La situación es cada vez más tensa en el Trópico de Cochabamba, desde donde se dirigen los bloqueos iniciados hace seis días en demanda de la renuncia del presidente Luis Arce Catacora. Los movilizados interceptaron ayer un camión de las Fuerzas Armadas y obligaron a los militares a mostrar todo su equipamiento en medio de una concentración de gente, mientras la Policía Boliviana se retiró de la zona por motivos de seguridad.
La decisión de replegar a los efectivos policiales fue anunciada por el comandante Departamental de la Policía de Cochabamba, Edson Claure, poco antes de que una turba de los bloqueadores atacara una ambulancia que trasladaba a cuatro policías heridos en el puente Khora, en el municipio de Vinto.
“Hemos dispuesto el repliegue del personal policial que cumple funciones en el Trópico ante las amenazas y, sobre todo, precautelando la integridad física de nuestros funcionarios policiales”, informó el comandante a la Agencia Boliviana de Informaciones.
Argumentó que la decisión obedece a “evitar cualquier situación” que pueda poner en riesgo la vida de los funcionarios policiales.
Durante los operativos contra los bloqueos,esta vez en la zona de Parotani, la Policía capturó a siete varones que trasladaban armas y uniformes policiales. Luego estableció que dos de los detenidos eran exfuncionarios policales.
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En el caso del camión de las FFAA, fue interceptado en Colomi, en la provincia Chapare de Cochabamba, y sus ocupantes, aproximadamente una veintena de soldados, fueron obligados a descargar sus pertrechos, entre los que se encontraban cascos y gases lacrimógenos.
Un video difundido por Radio Kausachun Coca muestra cómo los uniformados reciben instrucciones de los civiles movilizados para que descarguen el camión y luego trasladen las cosas en mantas hasta un lugar en medio de una concentración de gente.
Ya a fines de 2024 los pobladores del Trópico de Cochabamba, también en medio de un bloqueo de caminos, ingresaron hasta los cuarteles que se encuentran en esta zona y redujeron a sus ocupantes.
El gobierno ha denunciado que se encuentra en marcha un plan golpista encabezado por el expresidente Evo Morales, en su afán de forzar su participación en las próximas elecciones generales.
Morales y sus seguidores, en cambio, aseguran que las protestas se originan en la crisis económica que atraviesa el país.