentó tomar asiento. El general se lo impidió la «charla es con el Sr. Aira». Queremos solos.

«Cada vez que llego a Cochabamba, mis c.c. se quejan de los palos que me das» (críticas por radio) y yo creo que debe haber una forma de entendimiento». Debo confesar que esa frase no la capté de inmediato, claro está, el militar me estaba insinuando un acuerdo para no atacarle más. Le objeté «si te refieres al discurso tuyo al tomar posesión del Colegio Militar, sí. Critiqué el uso político de ese discurso, recordando que los militares no pueden hacer declaraciones políticas. Aquello fue directamente político» La charla derivó de cordial a una agresión verbal, unos 20 minutos, hasta que «A ver Lucho, devuélvelo a la radio»

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Esto sucedió en mayo, pocas semanas después, el 17 de julio, García Meza tomó el poder, le despojó el mando a Lidia Gueiler (su pariente, además), dictó estado de sitio, toque de queda y declaró subversivos a quienes estuvieran en contra. Radio Cosmos fue clausurada como todos los otros medios. Tuve que cambiar de residencia de Cochabamba a La Paz por razones de trabajo. De la Radio a la Cámara de Hoteles. Alcancé a publicar un par de notas, mostrando el malestar de los empresarios hoteleros ante la quiebra de sus actividades privadas de ingresos por el Estado de facto. Llegó el 81 sin cambios con la promesa de García Meza de mantenerse en el poder por 20 años con una democracia inédita. El 6 de febrero de 1981 fui detenido, incomunicado, expulsado a Buenos Aires en vuelo comercial con un «pasaporte de hoja», allí con el respaldo de la Asamblea de Derechos Humanos, especialmente del diputado Augusto Mc Cormic, Naciones Unidas obtuvo del Reino de Suecia, los permisos de residencia y de trabajo por un año. Salí de Buenos Aires rumbo a Gotemburgo 180 días después, lo tengo testimoniado en mi primer libro «Gotemburgo, destino final»

Cuando celebramos el Día del Periodista en Bolivia, se aviva el recuerdo de toda la amargura que mi detención, mi exilio y finalmente nuestro traslado a Europa aparejó el encono de García Meza por mi labor periodística, por mi discurso a favor de la Libertad, de la Democracia, de la plena vigencia de los Derechos Humanos y esencialmente por la autoritaria gestión del tiranuelo que 10 meses después fue depuesto por el coronel (entonces) Emilio Lanza a la cabeza del CITE (paracaidista), aunque los militares maniobraron para retener el mando con Celso Torrelio, con Guido Vildoso (quien 8 semanas después) dejó la medalla del Libertador Bolívar en el pecho de Hernán Siles Zuazo (de la UDP) reconociéndole su legitimidad