La presencia de una delegación oficial en la ceremonia de posesión de Daniel Noboa evidenció el renovado interés de Washington en estrechar la relación bilateral con Quito
El presidente Daniel Noboa y el ministro de Salud estadounidense, Robert Kennedy Jr. junto a sus esposas. (Carlos Silva / Presidencia de la República)
Fuente: infobae.com
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Estados Unidos ha manifestado su voluntad de fortalecer la cooperación con Ecuador en tres frentes clave: frenar la inmigración ilegal, combatir el narcotráfico e impulsar el crecimiento económico como vía para contrarrestar la influencia extranjera maligna en la región. Así lo expresó Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, durante su visita oficial a Quito como parte de la delegación estadounidense enviada a la ceremonia de posesión del presidente Daniel Noboa, el pasado 24 de mayo.
En un mensaje publicado por la Embajada de Estados Unidos en Ecuador, se indicó que Kennedy —en representación del presidente Donald Trump— sostuvo reuniones bilaterales con miembros del nuevo gobierno ecuatoriano. Allí reiteró el compromiso de Washington con una agenda común que priorice la seguridad, la estabilidad económica y la defensa de los valores democráticos frente a las amenazas regionales. “Esta visita demuestra los fuertes lazos de cooperación entre ambas naciones”, expresó la sede diplomática, destacando además los buenos deseos transmitidos por Kennedy al mandatario ecuatoriano y a su gabinete.
La delegación estadounidense también estuvo presente en los actos oficiales de la asunción presidencial. Aunque no se han detallado todos los nombres de sus integrantes, las publicaciones de la Embajada subrayan que se trató de una misión oficial enviada por la Casa Blanca con el respaldo de diversas agencias federales. El mensaje, acompañado de fotografías del evento, enfatizó la intención del gobierno de Trump de trabajar con Ecuador para enfrentar los retos de la migración irregular, el crimen organizado transnacional y la expansión de actores externos considerados como una amenaza para la estabilidad del hemisferio.
El secretario de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., Robert F. Kennedy Jr., llega con su esposa Cheryl Hines para la toma de posesión del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quien fue reelegido para un segundo mandato, en Quito, Ecuador, el 24 de mayo de 2025. REUTERS/Karen Toro
Ecuador ha experimentado un aumento significativo en los flujos migratorios hacia Estados Unidos en los últimos años. Tan solo en 2023, decenas de miles de ecuatorianos fueron interceptados en la frontera sur estadounidense tras cruzar peligrosas rutas, como el Tapón del Darién. Las autoridades de ambos países han coincidido en que las causas son múltiples: desempleo, violencia, falta de oportunidades y el accionar de redes de tráfico de personas. Por ello, Washington promueve una estrategia que combine medidas de control migratorio con programas de desarrollo económico en los países de origen.
En paralelo, Estados Unidos ha intensificado su cooperación con Ecuador en materia de lucha contra el narcotráfico. En los últimos años, el país andino se ha convertido en un punto clave para la exportación de cocaína hacia Estados Unidos y Europa. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), los puertos ecuatorianos se han vuelto rutas frecuentes para el tráfico internacional de estupefacientes, en parte por la infiltración de mafias locales y extranjeras en las estructuras del Estado y del sistema logístico.
En su segundo mandato, el presidente Donald Trump ha implementado una política migratoria más restrictiva, centrada en la expulsión de inmigrantes indocumentados y la limitación de beneficios para quienes se encuentran en situación irregular. Además, se ha firmado una orden ejecutiva que intenta revocar la ciudadanía por nacimiento para hijos de inmigrantes en situación irregular, aunque esta medida enfrenta desafíos legales en los tribunales.
Una bandera estadounidense ondea en un asta junto al muro fronterizo en la frontera entre México y Estados Unidos en Campo, California, EE. UU. REUTERS/David Swanson
Durante abril del 2025, según las cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, 249 ecuatorianos fueron detenidos en la frontera mexicana-estadounidense. Esta cifra es considerablemente baja comparada con los 116.115 que fueron detenidos en el mismo mes del año anterior.
La mención a la “influencia extranjera maligna” por parte de Kennedy durante su visita a Quito se enmarca en una narrativa que Estados Unidos ha sostenido en distintos foros diplomáticos, refiriéndose generalmente a los intereses geoestratégicos de China –de la que hay denuncias de una policía secreta en Quito–, Rusia o Irán en América Latina. Washington considera que estos actores buscan socavar las democracias de la región mediante prácticas económicas opacas, desinformación o alianzas con regímenes autoritarios.