La demencia pactada entre Dr. Jekyll y Mr. Hyde


 

Por años, el Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) fue el símbolo de un proceso histórico de emancipación, la irrupción de sectores indíos y populares en la arena estatal, una promesa de refundación de Bolivia. Sin embargo, como en el caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, se ha convertido en su propio alter ego, convirtiéndose así, en su propio antagonista. Lo que alguna vez fuera el partido con mayor relevancia política de Bolivia, parece haberse convertido en una maquinaria de reproducción en la psique del poder, despiadada, sanguinaria, y sin alma, claro que fueron varios dispositivos de poder, que promovieron la “demencia pactada”, como sugiere —no sin cierto cinismo esclarecedor— una de las categorías más lúcidas para describir esta fase terminal.



García Linera arquitecto intelectual del MAS: ha construido el sustento teórico para justificar, el error que hoy hipoteca la posibilidad de un MAS-IPSP incapaz de sobrevivir a sus propias “Tensiones creativas”, convirtiendo a “Evo-pueblo” en Dr. Jekyll y a Evo Morales en Mr. Hyde, su lectura aunque valiosa, peca de un excesivo voluntarismo teórico, que invisibiliza los desvarios ideológicos, camuflajeando el secuestro del “proceso de cambio” por una élite corporativizada y burocrática de la que también formó parte. Linera, como el “intelectual orgánico”, ha oscilado entre la brillantez analítica y la complicidad estructural. Su pecado: construir un modelo autoreferencial donde el saber instrumentalizó al poder, construyendo un Mr. Hyde, que solo podía ser aplacado en su delirio, por esa mente que controlaba los verdaderos contornos del poder.

Las organizaciones sociales y la dirigencia del MAS-IPSP, se dejaron embaucar, al apoyar la concentración de toda una acumulación histórica, simbólica y política en torno a Mr. Hide -que hoy anda suelto, y sin la mente que lograba controlarlo-, tristemente lo único que les queda: es repetir ese mantra perverso del líder único, partido único y pensamiento único. La política, para ellos, se redujo al arte de sobrevivir orbitando al jefazo. El resultado: un partido conservador que aúnque se venda como revolucionario, se trata de ese producto de supermercado con la fecha de expiración encima, en oferta 2×1, y que ya nadie quiere.

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Esta es la paradoja del MAS: nació para disputar el poder, y al conquistarlo perdió su aura. Se produjo un vaciamiento en sus valores, principios y fundamentos ideológicos, que proscribieron la posibilidad de una renovación posible. Hoy la “demencia pactada” exige la defensa de personas, consignas, sin horizonte estratégico y tiene en la mira a Andrónico, queriendo imponer su retorno a un “proceso”que hace tiempo que dejó de caminar. El campo político, como diría Bourdieu, se está reconfigurando. Pero esa reconfiguración no será impulsada por los que están adentro, sino por los que están afuera.

Lo que está en juego ya no es solo el futuro del MAS-IPSP, sino el sentido mismo de la política en Bolivia. ¿Podrá emerger un nuevo campo ideológico, que vuelva a poner en valor un verdadero debate de ideas? – de derecha y de izquierda- ¿O seguiremos atrapados en la repetición de hiperliderazgos, imposición, carencia de ideas e instituciones estatales que solo cambian de patrón?

Hoy, el pueblo verdadero es lo que queda por fuera del Estado: jóvenes precarizados, mujeres excluidas, gente sin partido. Esos a los que nadie representa, que sienten desprecio por la política, y que no tienen un favorito electoral, una sigla, o un sindicato que los cobije. El nuevo sujeto histórico está huérfano y es urbano.

Escribo esto con la intensión de que Dr. Jekyll no retorne a la política boliviana, posiblemente vestido de otra ideología y rostro, porque el problema claramente no es ideológico, sino de observar con rigurosidad lo que el poder le puede hacer a gente que no está preparada para controlar al poder.

 

“El poder no solo revela el rostro de los políticos; también los desfigura”.