Son cuatro los factores que están llevando al país a un punto de quiebre.
Fuente: Red Uno
Ligia Portillo
Imagina despertar un día y no poder encontrar transporte público. Con pocos minibuses, taxis y camiones que transporten alimentos a los mercados. Los surtidores están vacíos y las filas de vehículos se extienden por cuadras.
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Esto no es un escenario hipotético, es la realidad de Bolivia hoy. El país se está paralizando por una profunda crisis de combustible que refleja problemas estructurales más complejos. ¿Cómo llegó Bolivia a este punto crítico?
1. Falta de dólares
Todo empieza con una moneda, el dólar. En 2014, Bolivia gozaba de estabilidad económica con más de 15.000 millones de dólares en reservas internacionales. Pero esa bonanza se esfumó. Para 2023, las reservas cayeron a apenas 1.709 millones de dólares. (Datos: Banco Central de Bolivia).
El gobierno mantuvo un tipo de cambio fijo por años, un dólar costaba 6,96 bolivianos oficialmente. Pero sostener esta medida significa que el Banco Central debe inyectar constantemente dólares en la economía para mantener ese precio, agotando sus reservas. Ante la escasez, la gente salió desesperada a comprar dólares, y los bancos no pudieron abastecer la demanda.
La consecuencia fue un mercado paralelo donde el dólar se vende a un precio muy superior al oficial, generando incertidumbre, especulación y desconfianza.
2. El gas que ya no fluye
Durante dos décadas, Bolivia vivió gracias al gas. Fue su principal fuente de divisas. Pero esa riqueza energética no fue gestionada con visión a largo plazo. Faltó inversión y mantenimiento, muchos pozos dejaron de producir y el país no pudo cumplir con contratos clave con Brasil y Argentina.
Menos gas, menos dólares. Y sin dólares, el país no puede importar lo que necesita, incluyendo combustibles.
3. Combustible subsidiado, pero impagable
Desde 2011, el precio de la gasolina y el diésel está congelado. El litro de diésel cuesta 3,72 bolivianos. ¿Y cuánto le cuesta al gobierno? Mucho más. Pero esa diferencia es absorbida por el Estado como un subsidio.
El problema es que importar esos combustibles requiere dólares, que ahora escasean. Resultado: el gobierno no puede comprar suficiente gasolina ni diésel, provocando desabastecimiento en todo el país. (Datos: Agencia Nacional de Hidrocarburos)
4. Un país bloqueado
A la escasez de combustible se suman las protestas sociales. En Cochabamba, bloqueos liderados por simpatizantes del expresidente Evo Morales han cercado el departamento por cuatro días. Se teme una repetición del caos vivido en los 24 días de bloqueos el pasado octubre del 2024, que paralizaron al país.
Los llamados ‘evistas’ exigen que Morales pueda postularse como candidato en 2025, mientras el actual presidente Luis Arce renunció a su candidatura el pasado 13 de mayo.
¿Qué viene ahora?
El país se enfrenta a un panorama incierto, sin combustible, sin dólares, sin gas, sin liderazgo político claro y con sectores movilizados que amenazan con más protestas. Mientras el gobierno insiste en que no hay crisis, las calles cuentan otra historia: filas interminables, mercados desabastecidos y una ciudadanía agotada por años de tensiones económicas y políticas.
Bolivia está en un punto de inflexión. La pregunta no es solo cómo salir de esta crisis, sino si el país tiene los recursos y la voluntad política para superar esta situación.