El jefe del Estado Mayor, Omar Khan, aseguró que las fuerzas de seguridad están “equipadas y preparadas para responder ante cualquier presunta agresión” desde el país vecino.
Fuente: INFOBAE
Las autoridades de Guyana intensificaron este fin de semana la vigilancia militar en el río Cuyuni, fronterizo con Venezuela, luego de que presuntos civiles armados perpetraran tres ataques contra tropas de la Fuerza de Defensa de Guyana (GDF) durante la madrugada del pasado jueves. Aunque no se registraron víctimas, el hecho eleva la tensión en una zona clave dentro del prolongado conflicto territorial por el Esequibo entre ambos países.
El jefe del Estado Mayor guyanés, Omar Khan, aseguró que la GDF está “equipada y preparada para responder ante cualquier presunta agresión por Venezuela”. En un comunicado difundido el sábado, afirmó que “todo el río Cuyuni es territorio guyanés”, y por lo tanto está bajo plena autoridad de las fuerzas del orden del país sudamericano.
Los ataques se produjeron en el tramo fluvial comprendido entre Eteringbang y Makapa, mientras soldados realizaban patrullas preventivas. En reacción, el alto mando militar guyanés ordenó intensificar las operaciones y entrenamientos para disuadir y responder a cualquier nuevo incidente. En las 13 aldeas situadas a lo largo del río se encuentran desplegadas unidades de la GDF.
Asimismo, este sábado la Policía local denunció que un explosivo fue lanzado durante la madrugada por desconocidos contra el cuartel de la Policía en Georgetown, y provocó el derrumbamiento del portón de entrada de la instalación sin que se registraran heridos o víctimas. De acuerdo con autoridades guyanesas, el ataque se registró a las 00.40 -hora local- (04.40 GMT).
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Una oficial que se encontraba de turno en el cuartel, ubicado en East Ruimveldt, escuchó dos fuertes detonaciones en la parte sur de la delegación policial. Al salir de su despacho, la oficial encontró el portón derribado y a más de dos metros de su marco, pero sin avistar a ningún sospechoso.
Las autoridades buscan en los videos de las cámaras de seguridad del lugar y de edificios aledaños intentar identificar a los sospechosos del ataque.
Varios vecinos del lugar reportaron a las autoridades que, tras la explosión, varios objetos cayeron sobre los techos de sus residencias.
Denuncia diplomática y advertencias a ciudadanos
En medio de este clima de tensión, tras el ataque armado del jueves el gobierno de Guyana formalizó una protesta diplomática a través del ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Hugh Hilton Todd, quien remitió una misiva al régimen de Nicolás Maduro. En ella, Guyana exigió una investigación exhaustiva sobre los hechos, así como la rápida detención de los responsables.
Todd subrayó que los atacantes fueron hombres armados vestidos de civil que habrían disparado desde la orilla venezolana del Cuyuni, en la región del Esequibo, una vasta zona rica en petróleo y minerales que Caracas y Georgetown se disputan desde hace más de un siglo. Las autoridades guyanesas también recordaron un incidente similar ocurrido el pasado 17 de febrero, cuando seis soldados fueron atacados en el mismo río.
La tensión ha aumentado además debido al anuncio del régimen venezolano de que el 25 de mayo celebrará elecciones para designar autoridades regionales en el Esequibo. Esto motivó una advertencia directa del jefe militar guyanés, quien afirmó que cualquier ciudadano de Guyana que participe en dichos comicios será encausado como parte de un intento de golpe de Estado. También se amenazó con la detención y deportación de ciudadanos venezolanos residentes en Guyana que participen en el proceso electoral.
Lejos de rebajar las tensiones, este sábado la dictadura de Maduro ratificó la celebración de los comicios el próximo fin de semana. La vicepresidenta ejecutiva del régimen, Delcy Rodríguez, consideró como “trascendental” la elección regional y legislativa convocada por el chavismo, en la que el país caribeño espera elegir al gobernador y los diputados regionales del territorio de casi 160.000 kilómetros cuadrados en disputa con Guyana. La también ministra de Hidrocarburos aseguró que los venideros comicios son una “oportunidad política” para “la defensa” de la “política energética soberana” y de los “recursos” del país.
Contexto legal y antecedentes históricos
El conflicto territorial entre ambos países tiene raíces en el Laudo Arbitral de París de 1899, que otorgó la soberanía del Esequibo a la entonces Guyana Británica. Venezuela declaró nulo ese fallo en 1962 y en 1966 firmó con el Reino Unido el Acuerdo de Ginebra, que establecía la creación de una comisión para resolver la disputa. Sin embargo, más de medio siglo después, el mecanismo no ha arrojado una solución.
En medio de este impasse diplomático, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) reafirmó el pasado 1 de mayo las medidas provisionales adoptadas en diciembre de 2023, ordenando al régimen de Maduro abstenerse de celebrar o preparar elecciones en el territorio en disputa.
La zona de Baboon, según Khan, se ha identificado como el punto desde el cual operan los presuntos civiles armados venezolanos, quienes habrían estado interceptando y extorsionando embarcaciones civiles que transitan por el río. A raíz de estos eventos, la GDF implementará controles más estrictos, incluyendo la detención y registro de embarcaciones sospechosas, algo que hasta ahora no era práctica habitual.
Perspectivas
La escalada de incidentes a lo largo del río Cuyuni refleja la creciente fragilidad de las relaciones bilaterales y añade una nueva capa de tensión a una disputa territorial estancada en la diplomacia internacional. Si bien no se han producido enfrentamientos directos entre ejércitos regulares, la presencia de actores armados no estatales en la zona fronteriza plantea desafíos de seguridad que podrían derivar en una crisis mayor si no se gestionan con prudencia.
Guyana, que ha comenzado a desarrollar importantes proyectos petroleros con compañías extranjeras en áreas adyacentes al Esequibo, considera cualquier intento de interferencia como una amenaza directa a su integridad territorial y sus intereses económicos.
Por el momento, las autoridades de Georgetown han manifestado que continuarán “coordinando con organismos gubernamentales responsables” y no descartan tomar “todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de su personal y la defensa del territorio”.