En un contexto de inflación y devaluación, el economista Fernando Romero brinda consejos para cuidar el dinero, evitar fraudes, reducir gastos y tomar decisiones financieras informadas y seguras.
Fuente: Ecos de Tarija
Andrea Angelo
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Frente al constante incremento de precios de los productos de la canasta básica y la devaluación de la moneda boliviana, el economista tarijeño Fernando Romero sugiere a las familias realizar una «reingeniería familiar» basada en la elaboración de un presupuesto realista, el uso de bienes sustitutos y la priorización de necesidades fundamentales.
Romero advierte que reducir los gastos en el contexto actual es un desafío, pero no imposible si se parte de una correcta planificación financiera. “Todo debe partir de un presupuesto familiar reajustado, donde se identifiquen claramente los ingresos y se prioricen los gastos más importantes como alimentación, salud, educación y pago de deudas”, explicó.
El economista señala que uno de los pasos más importantes es dejar de gastar en actividades o productos no esenciales. “Si el café cuesta 85 bolivianos el tarro, es momento de considerar que se ha convertido en un artículo de lujo. Muchas personas ya están optando por consumir té, mate o infusiones naturales como alternativa”, indicó.
Romero también sugiere sustituir productos de alto costo por otros más accesibles que cumplan la misma función, aunque con menor calidad. Por ejemplo, en lugar de aceite vegetal, que supera los 20 bolivianos el litro, se puede usar manteca de cerdo. “Es más económica, rinde más y cumple su función”. Lo mismo aplica para productos de higiene, “si un desodorante en aerosol cuesta 30 bolivianos, puede cambiarse por uno en barra o bolilla”, añadió.
“Si bien puede haber incrementos salariales, su efecto es mínimo frente a una inflación persistente” Fernando Romero Economista
En cuanto a la alimentación, recomienda reducir el consumo de carne, especialmente en momentos en que su precio ha superado los 65 bolivianos el kilo. “Se puede equilibrar la dieta incorporando más vegetales, siempre teniendo en cuenta el valor nutricional de los alimentos. La clave está en adaptarse sin descuidar la salud”, recalcó.
Otro aspecto clave es el control del gasto en transporte, energía eléctrica y entretenimiento. En época de crisis, no es recomendable gastar en actividades que no son necesarias, como salidas a fiestas, discotecas o viajes. Si bien estos espacios ayudan a la salud mental, en este contexto no son prioritarios.
Romero resalta que la elaboración de un presupuesto familiar no requiere conocimientos técnicos. Solo se necesita una hoja o una aplicación para anotar los ingresos estimados del mes —que pueden provenir de uno o varios trabajos, emprendimientos u otros— y los egresos planificados: alimentación, servicios básicos, transporte, educación, salud, etc. Este ejercicio puede hacerse de forma mensual, quincenal o semanal, dependiendo de los hábitos de cada familia.
Advirtió además que en un escenario donde los precios suben cada semana, es necesario actualizar el presupuesto con frecuencia. “Antes se podía hacer un presupuesto para todo el mes, pero hoy eso ya no sirve. Hay que adaptarse cada semana, porque incluso los bienes sustitutos también están subiendo de precio”, lamentó.
Finalmente, Romero fue claro al señalar que los ingresos a corto plazo difícilmente aumentarán. “Si bien puede haber incrementos salariales, su efecto es mínimo frente a una inflación persistente. La devaluación de nuestra moneda ha sido del 70% en los últimos 12 meses, mientras que el ajuste salarial no ha superado el 10%. Eso no cubre la verdadera caída del poder adquisitivo”, advirtió.
En ese marco, el especialista hizo un llamado a las familias tarijeñas y bolivianas a enfrentar con responsabilidad y realismo esta etapa de crisis. “Administrar mejor nuestros recursos, aunque sean pocos, es vital para evitar el sobreendeudamiento y mantener el equilibrio económico en el hogar”, concluyó.
En tiempos de inflación, y devaluación ahorrar no basta
El economista tarijeño Fernando Romero advirtió que, en el actual contexto inflacionario y de devaluación del boliviano, ahorrar resulta cada vez más difícil y poco efectivo. En lugar de guardar dinero, recomendó mantener un equilibrio financiero y reinvertir con criterio.
“Lo más importante ahora no es ahorrar, sino evitar el déficit. No se puede gastar más de lo que uno gana, porque se cae en deudas que, como sucede con el Gobierno nacional, solo agravan la situación”, explicó. Añadió que quienes tengan la posibilidad de ahorrar deben priorizar la reinversión en negocios propios o diversificar sus ingresos.
El economista alertó que ahorrar en bolivianos, especialmente en efectivo “bajo el colchón”, es contraproducente, ya que el dinero pierde valor rápidamente. “El dinero tiene que circular, generar más dinero, aunque sea poco. Quienes puedan, deberían considerar inversiones como dólares u oro, que pese a estar costosos, conservan valor a largo plazo”, afirmó.
También recomendó invertir en activos tangibles como inmuebles o en intangibles como criptoactivos, aunque aclaró que estos últimos son altamente volátiles y requieren conocimiento. En todos los casos, insistió en la importancia de estar bien asesorado para evitar fraudes o engaños, especialmente aquellos difundidos por redes sociales o grupos de WhatsApp con promesas de ganancias rápidas.
“El sistema financiero está en declive porque la gente desconfía y no quiere ahorrar. Si guardas 10.000 bolivianos hoy, en un año pueden valer la mitad por la inflación”, alertó. Por ello, sugiere buscar alternativas en entidades financieras con intereses atractivos a corto plazo o emprender en negocios con alta demanda.
Finalmente, Romero llamó a la población a actuar con creatividad, cautela y optimismo. “En las crisis surgen oportunidades, pero no hay recetas mágicas. La clave es informarse, asesorarse y no dejar que el dinero se estanque”.